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Dudo que fuera de utilidad el tiempo gastado en las observaciones: la Comisión tenía formado juicio, que se transparenta en sus preliminares, y que sin gran esfuerzo defendió en la rápida discusión de los artículos. El proyecto imitaba en el fondo y en tal cual pormenor á la constitución de la Marina inglesa: volvía á establecer la Junta de Almirantazgo con grandes atribuciones; se reducían á siete las clases ó categorías de los oficiales de los buques con nombres de almirante, vicealmirante, contraalmirante, capitanes de navío y de fragata, tenientes primero y segundo; de suerte que quedaban suprimidas las escalas de alférez y teniente de fragata abajo y la de brigadier arriba, aligerando las promociones. Oficiales de marinería se denominaba á los de mar de pito, y ordenado el servicio de todos, hacíanlo otros artículos de los pilotos, constructores, médicos, capellanes, etc.

Algo más detenido que este asunto, que terminó en 27 de Diciembre de 1821, fué el de presupuestos; en la parte de Marina bien revisto, hasta reducirlo de 104 millones de reales estimados necesarios, á 70, de los que 10 habían de satisfacerse por las cajas de la isla de Cuba con destino á los servicios en América. Veintisiete buques armados para atender á la guerra en los dos hemisferios pareció mucho á los señores diputados, siendo, por tanto, preciso anular el propósito formado por el Gobierno de enviar al Pacífico una división compuesta de los navíos San Julián, San Pablo, Algeciras, fragata Casilda, con algunos buques menores, á cargo del teniente general D. Juan José Martínez 1; expedición que pudiera todavía llegar á tiempo. Varias otras reducciones exigieron las Cortes, sin excepción del personal, anteriormente rebajado á 494 oficiales, desde almirante á alférez; suspendida la admisión de guardias marinas, y llevada la parsimonia en los gastos al cierre de los talleres de instrumentos de precisión, venta de libros y supresión de imde la Armada nacional D. Alejandro Briarly, con la traducción de varios articulos de la Ordenanza general de la Marina británica que la acompañaban. Mandadas imprimir de orden de las mismas.—Madrid. Imprenta de D. Juan Ramos y C. 1821. 15 páginas en 4.o

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1 Archivo del Ministerio de Marina. Expediciones de Indias. Año 1821.

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prentas 1. No suplía, por lo visto, el número de los ministros del ramo, pues que en tres años de Gobierno constitucional se contaron cinco, á la significación é influencia que les sería necesaria; mas fuera mucho desear hombres grandes en menguados tiempos.

Menguados y tristes. Extendido el contagio político de España á Portugal, Nápoles, Sicilia y Cerdeña, las grandes potencias en alarma convocaron á Congreso en Verona (1822), donde, exceptuada Inglaterra, acordaron retirar de Madrid á sus representantes, rompiendo las relaciones diplomáticas, si la causa de los disturbios, es decir, si la Constitución de Cádiz no se modificaba y restringía; imposición á que dió el Gobierno respuesta digna, arrostrando las consecuencias, no limitadas, por cierto, al aislamiento en Europa y á la malquerencia del mundo. Francia, por más vecina, contando con la aquiescencia de las otras, determinó intervenir con la fuerza, disponiendo al efecto un ejército de 100.000 hombres que, al mando del Duque de Angulema y dividido en cinco cuerpos, pasó las fronteras el 7 de Abril de 1823.

Apenas conocidos el movimiento y la intención por el Gobierno, no considerándose seguro en Madrid, resolvió trasladarse á Sevilla con las Cortes, contrariando la voluntad del Rey, cuyas simpatías estaban del lado de los hijos de San Luis, lo mismo que las de los afiliados en el partido realista y

1 Archivo del Ministerio de Marina. Indiferente.

2 Lo fueron, por su orden, el capitán de navio D. Juan Javat; el oficial de secretaria D. Francisco de Paula Escudero; el brigadier D. Jacinto Romarate; el capitán de fragata D. Dion sio Capaz, comandante que había sido de la fragata Maria Isabel, presa en Talcahuano, y D. Francisco Osorio, también oficial de secretaria como Escudero.

3 Á Nápoles envió el Gobierno el año 1821, en apoyo de los constitucionales, una división naval compuesta del navio Guerrero, fragata Perla y bergantin Jason, al mando del brigadier D. José Ramón de Obregón. Se retiró á la llegada del ejército austriaco. Apareció entonces un opúsculo titulado

Siete arengas de un español americano à los españoles de ambos mundos sobre la parte que debe tomar la España en la guerra que los gobiernos del Norte han declarado al Reino Unido de las Dos Sicilias.-Madrid, imp. de Álvarez, 1821. En 8.o, 110 páginas.

• Luis Antonio de Artois, hijo de Francia, duque de Angulema, firmaba en España.

las de muchos que, sin pertenecer á ninguno, ansiaban el término de las conmociones y de la intranquilidad. Por ello la invasión en nada se asemejó á la de las huestes de Napoleón I; ahora no encontraron apenas los franceses obstáculo ni resistencia, llegando á Madrid y continuando por el camino de Andalucía como en paseo militar; que en vano el Congreso declaró la guerra á la nación entrometida (29 de Abril) y trató de repetir el inolvidable ejemplo dado contra la soberbia del Capitán del siglo cuando era unánime el sentimiento patrio de los españoles.

También, como entonces, buscó el Gobierno refugio y baluarte en la isla gaditana, no sin acto de violencia, que había de empeorar la situación. Habiéndose opuesto el rey don Fernando al viaje, declaráronle las Cortes incapacitado, y nombraron regencia de tres personas, los generales de Marina Valdés y Ciscar y el del Ejército D. Gaspar de Vigodet, que solamente tres días usaron de sus poderes, resignándolos tan luego como el Monarca estuvo instalado en Cádiz.

A poco se vió la isla bloqueada por tierra y mar, empezando segunda parodia del sitio de 1810, no, en verdad, porque en el referido general Valdés, á cuyo cargo se puso la defensa, dejara de mostrar de varios modos' que, según cuenta uno de sus biógrafos, conservaba aquella serenidad, aquel generoso desprendimiento de la vida que tanto realce le habían dado en San Vicente y en Trafalgar, sino por ser otros los tiempos y otras las circunstancias. Al presente no era considerable la escuadra francesa del bloqueo: tres navíos, II fragatas, ocho corbetas; ni llegaba con mucho el ejército del Duque de Angulema al del mariscal Soult 2; sin embargo, asaltados los fuertes del Trocadero, después de abierta brecha, la noche del 30 al 31 de Agosto, cundió el desaliento desde los soldados hasta los ministros, que ya no procuraron

1 Véase el Apéndice á este capítulo.

2 Había tropis españolas en este ejército, y fuerzas sutiles nuestras que se armaron en Sanlúcar y que mandaban el brigadier de la Armada D. Diego Butrón y el capitán de navio D. Juan Ángel Michelena, cooperaron con la escuadra francesa al bombardeo de Cádiz en el mes de Septiembre.

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más que salir del paso honrosamente por medio de negociaciones.

El 29 de Septiembre enviaron las Cortes una diputación diciendo al Rey que podía salir de la plaza y avistarse libremente con el Duque de Angulema, y á seguida se disolvieron. Tampoco hizo esperar D. Fernando mucho tiempo su resolución: el mismo día 29 decidió trasladarse al Puerto de Santa María, verificándolo el 1.o de Octubre en una falúa que gobernó el general Valdés, acompañándola muchos bateles engalanados en la breve travesía, durante la que no dejaron de tronar los cañones de la muralla en salva repetida por los buques de la escuadra francesa '.

En el Puerto esperaban, á la llegada de S. M., los Duques de Angulema y del Infantado con numerosa comitiva de personajes franceses y españoles, que aclamó á los Reyes. Terminada la ceremonia se encerró D. Fernando con el canónigo Sáez, al que nombró ministro universal mientras llegaba á la Corte, para aprobar y firmar, con la fecha misma de 1.o de Octubre, decreto declarando nulos y sin ningún valor los actos del Gobierno llamado constitucional y volviendo las cosas al estado en que estaban el año 1820, ó sea al de 1814, ó, lo que es igual, al de 1808, siempre constante en la idea de que el tiempo no transcurriese oficialmente. Con tal decisión,

1 Recuerdo de esta única navegación de D. Fernando VII es una medalla de 49 milimetros, grabada en París por P. G. Miranda, que en el anverso presenta el busto del Rey de Francia con leyenda LUDOV. XIV BORBONIUS REGES HISPANIA DEDIT, viéndose en el reverso la bahía de Cádiz y la falúa real pasando por medio de la escuadra del contraalmirante Duperré. En el exergo, KAL. OCTOBRIS

MDCCCXXIII.

El pintor de Cámara D. José Aparicio fijó también en un lienzo el desembarco de SS. MM. en el Puerto, y publicó un opúsculo descriptivo acompañado de láminas; la Marina, en fin, celebró gran fiesta en Almería haciendo simulacro del bombardeo de Cádiz y embarque de S. M. Entre las composiciones poéticas con que se adornaron los bajeles del simulacro, una decía:

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según anunciaba la Gaceta extraordinaria de Madrid, «se abría nueva y venturosa época de la España restaurada»; según muchos que la leían, nueva época de lágrimas y sangre se inauguraba.

Los últimos estaban en lo cierto. Al tiempo del referido decreto público, firmó el Rey otros reservados condenando en muerte de horca á los individuos de la regencia efímera del 11 de Junio, Valdés, Ciscar y Vigodet, aunque con anuencia suya aceptaron los cargos, y en confiscación de bienes á todos los diputados que les nombraron; comienzo de la serie de proscripciones y fusilamientos que no tuvo fin durante su vida, y esto ejecutado á favor de la ocupación de las tropas extranjeras, que se fué prorrogando de año en año con enorme sacrificio pecuniario del país.

Tocóle la suerte poco envidiable de volver á despachar la secretaría de Marina en estos tiempos á D. Luis María de Salazar, autoridad sospechosa á las clases inferiores por las ideas vertidas en las cartas que dió á luz en los de marras con el seudónimo de Patricio Vitoriano, é impopular doblementé desde que la situación del Erario, más angustiosa cada día, y las exigencias del ministro de Hacienda le impusieron las obligaciones de cercenar los haberes generales y suprimir entre los cuerpos particulares los menos precisos, medidas que le procuraron odiosidad y censuras 3; mas ¿cómo pudieran compararse su aptitud, ilustración y conocimientos con los de los ministros que le precedieron en el período constitucional, en que tan bajo anduvo el nivel de las secretarías?

1 Véase Apéndice núm. 2 de este capítulo.

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* En el primer convenio entre los reyes de España y Francia para concertar la indemnización de gastos ocasionados por el ejército de ocupación, firmado en Madrid el 29 de Enero de 1824, se declaró el Gobierno español deudor de 34 millones de francos. Otro convenio se formalizó en 9 de Febrero para la permanencia de las tropas francesas, mediante dos millones de francos al mes, sin contar acuartelamiento, provisiones, hospitales, transportes, repuestos, etc., y fueron prorrogándose hasta el 30 de Diciembre de 1828, en cuya fecha se reconoció por este concepto la deuda de 80 millones de francos. Todos están incluidos en la Colección Cantillo.

· Véase el Apéndice núm. 3.

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