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taban y que debía tomar.-Su obstinado empeño en remitir la suerte de ·las provincias de Venezuela á un combate naval.-El comandante de Marina expone su moderada conducta, esperando las decisiones de la superioridad, y refiere sus operaciones en la Costa Firme, después de los acaecimientos de Maracaibo, para proveer de víveres á Puerto Cabello, aliviar esta plaza de enfermos y bocas inútiles, asegurar asimismo la existencia de las corbetas apresadas y demás buques, y remediar en lo posible los efectos de la imprevisión del general Morales.-Mientras este general da á la imprenta y á pública luz, en Santiago de Cuba, el parte oficial que dirige al Capitán general de la isla de Cuba, que se inserta en todos los periódicos de la Habana.-En este parte, y faltando descaradamente á la verdad, pretende el general Morales ocultar sus errores y fascinar la opinión pública, indicando indirecta y suspicazmente al comandante de Marina de ser el autor de la pérdida total de las provincias de Venezuela.-El comandante de Marina hace un breve resumen de las inculpaciones que indirectamente le hace el general Morales en su ya citado parte; responde brevemente á estos cargos, pues en lo demás se propone constestar á ellos con toda la extensión que sea necesaria para su justificación, y deshacer tan infundadas como calumniosas imputaciones.-Manifiesta al Excmo. Sr. Ministro de la Marina que, careciendo de toda especie de relaciones y apoyo, necesita le dispense S. E. su protección, pues aunque fuerte del testimonio interno de su conciencia, que le asegura haber obrado bien, teme, sin embargo, que las anticipadas sugestiones del general Morales predispongan los ánimos contra él, y suplica á S. E. tenga la bondad de poner en manos de S. M. una instancia en que reverentemente pide se examine su conducta.-Remite los documentos que acreditan la infausta noticia de la pérdida de la importante plaza de Puerto Cabello.-Pide reverentemente permiso para ir á restablecer su salud á la Península.

NÚMERO 5.

Carta del comandante del apostadero de Puerto Cabello D. Angel Laborde al ministro de Marina con fecha 29 de Marzo de 1824, con resumen de la campaña de Costa Firme y justificación de sus actos.-Extracto hecho por el mismo Laborde en el índice de su colección.

Número 495.-Manifiesta al Excmo. Sr. Ministro de la Marina las gestiones que hizo desde su ingreso en el mando del apostadero de Puerto Cabello para lograr poder remitir la corbeta Bailén al puerto de la Habana, lo que nunca pudo conseguir por la escasez de medios y absoluta falta

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de remesa de auxilios.-Participa cómo por este abandono y carencia de socorros hay en el día que agregar al doloroso sentimiento de la pérdida de la plaza de Puerto Cabello el de la mencionada corbeta.-Cuando á principios del mes de Mayo último volvió á la Costa Firme, abundaba en él ardiente deseo de preservarla de este riesgo; pero las averías sufridas en la acción del día 1.o de dicho mes en las arboladuras de los buques, y no hallar en Puerto Cabello ningún género de acopio, le obligaron á sacrificar la de la Bailén para reponer en parte la de la fragata Sabina.-Este sacrificio le impidió poder sacar de Puerto Cabello dicha corbeta cuando con la totalidad de los demás buques se vió imperiosamente obligado á abandonarla sin pérdida de momento.-En este conflicto deja instrucciones para precaver que en el caso de algún funesto evento que acaeciese á la plaza, se evitase al menos que la Bailén cayese en manos de los enemigos, é incluye copia de dicha instrucción.-Hace respetuosamente presente al excelentí simo Sr. Ministro cree útil interrumpir esta primera relación para procurar darle una idea de la plaza de Puerto Cabello, considerada bajo el aspecto de la insurrección de nuestras colonias, mutaciones hechas en ella con este motivo, añadiendo varias aclaraciones que se persuade contribuirán eficazmente á la verdadera ilustración de lo que en ella ha pasado y preparado de antemano su última catástrofe.

En esta digresión se propone una segunda mira de utilidad, cual es hacer convincentemente demostrable la solidez con que anteriormente había elevado á la superioridad sus clamores acerca de sus recelos por la existencia y conservacion de la plaza de Puerto Cabello, cuya suerte se hizo dependiente del capricho de quien era incapaz de apreciar lo que valía.

Hace referencia de una junta de guerra y de autoridades de las provincias de Venezuela, celebrada en la noche del 17 de Mayo de 1821 en la plaza de Puerto Cabello, en la que el comandante de Marina expone sus ideas acerca de la mejor defensa de dicha plaza, que era el principal objeto de la convocación de la referida junta; y manifiesta que su propuesta fué en lo sucesivo la base sobre la cual se fundaron, con más ó menos exactitud, discernimiento y actividad, cuantas providencias de utilidad se llegaron á plantear, llegando el caso de desentenderse en determinada época de toda regla de prudencia y de sus saludables avisos.

Propone la construcción de un frente fortificado en el arrabal, que, preservando una parte de esta población, alejase el ataque del enemigo del cuerpo de la plaza, del puerto y del natural fondeadero de los buques, y asegurase el surtimiento de agua de todos los moradores y buques de Puerto Cabello.

Indica qué razones han motivado en tiempos anteriores el que varias

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plazas marítimas de nuestra América septentrional no estén fortificadas por la parte de tierra, cual sería de desear lo estuviesen en el día.

Opina debía inmediatamente demolerse la bateria alta y baja del Trincherón.

Opina lo mismo acerca de las baterías de la Vigía baja y toda la obra de la Vigía alta.

Describe el trazado que propuso se diese al frente proyectado, y cubrir el flanco oriental de la parte interna de la ciudad de Puerto Cabello.

La junta nombra acto continuo una comisión, sacada de su seno, para examinar el terreno y propuesta del comandante de Marina.-La comisión lo cumplimenta y aprueba la propuesta, y de ello informa seguidamente á la junta.

Indica que su continua movilidad no le ha permitido dar una asidua atención, cual hubiera sido conveniente dar á estas ideas, y le hubiera dado todo hábil ingeniero, de cuya circunstancia apreciable distaba mucho D. Juan Nepomuceno Faldón, quien, á resultas de la infausta batalla de Carabobo, vino desgraciadamente á concurrir á Puerto Cabello para dar las pruebas más notorias de su estupidez, inmoralidad y atroz crueldad.

Llega á Puerto Cabello la noticia de la ocupación de Caracas por nuestras tropas después de la primera emigración de sus habitantes. - Indica el imperdonable error del brigadier Morales en no acometer y perseguir al disidente Bermúdez, y sacrificar ineptamente nuestra justa causa á su vanidad y absoluta falta de conocimientos.

Encuentra conveniente poner en noticia del Excmo. Sr. Ministro de la Marina las primeras causas que motivaron las desgracias acaecidas en la Costa Firme desde su ingreso en el mando del apostadero de Puerto Cabello, y, en consecuencia, indica como primer origen de ellos la remoción de la Capitanía general de Caracas del brigadier D. Francisco Núñez del Pino para destino fuera de las provincias de Venezuela.

El brigadier D. Ramón Correa, sucesor de Pino, insta al comandante de Marina suba á Caracas á conferenciar con él.-Conferencia interesante que pudo haber salvado á nuestra justa causa de muchas desgracias; pero que se malogró por haber carecido entonces el comandante de Marina de los conocimientos topográficos y demás para penetrarse de la importancia y trascendencia del objeto que la motivaba, y de consiguiente, no haber insistido con más calor sobre su opinión, que probablemente hubiera movido al Sr. Correa á no despreciar, como lo hizo, el ataque de flanco que el insurgente Bermúdez amagaba sobre la capital.

Dejando indicadas las causas que produjeron la primera evacuación de Caracas y conducción de emigrados á Puerto Cabello, diseña ligeramente

de qué modo el Sr. Correa, después de su salida de la capital, se compromete indebidamente con el enemigo, y agrava nuestros males por un exceso de pundonor fuera de lugar.

En vista de las primeras noticias de la entrada del brigadier D. Francisco Tomás Morales en Caracas, se determina salga de Puerto Cabello la fragata Ligera, con el crecido convoy á retornar la emigración á la Guaira, surtir de víveres á Cumaná y escoltar los buques restantes á Santo Tomás, y al norte de las islas los destinados á la Península.

Tan pronto recala sobre la Guaira, es instado por las autoridades de tierra á detenerse, en vista de haber mancado Morales la operación sobre Caracas, comprometiendo al coronel Pereira sin haber acometido al insurgente Bermúdez.-Se refiere á su oficio núm. 346 para la explicación de las causas que motivaron la segunda evacuación de Caracas y la Guaira.

Sin entrar en los detalles de la batalla de Carabobo, da sucintamente una idea de ella, manifestando que en el día, sobre este suceso, al cabo de tres años de ocurrido, no ha podido variar del concepto que manifestó en su oficio. Se propone sólo aquí hacer referencia de algunas circunstancias dignas de meditación por la influencia que han tenido sobre la suerte de la interesante plaza de Puerto Cabello y marina de su mando.

Hechos ocurridos en la batalla de Carabobo de tan reconocida certidumbre, que nunca han discordado en su admisión ninguno de los que en ella tuvieron parte ó fueron testigos, y aun los mismos enemigos.-El brigadier Morales, después de la batalla de Carabobo, deja dispersarse toda la caballería del ejército que mandaba, sin tratar de reunirla, y se encierra dentro de la plaza de Puerto Cabello, dejando de auxiliar al coronel Pereira, que quedó comprometido en Caracas, y sin procurar sacar partido de esta caballería, sosteniendo la campaña, y obrar sobre el enemigo ó hacer alguna útil diversión en el llano.

Para cubrir este error, sus paniaguados sembraron la detracción calumniosa de que el general Latorre no curó de la suerte de la división de Pereira con expediciones marítimas. Se indican las que, en efecto, se despacharon con éste y otros objetos, y demuestra lo infundado de esta inculpación. Remonta á las causas que de antemano produjeron los desastrosos efectos que se notaron en la batalla de Carabobo. En la retirada de nuestro ejército desde Carabobo á Puerto Cabello, se advierten datos que confirman la existencia de las mismas causas que produjeron el mal éxito de la batalla.

Trata de una importante junta de guerra celebrada en Puerto Cabello recién dada la batalla, y que esta junta debe considerarse como la piedra angular sobre que se ha fundado el edificio de la heroica constancia de es

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fuerzos que desde este día desplegaron la marina y ejército de Venezuela.

Expone con qué motivo ha hecho mención de la referida junta. Detalla en qué operaciones tuvo que emplearse á consecuencia de haber sido dimanadas del acuerdo de la expresada junta.-Mientras se ocupaba en estas operaciones, se le propone la de evacuación de la plaza de Cumaná, y manifiesta su dictamen sobre esta resolución, que hace suspender.-Manifiesta asimismo su constante opinión sobre esta clase de resoluciones, y las razones que creyó fundadas para no creer conducente la evacuación de Cumaná.-Resume su dictamen acerca de la pacificación de las provincias de Venezuela.

Hace presente al Excmo. Sr. Ministro de la Marina las fundadas razones que ahora tiene de hacer mención de estos asuntos, pues de la referencia se viene en conocimiento del espíritu de la facción agitadora é intrigante que siempre ha obrado en la Costa Firme.

Trata del expediente formado por el Alcalde y Ayuntamiento constitucional de Puerto Cabello contra el comandante de Marina, sirviéndoles de pretexto querer graduar el agua que hacía la fragata Ligera.-Trata asimismo de una representación del síndico personero contra el mismo comandante. Indica á quién, por notoriedad, se atribuía en Puerto Cabello este escrito; el mismo que llevó á la firma del general Morales una carta, que nunca podrá considerar como producción original de este General.

El expresado síndico le acusa de haber empleado su influjo para estorbar la evacuación de la plaza de Cumaná, y el Comandante de Marina llama la atención del Excmo. Sr. Ministro sobre algunas reflexiones que arroja de sí esta acusación. Le acusa igualmente de no haber provisto de víveres la plaza con la debida antelación. Datos que mediaron en la expedición de la conducción de una muy considerable emigración de Puerto Cabello á Puerto Rico. El síndico, ó, por mejor decir, el malicioso intrigante á quien servía de testaferro, indica vagamente la ejecución y manejo de esta expedición.

Dato infundado á que tal vez querrá aludir esta maliciosa divagación. Se evidencia victoriosamente que este dato no tiene conexión alguna con el comportamiento y disposiciones del Comandante de Marina, de donde se deducen algunas reflexiones que corroboran la consumada malicia del expositor.

Al regreso del Comandante de Marina de esta expedición á Puerto Cabello, nota que su propuesta acerca de los preparativos de defensa de aquella plaza habían empezado á ponerse en ejecución. Asimismo describe el mal estado en que halló los ánimos de los jefes, autoridades locales y división

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