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nados, recomendándolos con paternal afecto, lo hizo en esta ocasión en los siguientes términos ':

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<< Repetidas veces he tenido la honra de dirigir á S. M., por conducto del ministerio del actual cargo de V. E., las más bien merecidas recomendaciones del distinguido mérito y servicios rendidos por los oficiales, tripulación y guarnición de la fragata Ligera, contraídos, tanto en distintas acciones de armas, como en faenas de extraordinario buen desempeño marinero. Asimismo he hecho presente el que han adquirido estos beneméritos servidores de la patria, por su constancia en sufrir subordinados toda clase de privaciones, en medio del más incesante trabajo, y no haberles quedado género de sacrificios que no hayan tenido en poco hacer en beneficio de nuestra santa causa, ni desprendimiento que no hayan practicado de cuanto han llegado á adquirir, cediéndolo todo con indecible nobleza. En la actualidad acaban de demostrar la mayor bizarría en momentos bien críticos y apurados, unida á una perseverancia en las fatigas de difícil imitación, y no cumpliría con el más dulce deber de cuantos me están impuestos si no reiterase á S. M. y á V. E. mis anteriores súplicas, para que se sirva premiar el mérito de estos dignos individuos, cuya relación nominal paso respetuosamente á manos de V. E. ', para que de este modo puedan recaer sobre ellos las gracias de S. M., á las que estoy persuadido se han hecho justamente acreedores.»

Para él pedía..... una fragata con que reemplazar la Ligera, considerando que de su pronto envío dependía la conservación ó pérdida de las provincias de Venezuela. Dependía, por lo menos, el temor que el nombre de Laborde inspiraba á los aventureros y corsarios, como prueba el hecho de que, al dejar de oirlo repetir, se alargaron con sus bajeles hasta la isla de Cuba, al sur de la cual rindieron á la corbeta Maria

1 Con fecha 31 de Diciembre tenia escrito que esta gente animosa, lo mismo que los oficiales, desde la salida de Europa, esto es, pasados dos años, no habían percibido más que mes y medio de sus sueldos, transcurriendo veintidós meses sin recibir un solo maravedi.

* La de los oficiales publiqué en los Naufragios de la Armada española, pág. 296.

Francisca, de 22 cañones, batiéndola con otra corbeta de más artillería y tres bergantines'.

Cumpliéronse esta vez los deseos del Comandante de Puerto Cabello en el de la Habana, donde por mandato del Gobierno se pusieron á su cargo la fragata Constitución ó Sabina y la corbeta Ceres, y no para tenerlas ociosas. El 3 de Abril dió la vela con dirección á Puerto Rico, y desde Aguadilla á su apostadero, donde sorprendió á los enemigos bloqueando. Pusiéronse á la vela apresuradamente al avistar á los dos buques españoles, esperando su acometida formados en línea de combate en esta forma: corbeta María Francisca, de 22 cañones; corbeta Carabobo, de 28, en que arbolaba insignia el comodoro Danells; goleta Leona, de cuatro, y bergantín Independiente, de 15. Fuera de la línea, á sotavento, situaron á otras tres goletas de guerra, Manuel, Rayo, Flor de la Mar y dos sin armamento. Eran en junto nueve buques.

Laborde se dirigió á toda vela sobre la línea, desde barlovento, atacándola á las cuatro y media de la tarde, á distancia de tiro de pistola, con vivo fuego resistido dos horas. Las corbetas insurgentes, que en este tiempo habían tratado de desarbolar á las españolas, arriaron bandera, dispersándose en el acto los otros dos buques, el bergantín bastante maltratado. No poco lo fué el aparejo de la Sabina, partidas las vergas y masteleros de gavia, así como el botalón de foc, perforado en dos sitios el palo mayor y muy lastimadas las velas y jarcias; mas por lo mismo que en el casco recibió poco daño, no hubo en los dos buques más baja personal que la de 17 heridos, mientras que de los insurgentes se registraron 40 muertos, 20 heridos y 300 prisioneros.

Acabada la función, como por ella quedó alzado el bloqueo de Puerto Cabello y pudo socorrerse á la plaza, reparadas

1 Ministerio de Marina. Expediciones de Indias, 1823. La mandaba el teniente de navio D. Vicente Caamaño.

2 Carta de Laborde al Ministro, núm. 473, de 8 de Mayo de 1823. Expediente en el archivo del Ministerio de Marina. Expediciones de Indias, 9 de Diciembre de 1823 á 20 de Enero de 1824. Torrente no tuvo exactas noticias al tratar de este sùceso.

prontamente las averías, partió Laborde con la fragata, las tres corbetas y el bergantin Hércules en auxilio de Maracaibo, donde la situación, de excelente, había cambiado á crítica con la desacertada marcha impuesta á las operaciones por el general Morales. No había cuidado de cerrar la entrada de la laguna á la escuadra insurgente; no la había destruído en el principio, pudiendo, y cuando engrosándola se habían hecho superiores y dominaban las aguas, con decidido empeño, con imprudente resolución inquebrantable, como todas las suyas, determinaba reñir batalla naval, que necesariamente pondría al azar la suerte de la campaña, y daba á Laborde orden terminante de dirigir la acción sin demora.

Tenían los colombianos tres bergantines y siete goletas de guerra ó corsarios, á que habían añadido seis flecheras y tres bongos, sumando entre todos 96 piezas de artillería, cañones y carronadas de grueso calibre, 1.109 marineros, en su mayoría extranjeros, como lo eran los capitanes Chitti, Belluche, Joly, Tono y otros, y para la batalla, que había de mandar el jefe superior Padilla, embarcaron de 700 á 1.000 hombres de tropa.

La escuadrilla real, puesta á las órdenes de Laborde, se componía de más vasos; tres bergantines, doce goletas, dos flecheras, tres faluchos, tres guairos y ocho piraguas; todos, menos las flecheras, buques mercantes con armamento improvisado de una ó dos piezas, así que no sumaban más que 67 cañones de los calibres de 16 á 4. Estaban tripulados por 1.202 hombres en total, y de ellos, separando 90 marineros de la Sabina, que acompañaron al Comandante, era el resto gente del país, en cuyo ardor no había mucho que fiar.

Era, pues, considerable la superioridad de los insurgentes en todos conceptos, y todavía tuvieron la del viento, á favor del cual cayeron el 24 de Julio sobre la línea española, dominándola con la altura de sus cascos. La pelea fué, no obstante, reñida, y en no pocos lances parciales, notable; mas el resultado no podía ponerse en duda sin uno de esos favores de la fortuna ajenos á todo cálculo: volado en la refriega el mayor de los bergantines españoles, rendidos ó á fondo otros bu

ques, á duras penas pudo Laborde retirarse con la goletillà Especuladora que montaba, haciendo espaldas á las nombradas Fulia, Salvadora y Guajira, con las flecheras Atrevida y Guaireña. Gran desastre: pasaron de 400 las bajas de muertos y heridos y de otras tantas las de prisioneros 1.

1.

Punto por punto se realizaron después de la batalla los temores indicados por el Comandante de marina. La posición en Maracaibo se hizo insostenible y tuvo el general Morales que capitular con los insurgentes el abandono, embarcando con sus tropas para la isla de Cuba. Laborde se dirigió á la misma con sus buques, á fin de poner en seguridad á las corbetas apresadas, y durante su ausencia, estrechada por tierra y mar la plaza de Puerto Cabello, sucumbió también, habiendo prolongado la defensa cuanto pudiera exigir la honra de las armas. Al concluir el año 1823 no quedaba en las provincias de Venezuela un solo puesto por el Rey de España, ni buque que en las aguas arbolase su bandera frente á la colombiana, mostrada ya por estos días en un navío de 64 cañones adquirido de la Compañía holandesa de las Indias, una fragata de 38, tres corbetas y varios bergantines de á 18 y 20, no todos buenos en verdad 2; pero sin igualar á los corsarios, que de colombianos sólo tenían la apariencia, suficientes por el número y la representación para tener en jaque á los pocos del apostadero de la Habana, como prácticamente se advirtió con la rendición de nuestra corbeta Ceres, atacada por dos enemigas, en unión de un bergantín y una goleta 3, y con otros combates de resultado distinto, entre ellos el de la goleta Condor con otra de superior fuerza, que resultó glorioso á nuestra Armada, y aun entre los de corsario á cor

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1 Véanse los Apéndices á este capítulo.

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2 Comunicación de Laborde.-Comprobándola Baralt en su Historia, consigna que el referido navío, comprado en 80.000 pesos, no les sirvió para nada; siendo más de observar que lo mismo aconteció con las fragatas Colombia y Cundinamarca, adquiridas en los Estados Unidos; con la corbeta Bolivar y el bergantin Independencia, bajeles por los que se pagó la suma de 1.068.000 pesos.

3 Carta de Laborde, núm. 498, de 11 de Abril de 1824. Mandaba la Ceres don Martin de Espino.

* Véase apéndice núm. 7 de este capítulo.

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sario, el del bergantín Marinero con una goleta insurgente, que estando para rendirla, ya desmontada su artillería, se voló la santabárbara, pereciendo el capitán D. Salvador García y 30 hombres más. El resto fué recogido por el insurgente 1.

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En estos meses apresó el teniente de navío D. Agustín Aguilar Tablada con la corbeta Zafiro á una goleta grande de ocho piezas, y D. Ignacio Fernández Flores, con la Aretusa, á un bergantín de 16, ambos de bandera colombiana; lo cual quiere decir que, tomando la ofensiva desde que se vieron libres en sus costas, venían á hostilizar en las de Cuba.

Otro tanto hicieron los mejicanos, contando con escuadrilla recientemente organizada bajo la dirección del comodoro David Porter, antiguo oficial de la Marina de los Estados Unidos, por lo que se hacía difícil proveer y auxiliar al castillo de San Juan de Ulua, bloqueado constantemente. Dos veces lo verificó Laborde con su división, sin que los enemigos se determinaran á oponérsele; la tercera, dando la vela desde la Habana con las fragatas Sabina, Casilda, Aretusa dos transportes no tuvo tan buena suerte. Sufrieron huracán el 27 de Septiembre de 1825, con el que desarboló la primera, obligándola á arribar, y dispersas las otras, no determinándose á proseguir aisladas en su comisión, se encontró el gobernador del castillo, brigadier D. José Coppinger, falto de provisiones, con la guarnición enferma; capituló el 18 de Noviembre, evacuando la fortaleza y pasando á la Habana en buques parlamentarios.

y

Por no haber sido antes atendidos los constantes clamores .de Laborde, á punto estuvieron de crecer los males, toda vez que, saliendo Porter de Veracruz con la escuadrilla mejicana, de acuerdo con las de Colombia, establecieron el bloqueo de Cuba y combinaron planes contra Puerto Rico; mas, antes de que la situación se agravara, llegaron de la Península el

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1 Gaceta de Madrid de 14 de Octubre de 1824. Ocurrió la pelea en la costa de la Florida.

* Por ello fué suspendido de empleo el Comandante de la Casilda D. Fernando Dominicis. Real orden de 31 de Enero de 1826.

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