XIV PERSONAL-HATERIAL.-OBRAS 1808-1833 Construcción naval —Primeros buques de vapor.-Proyecto de un acorazado Artillería.—Telégrafos. - Memorias.-Puertos.-Faros.-As'ronomia.- Geografia. Hidrografia.-Derecho.-Comercio y pesca.- Historia. - Biografía. — Poesia.—Autores distinguidos. UÉ ha de decirse de construcción naval en España, de progresos, de invenciones, de excelencia de naves en época de conmociones y ruinas, estando yermos los arsenales, disuelto el cuerpo de ingenieros por innecesario y obligada la maestranza á buscarse la vida pescando! No se hacían bajeles; desguazábanse los existentes para aprovechar la leña, el herraje y aun la estopa por modus manducandi; eran tiempos de destruir, no de fabricar. Todo lo que en el reinado largo de Fernando VII se agregó á la Armada para acudir á las atenciones de la guerra de América, consistió en los nueve buques construídos en Burdeos en los años 1817 y 18, el bergantin Jason en Cartagena en 1819, dos goletas en Mahón y Barcelona en 1822, tres fragatas en Ferrol de 1824 á 1827 y otras tres al final del período. Se adquirieron en los Estados Unidos una corbeta y dos bergantines; se compraron al comercio algún que otro barco que supliera faltas. ¿Cuántos se dieron por inútiles, en cambio? El estado comparativo de los existentes en los años de 1808 y 1834 lo dice. No se apagaron los alientos repentinamente, sin embargo, á juzgar por los planes, proyectos y memorias dirigidas al Gobierno abogando por la restauración de la Marina. En su número, en los de aplicación, que se conservan en el archivo del Ministerio de Marina, uno merece recuerdo. Se formuló en los días en que, limitada la vitalidad de la nación al recinto de la isla gaditana, se trataba de sacar provecho de los materiales existentes. Don Francisco López y D. Cayetano Escassi, certificando haber servido veinte años en artilleria de Marina, con méritos en mar y tierra, presentaron á la Regencia en 9 de Mayo de 1810, y repitieron en 22 de Marzo de 1812, memorial proponiendo la habilitación de una batería flotante, á la que no podría resistir la fortaleza del Trocadero ni otra alguna de las establecidas en la bahía por los franceses. Había de elegirse una fragata vieja, rebajar los costados á la altura de los portalones por encima de los trancaniles, cortando á popa la galería y á proa el tajamar, y cerrando de firme ambos extremos; el costado de estribor y éstos quedarían á plomo hasta la línea de agua, dándoles el refuerzo necesario de maderas exteriormente y el de curvas en el interior. Las cubiertas serían asimismo reforzadas con baos y puntales, á partir de la bodega. Para resistir el choque de cualquiera especie de proyectiles, se forraría el costado, de la manera dicha rehecho, con plancha de hoja de lata ó cobre hasta vara y media más abajo de la línea de agua; se extendería por encima de este aforro otro de cuero, y sobre los dos se clavarían con pernos de hierro lingotes de lastre, colocándolos de canto por andanas muy unidas. A la sujeción servirían, no solamente las groeras que los lingotes tienen, sino planchuelas de hierro batido aplicadas á las juntas, de tal modo, que aun roto un lingote no tendrían movimiento los pedazos. La cubierta alta que había de defender á la batería se protegería de la misma manera que el costado, dándole incli |