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HISTORIA

DE LA

CIUDAD Y REINO DE VALENCIA.

APÉNDICE AL TOMO I.

ANTIGUEDADES ROMANAS

DE VALENCIA.

Entre los recuerdos que dejára en nuestra capital la larga dominacion de los romanos, son notables diferentes lápidas, de las que unas desaparecieron, y otras se encuentran consumidas por la voracidad del tiempo ó por el descuido é ignorancia de los hombres. A continuacion, pues, insertamos con gusto un importante artículo de Arkeología que se publicó en el Boletin de la Sociedad de Amigos del Pais en Enero de 1841, reservándonos para el fin algunas observaciones, que hemos creido oportuno hacer, para aclarar un suceso, que llama todavía la atencion de los anticuarios; y remitiendo á nuestros lectores á la interesante obra del Sr. conde de Lumiares (1), donde se encuentran notables inscripciones y escelentes comentarios con que este ilustre literato las supo interpretar.

LAPIDAS RELIGIOSAS.

Comenzando por las lápidas religiosas, segun el órden que han observado los autores lapidarios, damos el primer lugar á la que entre todas es ciertamente religiosa, y es un testimonio de la antigüedad de la verdadera religion en Valencia, puesto que habia familias que hicieron votos y los cumplieron con ánimo agradecido al Dios eterno, como lo hizo el valenciano Lucio Pomponio

(1) El Excmo. Sr. D. Antonio Valcárcel, Pio, de Saboya, Príncipe Pio, conde de Lumiares, tan conocido por su estirpe, cuanto por su ilustracion y amor á las artes. Daremos mas adelante noticias de este distinguido escritor.

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Fundano, con toda su casa. Esta lápida tan interesante se ve muy bien conservada en el esquinazo izquierdo, entrando desde la calle del Trinquete de Caballeros á la del Horno del Vidrio : es mármol pardo y dice así:

DEO. AETERNO
SACRVM

L. POMPONIVS

FVNDANVS

CVM SVIS OMNIBVS

VOTVM. L. A.
SOLVIT.

Los dos corazones con que termina la dedicacion, indican los dos amores de Dios y del prógimo, en que consiste el culto de Dios eterno, vivo y verdadero. No son así las lápidas religiosas que van siguiendo á esta, y que seguramente son mucho mas antiguas y pertenecientes al gentilismo en que estuvieron ofuscados los tarraconenses y edetanos, hasta que el apóstol de las gentes los iluminó con la luz del Evangelio, como lo atestiguan varios santos padres griegos y latinos. La mas preciosa de todas es la que está en el pretil del rio y sitio llamado la Pechina. Hallóse esta lápida en el cauce del rio Turia y Palancia en el año 1759. Es una piedra de mármol negro que representa una ara de dos varas de altura. En la parte superior se ve de relieve una corona de laurel: dentro de ella un cuerno de la abundancia con el rayo de Júpiter, emblema que ostenta Valencia en todas sus medallas, y al rededor en letras de realce: COL. IUL. VALENTIA; y en la parte inferior y que sirve como de base :

SODALITIVM
VERNARUM

COLENTES. ISID.

Es cosa sabida, que los egipcios adoraban á Isis y á Osiris: en aquella veneraban á la naturaleza genitriz de todas las cosas ó á la madre de todos los séres, así es que la llamaban con el epiteto de Puellaris ó niñera, y la pintaban rodeada de tetas. Esta era emblema de la tierra, que es la que alimenta á tantos hijos: así como en la persona de Osiris adoraban al genitor de todos los seres que es el sol. La comunicacion de la Iberia con el Egipto, sube á los tiempos de Salomon, cuyas naves, saliendo del mar Rojo y doblando el cabo de Buenaesperanza y todo el Atlántico, venian á las costas tartesias á cargarse del oro y la plata que en ellas abundaba: y sea entonces, ó sea en tiempo del imperio, una asociacion ó cofradía de esclavos á quienes sus amos permitian el libre uso de la religion, consagraron á Isis esta ara. Acaso esta lápida perteneció á la ciudad de Palantia, hoy Valencia la vieja, cuyos paredones y murallas, arruinadas por Sertorio á la vista de Pompeyo, se ven aun á la orilla del Palantia, no lejos de Ribarroja. Esta lápida debia ser litografiada, y varias veces lo he solicitado sin efecto.

No es menos merecedora de este honor, porque al cabo son preciosos monumentos de nuestra antigua escultura, una lápida que se halla en la casa de la dignidad de chantre, plaza de la Almoina, en el piso bajo, encarcelada junto al pozo entre las demás piedras sillares que forman la cárcel del glorioso mártir S. Vicente. Es una piedra de mármol negro, larga de cinco palmos y tres de ancha. En ella se ven grabados tres bustos de diosas fatídicas ó adivinas, que eran adoradas por los celtiberos y celtas, como dice el Keisler; sus cabezas se ven coronadas con coronas radiadas, cada una con siete rádios, sus cuellos con corbatas tambien de relieve como los rayos. Estos siete rayos sin duda significan los siete planetas, á cuyas iluminaciones atribuian sus inspiraciones fatídicas: entre el primero y segundo busto se lee esta dedicacion :

FATIS.
Q. FABIVS.
NYSVS.

EX. VOTO.

No menos interesante á la historia es otra lápida religiosa que se ve en el esquinazo de la casa número 14, calle de la Abadía de S. Martin. Es una piedra de mármol blanco, cuyos caractéres, bastante cubiertos de jalvegadura, se han procurado limpiar y leerse en la forma siguiente:

M MARCIVS. M.

H. L. CELSVS

HERC VLEM. CVM.

BASILI. RATE. SVB.

SEN. SVO. M. M. IO

CON. NENEIS. SVI
NOMIN. D. D.

Cuyas siglas en mi juicio quieren decir: que Marco Marcio Celso, soldado de la España Lusitana, y otros soldados concordes con el mismo, dedican la estátua de Hércules, con basílica y una nave, regocijándose con cánticos en loor de su nombre ó de su fama.

Es una congetura muy verosímil que estos soldados lusitanos serian los de Viriato, que fueron los primeros edificadores y pobladores de Valencia. La dedicacion con basílica y nave se hizo sin duda al Hércules Argonauta; muy posterior al primer Hércules Egipcio que vino á la Iberia, segun Estrabon, antes que la visitaran los fenicios; es decir, mas de diez y seis siglos antes de la era vulgar; el cual Hércules fue probablemente Túbal, llamado Hércules port los egipcios, de lo que hay muy sólidas congeturas.

TOM. I.

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