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cuando desde ella se transfirió el Sr. Latorre á la plaza de Puerto Cabello.-El brigadier Morales se presenta en el pueblo del Tocuyo á tomar este mando, y se expresa el número y clase de combatientes que le dejó su antecesor en él.-Desde el Tocuyo marcha á Coro.-Inoportuna y antimilitar detención en esta capital.-La división enemiga de Maracaibo pasa la Laguna para venir á atacar á Morales.-Este reune todas las tropas, y los enemigos, en consecuencia, se retiran.-Refiere la escandolosa lentitud de esta persecución.-Los enemigos repasan la Laguna, y nuestras tropas llegan hasta los puertos de Altagracia.-De qué modo nuestras tropas tomaron posesión de este pueblo.-Los enemigos, con este movimiento, logran separar nuestras fuerzas del socorro de Puerto Cabello y llevarlas en sentido contrario.—El general Morales, en vez de acudir al socorro de Puerto Cabello, como se lo mandaba el General en jefe, se detiene inútilmente en Altagracia proyectando la toma de Maracaibo, é indiscretamente ocasiona la pérdida de dos flecheras nuestras.

Avisado el general Morales de que los enemigos invadían la provincia de Coro por el Oriente, despacha al coronel Tello para la capital.-Los enemigos atacan á dicho Coronel y lo derrotan en vista de su corta fuerza. -A resultas de esta derrota, el enemigo ocupa á Coro, capital de la provincia.-Tello se retira á la serranía.-El enemigo se contagia en Coro y emprende su retirada.

Permaneciendo Morales en los puertos de Altagracia, es avisado de la anterior derrota de Tello.-Recibe este aviso, y en su consecuencia toma la inhumana y descabellada resolución de hacer pasar la Laguna á 800 hombres de sus tropas, sobre un terreno enemigo ocupado por más de 2.000 combatientes, sin más fin de utilidad que entretener al enemigo á costa del sacrificio de esta gente.-Reconoce la mala posición que había tomado y la necesidad de retirarse de ella. Se retira de los puertos de Altagracia. -Emprende lentísimamente su marcha sobre los enemigos, que habían invadido la provincia, y en el discurso de esta marcha anuncia un raro y atroz proyecto para encubrir sus formales ideas.

Verdaderas intenciones del general Morales en esta ocasión.-De qué modo, por la apatía y malas disposiciones, logran los enemigos evacuar impunemente la provincia de Coro, cuando era fácil rendirlos ó exterminarlos todos antes de esto.-Morales manda al coronel Tello, que perseguía al enemigo hasta el Pedregal, que se le reuna en Urumaco.-Verificada la reunión, determina el Sr. Morales no obedecer las órdenes del general Latorre, y resuelve regresar á los puertos de Altagracia.-Emprende, en consecuencia, su marcha.

El general disidente Soubiet, reunido con el cabecilla Piñango, inva

den segunda vez la provincia de Coro por el Oriente.-Trastorno de Morales al saber esta noticia, en vista de la cual, sin plan, sin concierto ni orden, emprende su marcha sobre Dabajuro.-El coronel Tello acude al socorro con la corta reunión de gente que pudo juntar.-Los enemigos sorprenden nuestra retaguardia, y sólo el valor de nuestras tropas pudo decidir la victoria á nuestro favor del modo más heroico. Sin embargo, todo se malogra por no haber sabido Morales sacar partido de las ventajas logradas con las bayonetas de sus valientes soldados.-Los enemigos evacuan impunemente la provincia, siendo así que ni uno debió haber escapado.

Conducta del coronel Tello después de esta acción, y la atroz del general Morales con los prisioneros hechos en ella.- Los enemigos se refuerzan prontamente en Carora y el Sr. Morales pierde inútilmente unos momentos preciosos en Urumaco.-Qué fuerza reunían los enemigos en Carora, y cuál era la del Sr. Morales.-Éste se decide á abandonar la provincia de Coro, embarcándose en los buques que á la Vela de Coro acababa de conducir el comandante de Marina Laborde.-En vista de las reflexiones que le hacen Tello y el jefe de estado mayor Méndez, desiste de la anterior idea y se propone esperar al enemigo en la posición de Agua Salada.—Sabe el Sr. Morales que Soublet la había tomado en Sasarida, y que le venía á buscar. En esta virtud, muda al instante de resolución y se embarca, abandonando la provincia de Coro, dejando en ella la mitad de su tropa en el mayor desamparo.-Conclusión.-Reflexión sobre ella.

Hechos posteriores á la campaña del general Morales en la provincia de Coro. Fatal influencia que tuvo sobre las operaciones de mar la inobediencia del Sr. Morales á las órdenes del general Latorre. Refiere el partido arriesgado que proy、ctó y á que tuvo que apelar para conciliar esta divergencia de ideas y planes, reducidos á salir de Puerto Cabello con la fragata Ligera, bergantín Hércules y goleta Morillo; dejar la primera en Curazao y pasar con los otros dos buques á la Vela de Coro.-Generosidad del general Latorre en acceder á la ejecución de este proyecto.- Desde Puerto Cabello se pasa aviso al Sr. Morales para que á día señalado concurra con su tropa á la Vela de Coro para su más pronto embarco.-Llega el Comandante de Marina á Curazao, y tanto éste como el coronel López se apresuran en pasarle por segunda vez el anterior aviso al Sr. Morales, y se le hace presente y demostrable la urgencia de no faltar á este acuerdo, patentizándole los riesgos y ruina que se debían seguir de no hacerlo así.- El Comandante de Marina cumple religiosamente su promesa, fondeando en la Vela de Coro el 16 de Julio de 1822, mas no así el Sr. Morales, y sobre esta circunstancia se hace una reflexión. El Comandante de Marina se transfiere de la Vela de Coro á la capital con el fin de abo

carse cuanto antes con el general Morales.-No lográndolo, se restituye á la Vela. Refiere de qué modo una goleta enemiga toma conocimiento de sus operaciones por la poca reflexión del comandante del puesto de Cumarebo.

El general Morales llega al cabo de varios días á la Vela de Coro.— Manda al Comandante de Marina eche en tierra los víveres que conducía para el Ejército, y que de hecho se fuese con la totalidad de los buques, pues estaba resuelto á no embarcarse. Se desembarcan los víveres, y al concluir esta penosa operación recibe el Comandante de Marina orden para embarcarlos, detenerse y prepararse al embarco de las tropas.

Manifestación del surgidero de la Vela de Coro. De qué modo y en qué circunstancia se presentó el general Morales con su tropa.-Excesivo número de ésta que se embarca en los buques.-Felices auspicios con que se emprende esta penosa remontada para Puerto Cabello.-A pocas leguas á sotavento del puerto de Santa Ana, capital de la isla de Curazao, se encuentra esta débil y obstinada expedición con la escuadrilla enemiga, que acudía á destruirla; lo que no logró por la feliz circunstancia de verificarse este encuentro á la vista de dicho puerto y de la fragata Ligera, que, dando la vela, la libró de su total ruina.

Tardío arrepentimiento del general Morales.-Al día siguiente de este encuentro se hallaba á la boca del puerto de Santa Ana sin víveres ni aguada y llenos los buques de averías irremediables en la mar, y prontos á perecer irremediablemente si el Gobernador general de la isla negaba la entrada en él.—Medios de que se vale el Comandante de Marina para obtenerla, y generosidad del contraalmirante holandés Cauztlaar:

Salida de Curazao.—Arribo á Puerto Cabello.-Entrega del mando en jefe del ejército del general Latorre hecha al Sr. Morales. Sale este último con todas las tropas con dirección á Caracas, y el Comandante de Marina para la Guaira con la Ligera y el Hércules. Este último consume todos sus víveres, y al regresar á Puerto Cabello apresa la goleta Condor.

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Por su parte, el general Morales termina la marcha en las alturas de Naguanagua por falta de resolución.—Extraña junta de guerra que celebra en dicha posición.-Refiere cómo la indecisión del general Morales en atacar al enemigo produjo la reunión de Soublet con el cabecilla Páez.—Asimismo manifiesta no supo el Sr. Morales sacar el debido partido de la marcha de nuestro coronel Cecilia desde la Vela de Coro, por San Felipe, con las tropas dejadas en dicho primer punto al tiempo del embarco. Este Coronel se vió obligado á entrar en Puerto Cabello por falta de previsión del nuevo General en jefe del Ejército.

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Resuelve el general Morales en Naguanagua el no atacar, retirarse á Puerto Cabello, embarcarse con sus tropas y salir de expedición para barlovento á encontrarse con el Comandante de Marina, que á la sazón sabía estar cruzando sobre la Guaira, esperando allí el resultado de las operaciones terrestres sobre Caracas.

Da la vela la proyectada expedición del Sr. Morales el 23 de Agosto de 1822. Tiene que arribar el mismo día por haberse declarado una vía de agua en la flechera Guaireña. Se demuestra la falta de cálculo y de método en este proyecto, la torpeza del apresto, y con estos datos se evidencia el carácter, miras y alcances del Sr. Morales.

Nueva comprobación de que hasta la llegada del Comandante de Marina á Puerto Cabello conduciendo á la goleta Condor, que acababa de apresar, no le había ocurrido al Sr. Morales otra idea que la de operar á barlovento de dicha plaza, y que de ningún modo había pensado aún el dirigirse este General á Maracaibo.-Tiene el honor de exponer al excelentí-simo Sr. Ministro de la Marina el único antecedente que trasuntó estas primeras resoluciones y decidieron al Sr. Morales á su desastrosa empresa de Maracaibo.-Indica fueron los papeles hallados en la Condor los que causaron el trastorno que se acaba de mencionar. — Refiere los datos que suministraron estos papeles, y las razones de propia conveniencia que el Sr. Morales tuvo para atenerse á ello y posponer á un lado lo que el honor y el mejor servicio de S. M. dictaban.

Extraña reserva del general Morales en no querer dar conocimiento al Comandante de Marina de sus proyectos sobre Maracaibo hasta después de haber salido de Puerto Cabello y de puesto á la vela, y se explican las razones que tuvo para obrår así.-Llámase respetuosamente la atención del Excmo. Sr. Ministro sobre el estado indefensible y de desvalimiento en que el general Morales dejó á la plaza de Puerto Cabello.-El teniente coronel, D. Miguel Domínguez, Gobernador de la referida plaza, se lo hace presente por medio de una sumisa y bien fundada representación. — La única contestación del Sr. Morales fué deponer á Domínguez de su gobierno é instalar en él al capitán de ingenieros D. Juan Nepomuceno Jaldón, á quien ascendió á teniente coronel de un regimiento que sólo existía en la imaginación de este General, que asimismo le hace su primer ayudante de estado mayor.-Finalmente, se demuestra el fin y objeto de este repentino favor de Jaldón y del atropellamiento de Domínguez.

Jaldón, como nuevo Gobernador de la plaza y como antiguo ingeniero de ella, sacrifica á su interés personal el del mejor servicio del Rey, prostituyendo estos dos empleos, mientras que Domínguez sufre el destierro á Curazao y todos los efectos del disfavor.-Combinadas las providencias se

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cretas del general Morales con su secuaz Jaldón, los primeros efectos se hacen sentir contra la persona de Q. Ramón Hernández de Armas, Auditor del apostadero de Marina de Puerto Cabello y honorario de departamento, que fué arrestado en una bóveda del castillo de San Felipe y expulsado en seguida de Puerto Cabello.

Á pesar de constarle al general Morales el estado de desvalimiento absoluto en que dejaba á la plaza de Puerto Cabello al tiempo de su partida para el saco de Maracaibo, y de consiguiente, el de los buques del apostadero que quedaban en ella, preceptúa exigencias al Comandante de Marina, como si quedase en el seno de la abundancia y de la propiedad, constándole asimismo era imposible cumplimentarlas, creyendo de este mcdo cubrirse de toda responsabilidad y endosarla al mencionado Comandante.

Arbitrio á que apela este último para precaverse de esta intriga y hacer patente las verdaderas circunstancias que mediaban, y obrar consecuente á ellas del modo más conveniente al real servicio.

Participa al Excmo. Sr. Ministro de la Marina cómo el capitán Jaldón se creyó con autoridad bastante para atropellar al Superintendente por S. M. de las provincias de Venezuela, deponerlo de sus funciones, nombrar al que le había de sustituir y el modo escandalosamente violento con que lo practicó.

Nulidad de carácter del honrado D. Diego de Alegría para regentear la Intendencia, en oposición al sistema de despotismo y arbitrariedad que se empezaba á desplegar. - Explica el fin y objeto de esta principiada persesecución. Para evitar sus efectos determinan el brigadier de la Real Armada D. José Sartorio y el capitán de fragata D. Juan Barrí ausentarse de Puerto Cabello y retirarse á Curazao, á donde, con el Sr. Sixto, los condujo la Ligera.

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De regreso esta fragata, el Comandante de Marina provee de víveres á Puerto Cabello; se mantiene cruzando, y para evitar mayores daños tiene que amparar desde la mar unas expediciones fraguadas por Jaldón con embarcaciones menores particulares y armadas en la plaza para el robo y exterminio de los pueblos de barlovento y sotavento de ella, y detalla los malos efectos de estas correrías y los fines que las motivaban.

- Jaldón destierra de Puerto Cabello á todos los empleados de cuenta y razón del Ejército, las embarca atropelladamente en un buque mercante y remite á Maracaibo, á resultas de lo cual queda cortada toda cuenta del Ejército y toda intervención de la parte administrativa.-Algunos de estos empleados obtienen comisión en Maracaibo, de adonde son arrojados á la Habana por el general Morales desde el momento que se rehusan á autorizar desórdenes pasados y repugnan los que diariamente se cometían.

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