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mas é ilustres prendas que adornan al rey mi señor; expresaba luégo que el Regente del reino, llegado este caso, debia prestar ante las Córtes el juramento que exigian las antiguas leyes, aunque lealmente consignaba su conviccion de que el reino, «por la gran experiencia de su marido, * habia de reportar mucho provecho de su prudente y benéfico Gobierno.

Seis fueron los testamentarios que dejó nom. brados: el primero, su marido, el rey Don Fer nando; el segundo, su gran Ministro, el que ejecutó los vastos planes de reforma del clero regular y fué el alma de la conversion (que entonces se tenía por sincera) de los moros gra nadinos: el arzobispo Jimenez de Cisneros (1).

(1) Los otros cuatro, fueron: Fr. Diego de Deza, obispo de Palencia y confesor del Rey Católico; Don Antonio de Fonseca y Don Juan Velazquez, contadores mayores de Castilla, y Juan Lopez de Zapata, secretario y contador de la Reina. El testamento original de Doña Isabel I se guarda en el archivo de Simancas, y allí le copiaron Galindez de Carvajal, y Dormer, para sus obras respectivas, Anales y Discursos varios de Historia pátria. Tambien se puede leer en la Historia de España, por el P. Mariana (edicion de Valencia). El codicilo de la misma Reina Católica, otorgado el 23 de Noviembre, tres dias ántes de la muer te de aquella ilustre Señora, se custodia en la Biblioteca Nacional de esta córte.

II

La Infanta Doña Juana de Castilla habia nacido en Toledo, á 6 de Noviembre de 1479, y recibió una educacion esmeradfsima, como todos los hijos de los Reyes Católicos; era, despues del fallecimiento prematuro del príncipe de Astúrias Don Juan, y de la reina de Portugal Doña Isabel, sus dos hermanos mayores, la predilecta de sus padres, y en especial de la Reina Católica, quien la llamaba alegremente la mi suegra, por la semejanza notable de su rostro con el de la madre del rey Don Fernando, llamada tambien Doña Juana.

Igualmente hemos dicho (1) que, á consecuencia de la estrecha alianza que habian pactado el emperador Maximiliano de Austria y el rey Don Fernando de Castilla y Aragon, para defender sus respectivos derechos é intereses en Italia, vulnerados por la agresiva conducta del atolondrado monarca de Francia, Cárlos VIII, convínose en 1496, en ratificar y consolidar aquella alianza, mediante dos matrimonios, entre los hijos de ambos soberanos, es á saber: el príncipe de Astúrias Don Juan, con la princesa

(1) Véase Isabel la Católica, pág. 224.

Margarita de Austria, la gentil demoiselle (antigua prometida del rey Cárlos VIII), y la infanta Doña Juana de Castilla, con el archiduque Felipe de Austria, por sobrenombre el Hermoso, así llamado, segun los historiadores, por su belleza varonil y su intelectual despejo.

Los modernos historiadores Prescott y Lafuente, no apuntan con exactitud la fecha del matrimonio de aquellos príncipes, Don Juan y Doña Margarita, suponiendo que se celebró ‹la ceremonia nupcial, por fin, el dia 3 de Abril;> mas lo cierto es, porque así consta del libro de Actas del Ayuntamiento de Búrgos, que «la ceremonia nupcial,» los desposorios, se celebró el dia 19 de Marzo, en la catedral, oficiando el arzobispo de Toledo Fr. Francisco Jimenez de Cisneros, y las velaciones se cumplieron el dia 3 de Abril del mismo año, «ante el altar de Santa María la Mayor, y en presencia del Concejo de homes buenos de la muy leal ciudad · de Búrgos,› oficiando tambien el arzobispo Jimenez de Cisneros (1).

(1) En el libro de Actas del Ayuntamiento de Búrgos, correspondiente al año de 1497 (que hemos tenido ocasion de examinar), se hallan noticias curiosísimas de los festejos celebrados por la ciudad, para contribuir al mayor brillo de la fiesta.-Allí se puede

Hácia fines de Agosto se reunió en Laredo una flota española, con naves castellanas y aragonesas, bajo el mando y la direccion del almirante Don Fadrique Enriquez, tio de la régia novia, para conducir á ésta, con los honores debidos á tan alta y poderosa princesa, á los Estados de Flandes, donde la esperaban su novio y su futuro suegro, el emperador Maximiliano; porque hallándose entónces los Reyes Católicos en guerra con Francia, la augusta prometida no podia efectuar por tierra tan largo viaje, como labia deseado vivamente su buena madre, tan varonil y animosa en todo lo que se referia á la grandeza y prosperidad del reino de Castilla, y tan pusilánime cuando se trataba de exponer á cualquier riesgo, por remoto é inverosímil que fuere, la vida de sus hijos.

ver tambien que en el torneo cabaileresco que se efectuó el dia 4 de Abril, pereció desgraciadamente el jóven Don Alonso de Cárdenas, hijo del comendador mayor de Leon Don Gutierre de Cárdenas, y sobrino del maestre de Santiago, Don Alonso, no el mismo Don Alonso, el derrotado en la Ajarquía de Málaga, como escribe un historiador moderno.-Segun el Acta, «el caballo dél no quiso arrancar, dió una empinada cayó sobre el jinetę, matándolo.">

Por fortuna, la flota aparejada en Laredo, aunque apénas salió del puerto y se alejó de las costas españolas, comenzó á sufrir tormen. tas violentísimas, y fué juguete de las ondas por espacio de algunos dias, y hubo de arribar á puertos ingleses, para reponer los desperfec tos que sufriera, llegó, en fin, con no poco retraso, á la costa de Flandes, y la infanta Doña Juana desembarcó sin novedad, si bien perecie ron en la travesía algunos soldados y caba leros de su comitiva (1); celebrándose los des posorios de ambos príncipes, el archiduque Fe lipe y la infanta Doña Juana, en la ciudad de Lille, á 20 de Octubre del mismo año 1496.

Por una série de sucesos desgraciados, tal vez providenciales, que laceraron mortalmente el corazon amantísimo de la Reina Católica, estos dos príncipes, la infanta Doña Juana y e archiduque Felipe, fueron llamados á la suce sion de la corona de Castilla: el príncipe de

(1) Segun Bernaldez, contemporáneo, la flot constaba de 130 naves y veinticinco mil tripulantes, y segun Pedro Mártir, de 110 naves y diez mil caba lleros y soldados; pero Lafuente copia un documento del archivo de Simancas, para demostrar que la flota se componia de dos carracas, catorce naos y cuatre carabelas rasas, con unos 4.000 hombres.

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