Imagens das páginas
PDF
ePub

III.

Pero la revolucion del Albaicin, aunque terminada por entónces sin grandes trastornos tuvo un eco siniestro y potente: la sublevacion de los moros alpujarreños.

Aquellos cuarenta notables de los vecino del barrio (2), que se pusieron al frente de los

científica y literaria de esta córte, y disparó una larga série de diatribas contra no pocos ilustres varones religiosos de la Edad Media: uno de ellos era el fa moso arzobispo de Toledo, D. Rodrigo Ximenez de Rada, el de las Navas de Tolosa, á quien acusó de fanático, supersticioso, injusto, etc. etc. Terminado el discurso (que fué muy aplaudido, sin protestas de nadie), el autor de esta obrilla, amigo del orador, acercóse á éste y le dijo: «He estado á punto de pedir la palabra en contra, para rechazar las acusaciones injustas que ha lanzado V. sobre la buena memoria del arzobispo Rada.- ¿Y qué? (replicó el interpelado:) Era clerigo católico, y por añadidura arzobispo, y basta serlo para tener supersticion, fanatismo, y áun ignorancia.»

¡Así suelen juzgar hoy hombres que no saben mirar al pasado..... porque no lo conocen!

(2) Así lo dice terminantemente Hurtado de Mendoza en estas frases: Salieron (del Albaicin)

sublevados para apercibirse á la defensa y organizar los medios de ataque (sin duda por haber sido exceptuados del perdon general que otorgaron las autoridades de Granada), huyeron á las montañas orientales de la comarca, á

[blocks in formation]

segun la describió el inmortal autor de La Vida es sueño, Calderon de la Barca, y llamaron al arma con belicosas excitaciones á los rudos y fanáticos montañeses.

La primer noticia que tuvo el conde de Tendilla, referente á la nueva sublevacion de los moros, fué, en verdad, desconsoladora y grave: los alpujarreños (que ya comenzaban á denominarse monfies) habian clavado el pendon ma hometano, por sorpresa y violencia, en vario: castillos y plazas de la sierra, como en Huejar ó Guejar, Lanjaron, Montufar, Andarax, Laujar y otros ménos importantes, y toda la Serranía de Ronda, especialmente la asperísima

huyendo los cuarenta electos, y levantaron á Guejar, Lanjaron y Andarax, y últimamente Sierra Berme ja"...-Guerra de Granada; libro I, pág. 60.

Sierra Bermeja, se hallaba tambien en poder de los sublevados, no obstante la habilidad que desplegó para contenerlos en su determinacion la ilustre dama doña Beatriz de Pacheco, viuda del gran marqués-duque de Cádiz, Don Rodrigo Ponce de Leon, el héroe de las guerras de Granada, y cuyos principales Estados radicaban en aquella sierra fragosa.

Pero es indudable que la sorda agitacion que precede siempre á las grandes conmociones populares, habia llegado á oidos de los Reyes Católicos, en los mismos dias en que la influencia personal del conde de Tendilla y el arzobispo Talavera, más que el triunfo de las armas, resolvia favorablemente el conflicto del Albaicin; así lo demuestran dos interesantes cartas que aquellos monarcas dirigieron, á últimos de Enero, á los cadíes ó jefes principales de la Serranía, y que se guardan originales en el Archivo de Simancas.

Permítasenos copiar una de ellas, la más significativa, porque ofrece prueba elocuentísima de que los vencedores de Granada habian respetado hasta entónces las cláusulas de la capitulacion de la plaza, y estaban decididos á respetarlas con igual escrupulosidad, si los mismos vencidos, rebelándose, no las hubieran quebrantado.

EL CARDENAL JIMENEZ DE CISNEROS. 4

Dice así: «Don Fernando é Doña Isabel... A vos Alí Dordux (1), cadí mayor de los moros de la Jarquía y Garbía, é á vos Cadíx, alguaci-les, viejos (xeques) é buenos hombres moros, nuestros vasallos de las villas é logares de la dicha Jarquía y Garbía del Obispado de Málaga é Serranía de Ronda, é cada uno de vos, salud é gracia... Sepades, que nos es fecha relacion que algunos vos han dicho que nuestra voluntad era de vos mandar tornar é haceros por fuerza cristianos, é porque nuestra voluntad nunca fué, ha sido, ni es, que ningun moro torne cristiano por fuerza, por la presente vos aseguramos é prometemos por nuestra fé é palabra real que no habemos de consentir ni dar lugar á que ningun moro por fuerza torne cris. tiano, é Nos queremos que los moros, nuestros vasallos, sean asegurados é mantenidos en toda justicia como vasallos é servidores nuestros. Dada en la ciudad de Sevilla á 27 dias del mes de Enero de 1500 años.-Yo el Rey.-Yo la

(1) Este Alí Dordux era hijo, segun parece, de aquel Alí Dordux que negoció la capitulacion de Mlaga; y tal vez el mismo que se apoderó por sorpresa del famoso caudillo Hamet el Zegrí, el valiente defensor de la plaza.-Véase Isabel la Católica, cap. VIII, pág. 136.

Reina.-Yo Fernando de Zafra, secretario, la fice escribir por su mandado» (1).

Tan pronto como estalló la sublevacion de las Alpujarras, tres fuertes columnas de valerosos caballeros, casi todos de la guerra de Granada, se pusieron en marcha para combatirla enérgicamente.

El conde de Tendilla, á quien seguia su pariente y antiguo discípulo en las artes de la guerra, el héroe de las campañas de Italia, Gonzalo de Córdoba (que á la sazon residia en Granada), así como el insigne Alarcon y el valeroso Antonio de Leiva, que tanta celebridad alcanzaron luego en las guerras de Lombardía y Nápoles, avanzó hácia Huejar, por caminos cortados y fangosas llanuras, y llegó á los muros de la plaza, que estaba defendida por los más

(1) Si se tiene en cuenta que este Mensaje de los Reyes Católicos fué escrito algo ántes de la rendicion del Albaicin, no hay motivo para dudar de la sinceridad de los Monarcas.-Por otra parte, si se puede tener sospechas, no duda, de la sinceridad de Don Fernando, tan hábil como despreocupado, la duda, la sospecha, la menor sombra de duda y sospecha no caben, por cierto, en lo referente á Doña Isabel, cuando esta noble y religiosa señora aseguraba é prometia por su fé é palabra real.

« AnteriorContinuar »