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>>El Conde de Peñalosa fué regidor de la ciudad de la Paz á la edad de quince años; después, dos veces Alcalde ordinario y tres veces Justicia mayor de la misma ciudad. Levantó á su costa dos compañías de infantería para el socorro de Chile, y una de ochenta hombres que llevó en persona á la guerra contra los indios Chunchos, que se habían alzado y fueron constreñidos á someterse. A poco fué nombrado capitán de caballería, Gobernador de la provincia de Omasuyos, Alcalde ordinario de la ciudad del Cuzco, y por último adquirió el cargo de Alcalde provincial de la ciudad de la Paz, cargo que todavía le pertenece y que le costó 50.000 escudos.

>>En su ejercicio tuvo querella con un hermano del Conde de Salvatierra, Virey del Perú, incidente que junto con su deseo de visitar á España, le obligó á salir del Perú. Se embarcó en el puerto del Callao el año 1652 en nao que se fué á pique á la vista del puerto de Paita. En el naufragio perdió más de 40.000 escudos, y no salvó más que otros 10 ó 12.000 en perlas y pedrería.

>>Siguiendo hacia Panamá, se resolvió á visitar á su tío D. Alonso Briceño y Córdova, Obispo de Nicaragua, y naufragó segunda vez en el camino, llegando trabajosamente á casa del Prelado, que le facilitó medios con que equiparse conforme á su calidad, y con que hacer el viaje hasta Méjico, capital de Nueva España, donde esperó noticias y dinero del

Perú.

>>Era á la sazón Virey el Duque de Alburquerque, y acogió tan favorablemente al Conde de Peñalosa, que le obligó á quedarse allí, dándole el mando de dos compañías. El año de 1655 le confirió el de toda la infantería que destinaba al socorro de la flota del Marqués de Montalegre, refugiada en Veracruz temerosa de la escuadra que Cromwell había enviado á los mares de América, y que se había apoderado de la isla de Jamaica.

>>Durante el tiempo que el Conde de Peñalosa estuvo en Veracruz, recibió orden del Virey de pasar á la Habana con la misma infantería, con objeto de cooperar á la defensa de esta plaza importante, en que residió once meses.

>>Al regreso le nombró el Duque de Alburquerque Alcalde mayor ó Gobernador de la provincia de Xiquilpa, á que se unía el gobierno de la provincia de Chilchota y el cargo de Teniente general en las mismas provincias, situadas en el país de Mechoacan, y le confió otros diversos empleos de consideración en el resto de su vireinado.

»Al Marqués Conde de Baños que sucedió al Duque de Alburquerque,

dieron graves quejas contra D. Bernardo Lopez de Mendizabal, Gobernador de Nuevo Méjico, cuyo crímen consistía en haberse enemistado con los inquisidores y sus paniaguados y por el que fué depuesto, eligiendo el Virey al Conde de Peñalosa, para encargarse del gobierno y apaciguar las alteraciones ordinarias en este país.

>>Expedidos los títulos y provisiones de Gobernador y Capitán general de Nuevo Méjico á fines de 1660, se puso en camino deteniéndose dos meses en Zacatecas, en espera del equipaje y otro mes en el Parral, en Nueva Vizcaya, en provisión de las cosas necesarias. Apaciguó las turbulencias de Nuevo Méjico, hizo la guerra á los indios enemigos llamados Apaches, venciéndolos y obligándolos á suscribir la paz; fundó dos ciudades nuevas, hizo fabricar edificios públicos, y descubrió regiones inexploradas. Pero como los más de sus predecesores, tuvo la desgracia de malquistarse con los inquisidores. El Comisario general de esta institución se atribuía autoridad sin límites y quería disponerlo todo sin oposición, y á fin de contener sus determinaciones tiránicas y extravagantes, se vió en la necesidad de arrestarlo ocho días en una de las habitaciones del Palacio, pensando que el correctivo le haría más cauto para en adelante.

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>>En 1664 volvió á Méjico el Conde de Peñalosa por la ruta ordinaria del Parral, deteniéndose tres meses y medio con objeto de proponer Virey la conquista del país que habia descubierto; però la Inquisición, que no perdona jamás la menor cosa que atente á su autoridad suprema, hizo arrestar en Méjico y le retuvo treinta y dos meses prisionero. Tomó información de todas sus acciones y palabras, y al fin vendió por 86.000 escudos todos sus bienes, que valían más de 300.000, según los inventarios que conserva en su poder; le privó de su gobierno, le declaró incapacitado para servir ningún otro en el reino de Nueva España, y le condenó en 51.000 escudos de multa, negándose á entregarle los 35.000 que restaban.

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>>El Conde de Peñalosa decidió pasar á España en demanda de justital persecución. Bajó á Veracruz en 1668, de allí á la Habana, en espera de dinero del Perú, mas su desgracia ó el terror y los artificios de la Inquisición han sido tales, que hasta ahora ninguna noticia ha recibido.

>>Embarcado el año 1669 en un buque de Canarias que le condujo á la isla de Tenerife, fué bien recibido del Gobernador, pariente suyo, y de las personas de calidad, una de las cuales (que le ha escrito hace poco) tiene dos hijos estudiando en París, en el colegio de Clermont.

>>La dificultad de tener allí noticia de sus deudos, en razón á que los españoles apenas envían uno ó dos buques al año á Canarias, le obligó á embarcarse en la flota inglesa é ir á Londres, donde tuvo la honra de saludar al Rey y al Duque de York, que le hicieron muchos favores. Vió también al Marqués del Fresno y al Conde de Molina, embajadores de España que, en vez de auxiliarle, abrigaron recelos de su permanencia en Londres y le persiguieron de nuevo.

>>Por ello resolvió pasar á Francia, esperando que la conclusión de la paz, que entonces se creía próxima, le daría ocasión propicia de ir á España. Ha visitado varias veces á los embajadores de esta nación, entre ellos al Marqués de los Balbases, obteniendo sólo cumplidos y muestras de desconfianza por su estancia en Francia, sin considerar que ha sido forzosa.

>Tantas desdichas y persecuciones le han obligado á la resolución de vivir bajo el amparo del Rey más grande del mundo, en espera de circunstancia favorable al restablecimiento de sus intereses.>>

Uniendo á esta nota autógrafa los títulos y méritos especificados en la Relación atribuida al P. Freytas, resulta que el Conde se llamaba Don Diego Dionisio de Peñalosa, Briceño y Verdugo, Ocampo y Valdivia; era señor de las villas de Guarina y de Farara, y sus once pueblos; caballero feudatario encomendado en la ciudad de la Paz, Alcalde provincial y Regidor perpétuo en ella y las provincias de su distrito; legítimo sucesor y heredero del marquesado de Arauco y condado de Valdivia (en Chile), vizcondado de la Imperial y marquesado de Oristán; pretenso Marqués de Farara, Duque de Quivira, Marqués y Conde de Bellas Villas, y Conde de Santa Fé de Peñalosa; Adelantado de Chile y de la gran Quivira; casado con nieta del Marqués del Valle, Duque de Terranova.

Su abuelo se llamó efectivamente D. Diego de Peñalosa Briceño: no consta que fuera General, pero sí capitán de la artillería, y veedor de fábricas reales de mar y tierra del puerto del Callao 1. Está igualmente comprobado que desde 1646 á 1682 fué Obispo de Nicaragua un D. Alfonso Briceño 2 , y sin más dato no hay por qué poner en duda el parentesco;

1 Instrucción dada por el Virey del Perú, Marqués de Montes Claros, á 45 de Abril de 4608.-Biblioteca central de Marina.-Colecc. Navarrete. T. III, núm. 50.

2 D. Fr. Alonso Breceño, del Orden de San Francisco, natural de Santiago de Chile, gran teólogo, mereció que lo llamasen el segundo Escoto; fué guardian del Colegio de Lima, primer Definidor de la provincia, Comisario y Visitador de las Charcas y Chile, Vicario general en Jauja y Caxamarca; asistió al Capítulo general de Roma: nombrado Calificador del Santo Oficio, y presentado para Obispo de Nicaragua, tomó posesión el año 4646, siendo promovido á Caracas en 1682. Alcedo. Dicc. geog. Hist. de las Indias Occidentales. T. III, pág. 324.

acaso lo tendría igualmente con Fr. Benito de Peñalosa y Mondragón, que publicó por entonces un libro indigesto 1. En cuanto á su padre Don Alonso de Peñalosa, mujer, hermanos y allegados, se sabe bien lo que eran por la indagatoria que remitió la Audiencia del Perú á petición del Consejo de Indias, y dice literalmente:

«D. Alonso, no ocupa puesto ninguno, ni ha sido Maestro de Campo jamás, sino un afectado cortesano; tiene setenta y cinco años, y la pena de lo que antes de ahora se ha divulgado de esta materia, le tiene muy postrado; está pobre de dinero y parientes, con dos hijos; el uno asiste en Cochabamba, el otro aquí (en la Paz), clérigo presbítero, y Doña Aldonza de Peñalosa, hija de D. Diego, está casada con D. Jacinto Gutierrez de Escobar, que asiste en La Relaja en media Chacra que tiene: es un mozo de corto talento 2.>>

Con esto es de presumir que nuestro personaje salió del Perú á buscar fortuna, siendo fantástica la que consumieron dos naufragios nada menos en su travesía á Panamá, y se explica cómo no llegaban nunca los fondos cuya ausencia atribuye con tanta sencillez al terror y artificios de la Inquisición.

Soldado y capitán en Méjico, siendo como era listo, audaz y bien portado, se captó la simpatía del Virey, que lo distinguió con el mando de las provincias del Nuevo Méjico, mando importante en territorio fronterizo de los salvajes Apaches, que requería vigilancia, actividad, iniciativa y espíritu militar. Su confesión hace bueno, que habiendo entrado con las manos vacías, en tres años escasos que sirvió el cargo, pudo apañar más de 300.000 escudos, según los inventarios que conservaba en su poder, cantidad equivalente á tres millones de reales, muy considerable en aquel tiempo. Por qué la Inquisición la secuestró; qué motivos tuvo este Tribunal para formar proceso, retenerle en prisión treinta y dos meses y declararle al fin incapacitado para desempeñar ningún otro destino, con destierro perpétuo de Nueva España, es lo que no se sabe. El Consejo de Indias decía á S. M. en Consulta de 18 de Noviembre de 1678: «Que tan mal hombre y quimerista, se había puesto hábito y se nombraba Conde de Santa Fée, sin título para uno ni para otro; en cuanto á su prisión en

1 Libro de las cinco excelencias del español. Por el M. Fr. Benito de Peñalosa y Mondragón, profeso de la Real casa de Najera. Año 1629. Imp. en Pamplona por Carlos Labayen.-Trata de asuntos americanos.

2 Archivo de Indias.-Comunicación de la Audiencia, fecha en Lima á 40 de Abril de 1673.-Copia remitida á esta Academia.

México por el tribunal de la Inquisición, añadía, no se han hallado papeles algunos 1.>>

No es de admitir que por simples desavenencias con el Comisario de Santa Fé, mereciera con tan severa pena la de figurar en Auto de fé público; y algo más da á entender el Sr. Alaman, historiador de México 2, tomando, á no dudar, la especie, de una relación impresa en aquella capital por los años de 1703, reproducida por el Sr. Icazbalceta, entre los Documentos para la Historia de México 3 como sigue:

«Auto de la Fé en Santo Domingo.

>> Viernes 3 se celebró auto particular de la Fé en el convento de Santo Domingo en que salieron penitenciados once reos, y entre ellos un Fernando de Tolosa, cuyo principio fué herrador y después fué cirujano, por haberse fingido Ministro del Santo Tribunal; y en la iglesia del pueblo de Ixmiquilpan, puesto dosel y haber hecho suspender el Santo Sacrificio de la misa para que se leyese en su presencia un edicto, supuesto por él, en el cual decía haberle dado autoridad el Santo Tribunal para absolver de amancebamiento, dándole un tanto por cada año, y al recibirlo decía: ni recibas cohecho ni pierdas derecho. Diéronle doscientos azotes en el pueblo de Ixmiquilpan, y desterrado á las islas Filipinas. Asímismo salió en dicho auto D. Diego de Peñaloza, Gobernador del Nuevo México, por suelto de lengua contra sacerdotes y señores inquisidores, y algunos disparates que tocaban en blasfemias: salió en cuerpo (que lo tenía muy bueno), vestido de terciopelo negro; el pelo (que era propio y crecido) muy peinado, las medias arrugadas; puños que se usaban de puntas de Flandes muy grandes, que parece se compuso al propósito, sin capa sombrero, con vela verde en la mano: causó mucha lástima.>>

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Si tuvo intención de acudir en desagravio á la corte, no lo acredita el camino elegido: de la Habana salían directamente para Cádiz las flotas, y él prefirió el viaje, mucho más largo, á Canarias, á donde, dice, que los españoles apenas enviaban uno ó dos buques al año, de forma

1 Archivo de Indias.-Copia de las remitidas.

2 Dicc. univ. de hist. y geog. México, 1854. Tomo V, pág. 875, col. 1.a

3 Segunda serie, tomo II: México, 1853. Me ha dispensado el favor de remitirme copia con el titulo del documento, que es: Diario de sucesos notables, escrito por el Ldo. D. Antonio de Robles, y comprende los años de 1665 á 1703. El Sr. Gilmory Shea lo publica también señalando la misma procedencia.

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