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>>bres (").» En efecto, al decir de los historiadores aragoneses, este rey, á quien tanto se ha notado de mezquino, de avaro y codicioso, murió tan pobre que apenas se halló lo necesario para hacer los gastos de sus funerales (2). Y este juicio, conforme al de escritores contemporáneos de tan respetable voto como el milanés Pedro Mártir, prueba que Fernando, aunque frugal, económico, y aun si se quiere, nimiamente parco, no era hombre que atesoraba, sino que conocia que era menester invertir con parsimonia las rentas de sus estados si habia de atender á los gastos que tan vastas y numerosas empresas exigian. Acaso fué en esto algunas veces escesivamente cauto y timido, ý por eso escatimaba ó se detenia en enviar los recursos á los ejércitos de Italia que con disculpable y

(4) Mártir, epist. 566.

(2) Puédese afirmar con toda » verdad, dice Zurita, (Rey don >>Hernando. lib. X. c. 100), que no » fué amigo del dinero ageno, y » de lo suyo era moderado, y del » público muy_avaro; tan diferente >> del rey don Enrique su antece>>sor, que sin modo ni juicio dió lo » suyo y derramó lo ageno De ma»nera que los que le notan de co>>dicioso, no entendieron quán >> gran alabanza fué conformarse » con la Reyna Católica en lo que >> tocaba á la conservacion del pa>>trimonio Real.»-«Y essa ni es>>perada ni imaginable virtud, di» Abarca hablando de la pobreza » del rey, (don Fernando el Cató»lico, cap. 24) desmintió conde»> nó á quantos notaron á don Fer»uando de rey codicioso en rete>>ner y corto en distribuir.>>

Tal vez esta fama de mezquindad nació en parte de un dicho de Maquiavelo, que poniendo en caricatura los príncipes de su tiempo los describió así: «Un im»>peratore instabile é vario: un »>re di Francia sdegnoso e pauro>> so: un re de Inghilterra ricco, »feroce, e cúpido di gloria: un re »di Spagna taccagno e ávaro.»

Tambien pudo contribuir la anécdota del jubon que de él se cuenta, á saber: que hablando un dia con un palaciego de los mas ostentosos y esmerados en vestir, le hizo tocar su jubon y le dijo, «¿Veis qué buena tela? Tres pares de mangas me lleva gastados.»-El dicho, si es auténtico: pudo ser muy oportuno para reprender á los nobles de su tiempo su loca prodigalidad.

justa impaciencia le reclamaban el Gran Capitan y otros generales. Mas si la economía y la modestia de Fernando en su casa y persona pudo algunas veces dar ocasion á censura, tambien por otra parte era una leccion elocuente y una reconvencion tácita á la ostentosa y dispendiosa prodigalidad á que estaban acostumbrados los cortesanos de su tiempo. Y por último, como dice un escritor estrangero, «nadie le ha acusado de que intentara nunca llenar su tesoro por la venta de los empleos, como á Luis XII., ó por medios rapaces, como á otro rey contemporáneo suyo, Enrique VII.»

Su cuerpo fué llevado á Granada, donde se le hicieron solemnes exequias, y se le dió sepultura en la capilla real, al lado de la Reina Católica, su esposa. Su muerte fué muy sentida y llorada por los aragoneses, sus naturales súbditos, que le llamaron hasta cierto punto con verdad el último rey de Aragon: muchos grandes y nobles de Castilla mostraron menos pesadumbre que satisfaccion por verse libres de la sujecion en que los tenia. Despues fueron conociendo los castellanos el rey que habian perdido, y no sin razon le llamó mas adelante un historiador de España: «príncipe el mas señalado en valor y justicia y prudencia que en muchos siglos España tuvo.»

CAPITULO XXVIII.

CISNEROS REGENTE.

1516-1517.

Ocupaciones de Cisneros en el tiempo que precedió á la regencia.— Gobierno de su diócesis.-Fundacion de la universidad de Alcalá. -Famosa edicion de la Biblia Polyglota.-Engaño que padeció el infante don Fernando respecto á la regencia.-Pretensiones del dean de Lovaina.-Confirma Cárlos el título de regente al cardenal.-El príncipe Cárlos toma el de rey de España.-Proclámale Cisneros. Disgusto del pueblo : oposicion de los grandes: energía del cardenal. Dicho célebre de Cisneros. -Política del regente. -Ensanche de la autoridad real: abatimiento de la nobleza: creacion de una milicia.-Sublevacion de ciudades.-Sosiéganse las rebeliones.-Reformas administrativas.-Guerra en Navarra: guerra contra el turco: sus resultados.-Inmoralidad de la córte de Flandes: el ministro Chievres: riquezas que van allá de España: indignacion de los castellanos.-Regentes flamencos: superioridad del regente español.-Invita á Cárlos á venir á España.-Venida de Cárlos de Gante.-Cartas y consejos del cardenal al rey.-Célebre carta del rey al cardenal.-Insigne ingratitud del rey.-Cisneros muére á poco de recibir esta carta.-Juicio del cardenal Cisneros: sus virtudes. Paralelo entre Cisneros y Richelieu.-Superioridad del prelado español.-Anuncio de una nueva era para España.

El ilustrado y virtuoso arzobispo de Toledo y cardenal de España don Fr. Francisco Jimenez de Cisneros, desde su regreso de la gloriosa espedicion de Oran

se habia ocupado principalmente en atender con el mas esmerado y apostólico celo á la direccion espiritual de su diócesis, en socorrer con mano liberal las necesidades de los fieles y de los pueblos sometidos á su jurisdiccion, empleando las cuantiosas rentas de la primera mitra de España en suplir las escaseces con que la esterilidad de algunos años castigaba á los labradores pobres en comarcas enteras, y en fomentar con incansable afan los estudios de su querida y naciente universidad de Alcalá, de la cual es ya tiempo de dar cuenta, como de una de las fundaciones que honran mas la memoria de aquel esclarecido prelado.

Desde antes de terminar el siglo XV. habia ocupado al insigne primado de España el pensamiento de establecer en su predilecta ciudad de Alcalá de Henares una escuela general para la instruccion de la juventud, pensamiento que uno de sus antecesores habia tenido ya y no habia podido llevar á cabo. Cisneros, cuyo carácter era la constancia en todo lo que una vez concebia como bueno y útil, y no retroceder ante ninguna dificultad hasta lograr la realizacion de sus grandiosos proyectos, tuvo la satisfaccion de colocar por su propia mano, vestido de pontifical y en medio de una solemne ceremonia (28 de febrero de 1498), la primera piedra del proyectado establecimiento, y con ella una medalla de bronce con un busto y una inscripcion en que se espresaba el destino del futuro edificio, con arreglo al plano trazado

por el arquitecto Pedro Gumiel. Desde entonces, en medio de las vastas atenciones que parecian embargarle todo el tiempo, jamás perdió de vista el cardenal su gran proyecto universitario. Siempre que las circunstancias le permitian morar algun tiempo en Alcalá, dedicábase á impulsar la obra, á alentar con recompensas á los operarios, y á recorrer él mismo el terreno con la regla en la mano tomando medidas para los vastos y sólidos edificios que habian de circundar ó agregarse al principal, y formar un espacioso conjunto con todo lo necesario para el bienestar y comodidad de los profesores y alumnos. Merced á su incansable celo, la obra se siguió con ardor, adelantó rápidamente, y concluido lo mas preciso, el 26 de julio de 1508 tuvo la gloria de inaugurar su universidad, con el título entonces de Colegio Mayor de San Ildefonso, en honra del santo patrono de Toledo.

Inmediatamente estableció Cisneros en su grande escuela variedad de cátedras y enseñanzas, principalmente de ciencias eclesiásticas, de gramática, de retórica, de lengua griega, de artes que se llamaban en aquel tiempo buscó y trajo á su universidad los mas doctos y acreditados profesores que pudo hallar en todas partes, les señaló muy decorosas dotaciones, y hasta les edificó casas de campo y de recreo donde pudiesen ir ciertos dias á descansar de sus tareas ordinarias: asignó para el sostenimiento de la universi– dad y colegios anexos una renta en fincas de catorce

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