Imagens das páginas
PDF
ePub

tales refuerzos sus filas, en las que llegaron á contar cerca de cuatrocientos individuos. Mientras Valdés se apoderaba de Tarifa Merconchini desembarcaba en Marbella, y notando el movimiento realista de la Serranía de Ronda, volvió á darse á la vela: una partida de tropa arrojó de Jimena al partidario Cristóbal Lopez Herrera, y el cirujano don Lope Merino tan pronto aparecia en la Sierra, como se ocultaba batido por los soldados del rey. Viéronse distintas llamaradas en varios puntos de la costa que descubrian un plan combinado para enlazarlas entre sí y producir un incendio; mas ó se apagaron por sí mismas, ó las ahogó la actividad de los realistas, que se lanzaron como lobos sobre la presa. Mandaba el campo de Gibraltar el apostólico don José O'donell; y al punto se pusieron en marcha las tropas españolas que habia en Algeciras, y que en union con una brigada francesa de todas armas y tres buques de la misma nacion sitiaron á Tarifa por mar y por tierra: estaba fortificada y defendíanla veinte cañones, casi todos inúAgosto de 1824. tiles. Abierta la brecha el 19, y retirados á la isla sus defensores, asomáronse las mugeres á las almenas gritando viva el rey, y agitando en las manos pañuelos blancos. A las cinco de la tarde penetraron los sitiadores por la brecha, y á la mañana siguiente se posesionaron sin resistencia de la isla, donde solo quedaban veinte hombres de los desembarcados y ciento sesenta entre presidiarios y vecinos, pues los demas, juntamente con su gefe Valdés, se habian escapado durante la noche.

Piérdenla.

Los realistas exaltados asieron de los cabellos á la fortuna y levantaron en todas partes el' grito de esterminio, clamando que la lenidad y el perdon acabarian de perderlos, porque con

1824.

ellos cobraban ánimo los liberales. La reaccion tomó segunda vez el tinte de sangre que la distinguia, y los calabozos rebosaron de nuevo con las víctimas que acumulaba el furor. Fernando, para tener propicios á los voluntarios realistas de Madrid, los revistó en el paseo de las Delicias en compañía de su augusta esposa, mostrando en su sonrisa, en los elogios que les prodigó, y en la benevolencia de la reina, el alto aprecio que merecian sus inhumanas ideas. Al dia siguiente trasladáronse los reyes á San Ildefonso. Publicóse el 20 de Agosto en aquel Sitio un decreto neroniano que destilaba sangre, condenando á muerte á cuantos muerte contra naturales ó estrangeros desembarcasen en las costas los liberales. españolas, y con armas, papeles sediciosos ó de otro modo, intentasen restablecer el sistema representativo, no dándoles mas tiempo que el necesario para recibir los auxilios de la religion. A la misma pena se condenaba á los vecinos de los pueblos del interior que se dirigiesen al punto del desembarco á reunirse con los revoltosos, aunque fuese sin armas. Cometióse el conocimiento de estas causas á las comisiones militares para que breve y sumariamente les aplicasen el castigo impuesto.

Decreto de

Fusilamientos

en Tarifa y Al

mería.

Rios de sangre enrojecieron los campos de Tarifa, Almería y otros muchos pueblos: solamente en el primer punto perecieron fusilados de treinta en treinta mas de trescientos desgraciados. El conato de levantar una partida en la provincia de Castilla dió materia para sembrar el terror en la corte, donde sacrificaron inhumanamente tantos y tantos infelices por sospechas ó falsas delaciones, formando sus causas en horas, y ejecutando las sentencias casi en el acto de notificarlas, á pesar de la tierna edad de Gregorio Iglesias, jóven de 18 años (*). Una palabra pronunciada en el ardor de (Ap. lib. 12. la disputa, ó falsamente imputada, conducia á la núm. 14.)

[ocr errors]

Legaciones Marruecos.

1824.

horca: la comision ejecutiva de Madrid destinó al suplicio al jóven Tomas Franco por haber proferido espresiones contra la vida de Fernando. Españoles hubo que huyendo de la muerte que les amenazaba en su patria se acogieron á las costas africanas, y hallaron en Tanger y en Marruecos corazones mas sensibles que en la cultísima España; pero ni alli se vieron seguros, porque el hacha de sus enemigos buscaba la víctima mas allá de los á mares. El gobierno español envió una legacion á Muley Ibrahin, emperador de Marruecos, reclamando á los fugitivos que se habian acogido á su piedad; negóse á entregarlos el africano, mas habiendo mandado el gabinete de Madrid segunda legacion con amenazas, temieron los refugiados y pusiéronse en salvo con rumbo á mas lejanos paises. La sed de sangre y de víctimas era insaciable. Una noche cierto buque salido de Algeciras entró silenciosamente en la bahía de Gibraltar, y creyendo que en un barco se recogian algunos espatriados cortó los cables y se lo llevó á nuestra playa; mas afortunadamente no se habian abrigado alli para oprobio y rabia de sus verdugos.

Odio entre los realistas y los franceses.

Ni aun asi se aplacaba el inestinguible ardor de los apostólicos: acusaban á los franceses, que los habian entronizado, de que tenian atados los brazos de hierro del monarca; y de resultas de nuevas reyertas que hubo en 25 de Julio en la calle de San Anton de la corte, el embajador francés pasó al ministerio una nota muy enérgica, ocasionando la real orden de 1.0 de Agosto en que se encargaba á las autoridades que rectificasen el éspíritu público demostrando al vulgo las consideraciones que merecian los franceses por los servicios que habian prestado á la causa del trono. En medio de tanto desenfreno, sueltas las pasiones, los delatores se atrevian á todo, y ni el poder mismo

estaba á cubierto de sus envenenadas saetas. An-
siaban los conciliábulos secretos del realismo ven-
gar en el ministro Cruz la moderacion que le
distinguia y el deseo que habia manifestado de
contener con su reglamento la anarquía y la demo-
cracia de los voluntarios, y sobre todo las medi-
das dictadas contra Capapé; y prevalidos ahora de
los sucesos de Tarifa, acusáronle á S. M. de inte-
ligencia con los constitucionales, con cuyo acuerdo,
decian, habia resuelto destruir aquellas legiones de
la lealtad, cimientos del altar y del solio, y per-
der á sus gefes para levantar sobre sus ruinas el
partido de la libertad. Cayó pues en los últimos
dias de Agosto del ministerio de la Guerra don
José de la Cruz, pasando de la secretaría á un ca-
labozo en compañía del brigadier don José Agus- tro Cruz.
tin de Llano y del intendente don Francisco
Aguilar y Conde, á quienes complicaron en el
monstruoso proceso. Tambien exoneró el monarca
de la superintendencia general de policía á don Jo-
sé Manuel de Arjona, sentándose en la silla del
ministerio don José Aymerich, coronel de los rea-
listas, y confiando la policía á don Mariano Rufi- Guerra.
no Gonzalez, que en su circular á las provincias
daba á los liberales el nombre de hijos de mal-
dicion.

Abrió Aymerich su nueva carrera de terror mandando que los realistas de la corte no pudiesen

1824. sion del minisCaida y pri

Aymerich ministro de la

ser arrestados en la carcel, sino en el cuartel, y Privilegios de que diesen la guardia de palacio el primer dia de los realistas. Octubre de cada año; privilegios que acrecentaron la impunidad y la soberbia de los proletarios. Tras esto ordenó á los capitanes generales que fomentasen y organizasen los cuerpos de voluntarios, proponiendo sin demora los medios que debian adoptarse para completar su armamento, y el vestuario de los que no pudiesen costearlo por su pobreza.

1824.

Bases para la purificacion de

Jos militares.

Indefinidos.

"Todo hasta tanto que con mas detenida meditacion tuviese á bien S. M. acordar el modo de rectificar ó mandar llevar á efecto el reglamento dado por el pasado ministerio." Asi anuló de una plumada el decreto de 26 de Febrero, destruyendo la única barrera que, aunque débil, se oponia al desbordamiento de la licencia. Habíanse clasificado en 9 de Agosto los premios que merecia el ejército llamado de la fé, concediendo dos grados á los que se pronunciaron á favor del absolutismo antes del 1.0 de Julio de 1822; un grado á los que lo verificaron antes del 1.° de Marzo de 1823; y la propuesta para el empleo inmediato á los que tomaron las armas bajo la bandera real desde 1.o de Marzo á 1.o de Mayo del mismo año. Tambien en el propio dia se fijaron las bases para la purificacion de los militares, tanto efectivos como retirados, quienes debian presentar relacion jurada de su vida política y de los puntos donde hubiesen residido desde 1820, espresando si pertenecieron á las sociedades secretas de masones ó comuneros. La base para purificarse debia ser el amor á la real persona, á sus derechos y al gobierno absoluto , y la reputacion que el individuo se hubiese granjeado por resultado de este amor: para la impurificacion habian de servir de fundamento el amor al sistema representativo y á sus máximas, la conducta política y la opinion que gozase por consecuencia de las anteriores circunstancias. Cuando se dan reglas tan arbitrarias que no conducen á un punto determinado, cuando se habla de la opinion aérea, de las ideas morales que estan ocultas en el corazon humano, se juega con la fortuna de los hombres, y se los pone maniatados en poder de sus enemigos para que los inmolen á su arbitrio conforme sus pasiones ó sus gustos.

Entregados los infelices indefinidos á la rabia

« AnteriorContinuar »