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¡Y á Búrgos fué, por el contrario, el desdichado monarca para ver llegar prematuramente el término de su poco gloriosa existencia!

Con dos actos de muy distinto carácter, pero bien significativos ambos, inauguró el archidu que su llegada á la noble Caput Castella, y de uno de ellos, que consta con autenticidad irreprochable, apénas ha dado noticia algun escritor moderno (1).

Este acto, casi desconocido (del cual daremos detalles enteramente nuevos), fué una amarga leccion para el Condestable de Castilla, Don Bernardino de Velasco, tercer conde de Haro y primer duque de Frias: este opulento magnate, uno de los primeros del reino, estaba casado con Doña Juana de Aragon, hija natural del Rey Católico; y sin embargo, en las desavenencias que surgieron entre los dos sobera. nos, suegro y yerno, despues de la muerte de la reina Isabel, léjos de imitar la hidalga conducta del duque de Alba, del conde de Cifuentes, del conde de Tendilla y de algunos otros próceres, aunque pocos, que permanecie. ron fieles al rey viudo, siguió el partido del archiduque Felipe, despues de rota la Concordia de Salamanca.

(1) Buitrago, Compendio de la Historia de Burgos.

Pues bien; hospedóse este monarca, en cuanto llegó á Búrgos, en la célebre Casa del Cordon (1), soberbio palacio que habia edificado el padre del Condestable en 1482, al mismo tiempo que hacía construir la bella, grandiosa, riquísima capilla del Condestable, en la Catedral, para enterramiento suyo y de sus sucesores; y lo primero que hizo, despues de aposentar á su desgraciada esposa en la cámara que se la habia destinado, fué, aunque parezca increible, arrojar del palacio á su propia y legítima due

(1) La Casa del Cordon existe todavía: es un magnífico edificio de imponente apariencia, que puede servir de ejemplar y modelo acabadísimo de los palacios señoriales del siglo xv. Fué construido por el arquitecto mudéjar Mohammed, de Sevilla, y segun opinion admitida (que tal vez se pudiera comprobar en el Archivo de la casa de Frias), por el célebre Simon de Colonia, nieto del celebérrimo Juan de Colonia, y el mismo que construyó la capilla del Condestable en la Catedral. Sus cuatro torreones almenados, de los ángulos, la preciosa crestería de su portada, los arcos apuntados de su interior, contrastando con sus severos sillares, le dan aspecto noble y por extremo elegante. Llámase Casa del Cordor, porque está esculpido alrededor de la puerta principal, en forma de timbel extraño, el gran cordon de la Orden de San Francisco.

ña, la hija del Rey Católico y esposa del Condestable, Doña Juana de Aragon, con el pretexto de que «no le convenia que tuviera comunicacion y pláticas con la reina Doña Juana. >

Así pagaba el archiduque los sacrificios que el gran Condestable habia hecho en favor de su causa, separándose de la de su señor natural y suegro Don Fernando.

El otro acto á que aludimos, se puede referir en pocas palabras: el ambicioso privado don Juan Manuel, no contento con la alcaidía del alcázar de Segovia, solicitó y obtuvo del dadivoso archiduque la del castillo de Búrgos, la primera del reino castellano, que hasta entónces habian poseido por juro de heredamiento, desde los tiempos de Don Juan I, los condes de Plasencia y duques de Arévalo.

Acercábase, empero, á más andar, el prematuro fin del monarca.

Precisamente, el privado Don Juan Manuel, para festejar la toma de posesion de dicha alcaidía, invitó á Don Felipe y á los grandes sus amigos, á un espléndido banquete, que se celebró en el mismo castillo, á las tres de la tarde del 19 de Setiembre.

Y sucedió, que despues de celebrado el banquete, <quiso el rey (dice un escritor de la época) pasear á caballo, y paseó mucho, y sea calo

ró muy demasiado, y ansí que volvió, quiso jugar á la pelota con un capitan vizcaino, de la su guardia, que era mucho jugador... y luégo bebió agua fria en un jarro que le dieron, y adoleció...»

No hay acuerdo entre los historiadores modernos, mejor dicho, no hay precision en fijar los detalles de aquella. súbita dolencia, que terminando en breves dias de una manera funesta, habia de ser causa de un cambio absoluto en la gobernacion del Reino; y no hay tal precision, porque ninguno de los historiadores aludidos, sin excluir á Don Modesto Lafuente, ha buscado los datos precisos, verdaderamente exactos, en el único sitio donde hubieran podido hallarlos: en el archivo del concejo de Búrgos, mejor que en las Epistolas de Pedro Mártir, y en los Anales de Jerónimo de Zurita.

Segun Prescott, el archiduque falleció á consecuencia de una fiebre «producida por el ejercicio demasiado violento del juego de pelota, > y el método y prescripciones facultativas de los médicos flamencos» que asistieron al jóven monarca «fueron reprobadas por su auxiliar Ludovico Marliano;» segun Lafuente, «bebió un gran vaso de agua fria, y esto le produjo una de aquellas fiebres epidémicas, que en aquel tiempo afligian á Castilla, y que, no bien trata

da, á lo que cuentan, por los médicos flamencos, le acabó en el breve plazo de seis dias (25 de Setiembre de 1506); segun Rossell, adoleció tambien de fiebre y murió el dia 28, no el 25, como los demás señalan.

Bast examinar las Actas del Ayuntamiento de Tirgos (que nosotros hemos examinado), para comprender que ninguno de los tres historiadores citados, que son, sin embargo, los que más se aproximan á la verdad, indican, precisamente, las circunstancias que acompañaron al prematuro fallecimiento del archiduque.

En la que corresponde al dia 20 de Setiembre, se dijo ya que «el Rey enfermó de madrugada, y que se suspendia una fiesta en su honor, la cual debia celebrarse en la Plaza Mayor con gran ostentacion y lujo; en la del dia 22, los concejales burgaleses, «en viendo que el Rey empeoraba,» resolvieron unánimemente que se hicieran rogativas en todas las iglesias de la ciudad, y una procesion pública de rogativa, desde la catedral á la Casa del Cordon; en la del dia 24, los mismos concejales se constituyeron en sesion permanente, y mandaron comprar «una muy grande hacha de cera, › para encenderla en la sala del concejo, «y hacer la vela al señor Rey, que estaba en la agonía;> en la del dia 26, por último, se consigna que el

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