Plano de Granada árabe

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Defensor de Granada, 1910 - 109 páginas
 

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Página 70 - El Alhambra era, señor, y la otra la mezquita; los otros los Alixares, labrados a maravilla. El moro que los labraba, cien doblas ganaba al día, y el día que no los labra otras tantas se perdía. El otro es Generalife, huerta que par no tenía; el otro Torres Bermejas, castillo de gran valía.
Página 11 - Estaban las casas desta ciudad tan juntas en tiempo de moros, y eran las calles tan angostas, que de una ventana á otra se alcanzaba con el brazo, y había muchos barrios donde no podían pasar los hombres de á caballo con las lanzas en las manos, y tenian las casas horadadas de una en otra para poderlas sacar; y esto dicen los moriscos que se hacía de industria para mayor fortaleza de la ciudad.
Página 9 - ... animales briosos de gran precio para las labores del cultivo, habiendo en muchas de ellas castillos y molinos y mezquitas. Esta prosperidad y estado floreciente de la agricultura, alcanza igualmente á todas las alearías y terrenos que poseen los subditos, lindando con las propiedades del sultán, pues se ven por doquiera campos dilatados y alquerías pobladas, habiendo entre ellas algunas muy extensas y habitadas, donde tienen parte millares de personas y que ofrecen un espectáculo muy variado,...
Página 14 - Darro los divide. Este mesmo rey edificó otro castillo pequeño con su torre de homenaje en las ruinas de otra fortaleza antigua , que debió ser la de la villa de los Judíos, y la llaman agora las Torres Bermejas.
Página 43 - ... estar cerradas estuviesen abiertas: lo uno y lo otro tan grave de sufrir entre gente celosa. Hubo fama que les mandaban tomar los hijos y pasallos á Castilla; vedáronles el uso de los baños, que eran su limpieza y entretenimiento; primero les habían prohibido la música, cantares, fiestas, bodas conforme á su costumbre y cualesquier juntas de pasatiempo.
Página 43 - El rey les mandó dejar la habla morisca, y con ella el comercio y comunicación entre sí; quitóseles el servicio de los esclavos negros, á quienes criaban con esperanzas de hijos; el hábito morisco en que tenían empleado gran caudal; obligáronlos á vestir castellano con mucha costa; que las...
Página 33 - Ceneta, que venían á ganar sueldo en las guerras, y los reyes moros se servían de ellos como de milicia segura para guarda de sus personas; y por tenerlos cerca de sí, cuando sus palacios eran en las casas del Gallo, les dieron aquel sitio donde poblasen, el cual es áspero y se extiende por una ladera abajo hasta llegar á lo llano.
Página 10 - ... que usaban las mujeres en lugar de manto) ostentosas y otros trajes de mucho precio de lana, lino, seda, algodón y pelo de cabra, mantos africanos y vestimentas tunecinas, que se hacen de seda gruesa, con vistosas labores. En estío visten todos blancos almaizares (tocas), de suerte que, al verlos en las mezquitas los viernes, parecen flores abiertas en un prado fértil, bajo la templada atmósfera de la primavera.
Página 81 - Alhambra ; y aunque tenían otros palacios en la Alcazaba con jardines y huertas á la parte de la Vega, no moraban en ellos, por quitarse del tráfago y...
Página 16 - Caldea. llantísimo aspecto arrebatan los ojos y el ánimo. Hay allí tal abundancia de aguas que, desbordándose á torrentes de los estanques y albercas, forman en la pendiente arroyos y cascadas cuyo sonoro murmullo se escucha á larga distancia. Rodean el muro de aquella población dilatados jardines propios del sultán y arboledas frondosísimas, brillando como astros, á través de su verde espesura, las blancas almenas.

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