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un buen éxito y cuán grato les fuera poderlos acompañar. Los centinelas de la Hyperion obraron de distinto modo, pues no cesaron de llamar con la bocina á las falúas hasta que acabaron de pasar; pero ninguna otra demostración hicieron.

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>>Las falúas avanzaban en dos divisiones, mandada la una por el capitán Crosby y la otra por el capitán Guise, y ambas iban bajo la inmediata dirección de Cochrane, que atravesó la cadena á media noche, montando la primera de las chalupas. Una de las cañoneras le dió entonces el ¿quién vive? Cochrane, mandando acelerar la boga, se echó sobre ella, amenazó de muerte al oficial y pasaron rápidamente al costado de la Esmeralda; subió á su bordo, mató uno tras otro dos centinelas, aunque el segundo, después de haber disparado su arma. Quedaron dueños seguidamente de la popa, y aunque la guarnición y tripulación sostuvo un vivo fuego por espacio de diez y nueve minutos desde el castillo de proa, todo fué inútil. Durante la primera resistencia, una lancha cañonera española, fondeada por la popa de la Esmeralda, disparó contra ésta un tiro, cuya bala rompió la cubierta bajo los pies del capitán Coig, á quien hirió, y mató dos marineros ingleses y uno nacional. La intención del almirante Cochrane era, como se ha indicado, apoderarse de todos los buques españoles fondeados en el Callao; pero habiendo hallado en la Esmeralda mayor resistencia de la que esperaba, y resultando él mismo herido en un muslo, el capitán Guise mandó cortar el cable de la fragata y se retiraron con ella, llevándose 173 hombres prisioneros, además de algunos muertos y heridos; éstos fueron remitidos á tierra al día siguiente con un parlamentario. La pérdida de los asaltantes fué de 11 muertos, lord Cochrane y 21 hombres heridos. Un canje de prisioneros que propuso seguidamente el Almirante, fué aceptado por el Virrey.»

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Muy poco difiere la narración de otro capitán de la Marina real inglesa 1, por lo que no haré más que traducir estos dos documentos que inserta:

INSTRUCCIONES DE LORD COCHRANE Á LA ESCUADRA CHILENA DE SU MANDO

<Á bordo del navío O'Higgins, 1.o de Noviembre de 1820.

>>Las lanchas cañoneras avanzarán en dos líneas paralelas separadas por la distancia de tres veces la eslora de una de ellas.

»Cada lancha irá al mando de un oficial, y toda la escuadrilla al del Almirante.

1 B. Hall, Voyage au Chili, au Perou et au Mexique en 1820 á 1822.

>>Oficiales y marineros vestirán de blanco, y se armarán de sables, pistolas, cuchillos y chuzos."

»El patrón de cada lancha llevará un hacha en el cinturón.

»Siendo objeto principal del ataque la fragata Esmeralda, todos los esfuerzos se dirigirán contra ella. Una vez tomada, servirá para capturar los otros buques.

>>Asegurada la fragata, no han de darse las voces de los ciudadanos de Chile: se gritará ¡viva el Rey! para engañar al enemigo y facilitar la empresa.

>>Desde la Esmeralda se hará fuego sobre los dos bergantines de guerra, y los tenientes Edmond y Morgall procurarán apoderarse de ellos. Si lo consiguen, picarán los cables á toda priesa y saldrán á la mar.

»Las lanchas de la Independencia irán á picar los cables de todos los barcos mercantes españoles: las de la O'Higgins y el Laútaro pegarán fuego á los buques de más afuera y á todos aquellos que no puedan ser tomados.

»La seña, por si el traje blanco no basta, será Gloria, á la que se responderá Victoria.- Cochrane.»

PARTE DE LORD COCHRANE AL GENERAL SAN MARTÍN, COMANDANTE EN JEFE DEL EJÉRCITO LIBERTADOR DEL PERÚ

Á bordo del navío de los Estados Chilenos O'Higgins, delante del Callao, el 14 de

Noviembre de 1820.

Excmo. Sr.: Los esfuerzos de S. E. el Director supremo y los sacrificios de los patriotas del Sur para dominar el Pacífico, habían sido estériles hasta ahora: estábamos detenidos por las formidables baterías del Callao, que, superiores á las de Argel y Gibraltar, hacían impracticable el ataque de la escuadra enemiga, por muchos que fueran nuestros buques de guerra. Yo ardía en deseos de dar brillo á la causa de la libertad y de la independencia política, objeto del pensamiento de V. E., y de acelerar el triunfo de los derechos del género humano; yo quería romper el encanto que paralizaba la audacia de nuestra Marina, y con esta intención reconocí cuidadosamente las baterías, los buques de guerra, las lanchas cañoneras y las otras defensas del puerto, adquiriendo la certeza de que, con hombres resueltos á cumplir con su deber, se podría tomar la Esmeralda. Dí en consecuencia orden á los comandantes de la Independencia y el Laútaro de preparar las lanchas, haciéndoles saber que el valor de la fragata y la recompensa ofrecida en Lima por la captura de todos los bu

ques de Chile sería el premio de los que voluntariamente concurrieran al golpe de mano.

Al día siguiente, los capitanes Forster, Guise, Crosby, muchos oficiales y gran número de marineros, que constituían fuerza suficiente para la ejecución de mi proyecto, ofrecieron sus servicios. Preparadas las lanchas, se ejercitaron en la noche del 4, eligiendo la siguiente para el ataque.

El capitán Crosby dirigió la primera división, compuesta con los botes del O'Higgins, y el capitán Guise la segunda, con las otras embarcaciones. Á las diez y media avanzamos en dos líneas hacia el fondeadero del enemigo; á media noche fué cortada la de cañoneras, que defendía la entrada, y todas las fuerzas abordaron á un tiempo á la Esmeralda, lanzando al enemigo de la cubierta, tras viva resistencia.

..

Se han conducido con la mayor bravura los oficiales que han concurrido á la expedición; son acreedores, lo mismo que los marineros, á gran elogio por su celo y habilidad en el abordaje.

La necesidad de dejar un capitán, cuando menos, al cuidado de la escuadra durante mi ausencia, me obligó á rehusar, aunque con sentimiento, el concurso que me ofrecía el de la Independencia.

Tengo que deplorar la pérdida de algunos valientes: la que ha tenido la Esmeralda no puede calcularse por el número de heridos ú otros que cayeran al agua. Ha podido sí comprobarse que de 380 hombres que formaban el equipaje no quedan más que 240 vivos, incluyendo los oficiales y los heridos.

La Esmeralda tiene 40 cañones, y no se halla en mal estado, como se decía; al contrario, estaba bien pertrechada y perfectamente de gente, con víveres y municiones para tres meses y repuesto extraordinario de jarcias y otros artículos para dos años.

Al día siguiente por la mañana se tomó al abordaje una lancha con cuatro cañones.

La Esmeralda, buque de la insignia, protegida por las baterías, además de las cadenas y cañoneras, en una situación que se creía inexpugnable, ha sido rendida á vista de la capital. El eco de la expedición se esparcirá, produciendo en los ánimos un efecto moral más favorable que en cualquiera otra circunstancia.

Tengo la mayor satisfacción en enviar á V. E. la insignia del almirante Vacaro, rogándole se sirva presentarla al supremo Director de la república de Chile.― Cochrane.

Creo innecesario transcribir las comunicaciones de las autoridades españolas (de todas las cuales tengo copia), por parecerme dictadas con el propósito único de eludir la responsabilidad.

NÚMERO 2

Recapitulación de agravios de lord Cochrane 1.

Las dificultades entre el Almirante y el Gobierno revistieron acritud desde la toma de Valdivia.....

La escuadra estaba compuesta casi en su totalidad de oficiales extranjeros.....

La marinería era mezclada, predominando como número los chilenos, que no tenían más derechos que combatir y morir por la patria. En cambio, la marinería extranjera era enganchada á contrata..... Recibido su salario, no se enganchaba para una nueva contrata sino después de pasar unos cuantos días en tierra, donde se entregaba á la embriaguez, y alarmaba con sus espantosas orgías al escaso vecindario que formaba el caserío de Valparaíso.

Los oficiales eran, por lo general, hombres de baja extracción, que habían ascendido pacientemente en el servicio del mar..... Esto no quita que hubiera entre ellos algunos distinguidos por sus antecedentes y que obedecían á móviles más elevados.

El lord era el intermediario entre la escuadra y el Gobierno, el fiador de que sus contratos serían cumplidos, y, por consiguiente, el defensor nato de sus derechos.....

Si las promesas no se hubieran hecho, la escuadra no hubiera existido, si no se cumplen, dejará de existir. (Comunicación del Almirante al Gobierno de Chile.)

y

La escuadra carecía de todas las condiciones de una marina nacional, al extremo de que podría decirse que el Estado no tenía otra representación efectiva á bordo de los buques que su bandera.

Todo lo que la escuadra capturaba les pertenecía en cierta proporción, y en la defensa de esa propiedad ganada por ellos, el representante de la escuadra (Cochrane) trataba con el Estado de igual á igual..... El lord dejaba de ser un subordinado del Gobierno para ser un representante de los captores.....

Para aquellos hombres la escuadra era una máquina de ganar dinero..... En su concepto, el Estado les entregaba sus buques para que ellos dañasen al enemigo, estimulándoles con el premio de lo que capturasen.....

Así fué que, después de la toma de Valdivia, el Almirante reclamó el valor de sus castillos, cañones, etc., fundándose en el precedente de que

1 El Conde de Torata, t. II doble, pág. 456, formada con la obra de Bulnes.

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:

el Gobierno inglés había tasado y pagado en un millón de libras esterlinas las plazas de guerra de España rescatadas por su ejército de manos de los franceses.

El lord no apagaba en el fondo de su alma su encono contra San Martín, y este sentimiento, que dominó su carrera militar en el Pacífico, encontraba apoyo en el juicio desfavorable que le merecía la dirección de la guerra.

Las relaciones de Cochrane con San Martín eran tirantes, pues con dificultad se avenía á poner sus pergaminos y su gente al servicio de un jefe criollo á quien miraba en menos.

El disgusto de lord Cochrane con el general San Martín encontró nuevo pábulo en las memorables ocurrencias que produjeron la expedición de Canterac.

Es innecesario recordar el origen de sus desavenencias. El último incidente que agrió sus relaciones fué la formación del consejo de guerra contra los capitanes Guise y Spry, protegidos de San Martín, que salieron de la escuadra, el primero voluntariamente y el segundo por disposición del lord.

La marinería y oficiales habían buscado el servicio de nuestras naves, guiados por los halagos que ofrecían á su imaginación las riquezas del Perú.

Durante la guerra se hicieron algunas presas que no alcanzaron á satisfacer las espectativas de hombres que habían vivido largos meses sobre el

mar.....

Así se explica la impaciencia que se apoderó de las tripulaciones después de la caída de Lima, viendo frustradas de un golpe todas sus ilusiones. El malestar se convirtió en tempestad de injurias contra los jefes de tierra; de insubordinación á bordo contra los oficiales que los habían engañado, y de violenta presión sobre el lord, para que al menos les cumpliera lo que les había prometido.....

Al día siguiente á aquel en que el general San Martín se declaró Protector, se presentó en su palacio lord Cochrane á exigirle el pago de los atrasos de la escuadra. Esas deudas eran de diverso carácter.....

El 4 de Agosto (1821) tuvo con San Martín una entrevista desagradapara ambos, que acabó por cerrar toda esperanza de un avenimiento amistoso.

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Cuando la división española marchaba sobre Lima existía en la Casa de Moneda una cantidad de dinero en barras de oro, de plata y de chafalonía, perteneciente al Gobierno y á los particulares. Temeroso San Martín de los resultados de un combate en la ciudad, hizo trasladar el dinero á Ancón, para ponerlo á cubierto de cualquier golpe de mano.

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