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cos, sino la parte del Pirineo vecina al Bearne y Bigorra en Francia, tierra que puntualmente corresponde á lo que ahora llamamos montañas de Aragon por Sobrarbe y Rivagorza. Este condado habia solicitado antes socorros de Francia, y debia sufrir de los primeros el resentimiento de los árabes. Los de Sobrarbe no habian tenido parte en esta liga; pero la vecindad los espuso al enojo de Abderrahman. Se ignora lo que en esta ocasion tuvie ron que padecer el Pacense contento con referir el. paso de Abderrahman por la Vacceya, las primeras guerras de este en la Galia, su derrota y muerte. entre Tours y Poitiers, pasa á referir los hechos de su sucesor Abdelmelik. Este, para reparar el honor de las armas, renovó el año siguiente la espedicion contra Francia. Al paso quiso desalojar. y destruir á los cristianos, hechos fuertes en las crestas de los montes; pero habiéndose empeñado temerariamente en su empresa, y convencido de que el cielo ayudaba á sus enemigos, no sin mucha pérdida y trabajo sacó las reliquias de su ejér cito á tierra llana, sin que pensara en lo sucesivo en continuar la guerra. El que mas se distinguió en la derrota de Abdelmelik fue Iñigo Arista con 20 gascones y 100 ginetes que mandaba, y en justo galardon se convinieron los guerreros cristianos en reconocerle y jurarle como rey suyo bajo ciertos pactos, entre los cuales el ma concibió en estos términos: "Que si él á sus su

dines mas notable se

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cesores no guardasen los pactos convenidos con sus súbditos, pudieran estos privarle del trono, y elegir otro rey aunque fuese pagano."

Por los años de 778 atravesó el Pirineo con numerosa hueste el emperador Carlo Magno, llamado por el wali de Zaragoza, que intentaba hacerse independiente del monarca de Córdoba. Habiéndose presentado el emperador delante de aquella ciudad, de la cual pensaba apoderarse, la halló preparada á resistirle. Hubo pues de retirarse á Francia, asi por esto, como por reprimir á los sajones, que con su ausencia andaban revueltos. A su paso por Pamplona la desmanteló; y los vascones irritados acometieron la retaguardia del ejército francés en Roncesvalles, y la derrotaron completamente.

Para vengar esta afrenta y sujetar á los vascones entró segunda vez en Pamplona un grueso ejército de francos, acaudillado por Ludovico Pio, hijo de Carlo Magno; pero receloso este caudillo de otro descalabro como el de Roncesvalles, por cuanto los vascos españoles estaban de acuerdo con los vascos franceses, se volvió á Francia, pasó el Pirineo con la mayor precaucion, y acometido en los desfiladeros por Lupo, gefe de los vascos franceses, quedó victorioso.

Por tercera vez entraron los francos en España, y los vascos sin hacer resistencia fingieron райа, someterse al emperador; pero al regresar á Fran

cia los enemigos fueron acometidos en las montañas por los vascos españoles y completamente derrotados, cayendo prisioneros Eblo y Aznar, caudillos de las tropas francesas. Con esto quedó ase gurada la monarquía pirenáica, tan humilde en sus principios, y por cuya razon sin duda fueron ignorados sus primeros monarcas por los escritores españoles y franceses de aquellos tiempos.

Por los años de 824, segun la academia de la Historia en el citado artículo, comienza la segunda dinastía de los reyes del Pirineo en D. Garcia Jimenez. Parece que habiendo este tenido la principal parte en la sorpresa de los generales francos Eblo y Aznar, se convinieron todos los guerreros cristianos del Pirineo en nombrarle rey. La eleccion se hizo en la cueva de San Juan de la Peña, asistiendo á este acto los principales caballeros, que algunas crónicas hacen subir á 600. Para congraciarse con los aragoneses restituyó don Garcia el condado de Aragon á D. Galindo, hijo de D. Aznar, á quien se le habia usurpado Iñigo Arista (1).

(1) Asi dice la academia de la Historia en el citado artículo. Otros historiadores aseguran que el primer conde de quien hacen mencion las escrituras antiguas, fue Galindo Aznarez en tiempo de los reyes D. Garcia Jimenez y D. Garcia Iñiguez. Algunos suponen dependiente de la corona de Navarra al condado de Aragon antes de incorpo

A principios del siglo X fue alzado por rey de Pamplona D. Sancho Garcés, que puede llamarse el restaurador del reino pirenáico. Segun el albeldense, el códice de Meyá y el Breviario de Roda, tomó este monarca las plazas fuertes que habia entre Tudela y Nájera, conquistó la tierra de Yerri con sus pueblos, el campo ó cuenca de Pamplona y una gran parte de Aragon con sus fortalezas, resarciendo asi con grandes ventajas la pérdida que habia sufrido su sobrino el rey Garcia Iñiguez en la funesta jornada de Aibar. Purgó ademas su reino de los biotenatos ó tropas de bandidos, que aprovechándose de las revueltas del estado lo tenian todo lleno de confusion; y por úl. timo, enlazando sus hijas con los reyes de Leon y Asturias, puso fin á las diferencias que tenian estos con los de Navarra por la Rioja y tierras confinantes. Dejó este rey un hijo llamado D. Garcia Sanchez, quien por su tierna edad no tomo desde luego las riendas del gobierno, entrando á reinar en lugar suyo D. Jimeno su tio y tutor, no se sabe si por disposicion de D. Sancho. Tambien se ignora si D. Garcia empezó á reinar en vida

rarse en aquella; pero Briz cita una escritura, de la cual sc infiere lo contrario: el final de ella dice asi: Facta cartula donationis tertio nonas julii, regente comite Galindone Aragone; Garsia Enneconis (Garcia Iñiguez) in Pampilona. Historia de S. Juan de la Peña, págs. 85 y 89.

de Don Jimeno, ó despues de la muerte de este, acaecida en 931.

Como quiera que sea, el rey D. Garcia luego que tuvo edad competente casó con Doña Endregoto, hija del conde de Aragon Galindo Aznár, y por este medio se unió á la corona el condado de Aragon. Este rey no tuvo otras ocasiones de señalarse sino en algunos pequeños triunfos conseguidos contra los árabes que habian invadido el territorio de Sobrarbe; pero estos eran rebeldes al rey de Córdoba, con quien mantuvo D. Garcia buena inteligencia hasta su muerte, acaecida en 970.

Sucedió á D. Garcia su hijo D. Sancho Abarca, que habia casado con Doña Urraca Fernandez, hija del conde Fernan Gonzalez de Castilla. Garcia Fernandez, sucesor de este, acosado por los árabes y por el conde D. Vela, que pretendia apoderarse de Castilla, acudió á su deudo D. Sancho Abarca pidiéndole auxilios. Concedidos estos consiguieron las fuerzas castellanas y navarras unidas la célebre victoria de S. Esteban de Gormáz en 977 contra D. Vela y los árabes. Acaecieron despues los triunfos de Almanzor, indicados ya en el capítulo I, y D. Sancho no pudo ver concluida esta guerra, pues falleció en 994.

Mas dichoso que él fue su sucesor Garcia Sanchez (llamado el Tembloso, porque se enardecia hasta temblar de cólera en los hechos de ar

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