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el Trocadero, donde establecieron morteros, con los que alcanzaban á bombardear á uno de los barrios de Cádiz, sin mucho daño. Seguían deteniéndolos las fuerzas sutiles con rebatos inesperados ó con ataques de mayor importancia, entre ellos á Puerto Real; á Rota, donde destruyeron las baterías que tenían establecidas; al Trocadero mismo y á la costa de Ayamonte, donde no resultaron tan felices los nues

tros.

Fué principal entre las operaciones de la bahía el embarco de unos 12.000 hombres de ejército, españoles é ingleses, en más de 200 buques, contados los de las divisiones sutiles, para ponerlos en Tarifa, como lo hicieron sin accidente, á fin de que, marchando por tierra, tomaran la espalda á los franceses acampados en Chiclana, Medina Sidonia y pueblos inmediatos, á tiempo que los atacarían de frente tropas de la isla, atravesando el canal de Santi-Petri por un puente de barcas que construyó rápidamente el ingeniero de Marina D. Timoteo Roch. Con este plan se riñó el 5 de Marzo la batalla de la Barrosa ó de Chiclana, en la que el mariscal Víctor sufrió bastante quebranto, teniendo que abandonar sus posiciones y replegarse hacia Puerto Real. No se aprovecharon, sin embargo, las ventajas como se pudiera '.

Algunos encuentros más sostuvieron los guardacostas en Tarifa, en Valencia, y principalmente en los Alfaques, donde se distinguió D. Tomás Bayona con el jabeque Santa Faz, de su mando, los días 26 y 27 de Abril *, sin dejar de contar naufragios ó descalabros de temporales, en la mayoría de los casos acaecidos por falta de recursos marineros con que resistir; achaque de gravedad creciente á que no afectaban los lamentos de los doloridos ni la sátira á que les incitaba la

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1 Noticia de las operaciones con que la Marina Real auxilió en fines de Febrero y principios de Marzo ȧ la expedición que salió de Cádiz contra el ejército del mariscal Victor. Gaceta de la Regencia de 16 de Abril de 1811. Expresa haber visto el Consejo estos servicios con el mayor aprecio.

2 Gaceta de 11 de Junio.

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Representación que elevó à las Cortes generales y extraordinarias el cuerpo de la Marina Real del departamento de Ferrol.-Santiago, oficina de D. Manuel Antonio Rey. Año 1811. En 4.o, 37 páginas.

libertad de imprenta recientemente decretada por las Cortes. El teniente general D. Nicolás de Estrada declinó la honra de mandar el departamento que el Gobierno le confiaba, en esta forma, que hace buenos los citados procedimientos:

<Mi ciega obediencia y respeto al decreto de S. A. el Consejo de Regencia que V. S. me comunica en su orden de 16 de Enero próximo pasado, me hará entregarme del mando interino de este departamento desde luego que este Capitán general guste resignarlo; pero esta misma obediencia y mis deseos en cumplir los deberes de cuanto se me ordena, no me permiten prescindir del comprometimiento en que me ponen las obligaciones y responsabilidad que constituye en sí este mando con respecto al total aniquilamiento y desorganización en que se hallan todos los ramos que dependen de él, y no representar por el conducto de V. S. con la más sumisa veneración, pero al mismo tiempo, con la energía de que es capaz mi corto talento, para convencer y hacer conocer las verdades de cuanto expongo sobre los inconvenientes que obstruyen mi desempeño en este mando, para que V. S. lo eleve al conocimiento de S. A.

>>En primer lugar, es el olvido en que, hasta el presente, se ha tenido á este departamento, por dejarle veintiún meses sin pagarle, motivo porque todos los de la jurisdicción de Marina mendigan para buscar el alimento para ellos y sus afligidas familias, de las que me consta que hay muchas que á veces pasan veinticuatro y más horas sin tomar el menor alimento; el extremo de la miseria á que están reducidos es

1 Ultimas boqueadas de la Marina Real española.—Cádiz. Imprenta de D. Manuel Santiago de Quintana, 1811. En 4.o, ocho páginas.

Oración fúnebre pronunciada en las exequias de la Real Marina española.—Isla de León, oficina de Perín. Año de 1811. En 4.o, II páginas.

Concluye con un epitafio, encabezado:

Aqui yace la Armada Real de España,
Que á un Ministerio sabio debió el ser,

Y otro ignorante la hizo perecer
Con crueldad inaudita y fiera saña.

tal, que ya reclama los derechos de la hospitalidad; es necesaria la vista material para concebir una idea de la espántosa imagen que representan estos desgraciados vasallos, abandonados á sí mismos y á los horrores de sus desdichas; su triste situación, la apatía en que se ha estado y el sistema que se ha seguido de desentenderse desde los principios de los abusos á que dieron margen la falta de pagas y las necesidades lo han paralizado todo, ha trastornado el orden económico establecido en los trabajos y demás ramos del arsenal, ha introducido el desorden que se experimenta, hecho desaparecer la subordinación y el respeto hasta la más inferior clase y originado más frecuentes los robos en el arsenal, aumentando las dificultades de atajarlos, así como la de descubrir los delincuentes, porque mutuamente se encubren unos á otros, y todos contribuyen al robo; la maestranza no cumple en sus trabajos y devenga indebidamente sus jornales, ni su despido es justo sin pagarla sus atrasos; en una palabra, sólo prevalecen los perjuicios contra los intereses del Estado, porque, donde todo falta, hasta la justicia pierde su poder.

>>Esta es la realidad del estado en que se halla este departamento: yo confieso, con la ingenuidad que me es característica, que no me considero con la suficiencia necesaria para desterrar tamaños males, reorganizarle y enmendar los pecaminosos abusos que la falta de pagos, la tolerancia y el tiempo han dejado tomar demasiadas raíces y connaturalizarse en el corazón de todos, fáciles á acortar en sus principios y ya imposible sin el castigo; éste le prohiben las leyes cuando no se cumplen los contratos estipulados con que entraron en el servicio.

>> Las consecuencias de este mando, con respecto á las circunstancias insinuadas que en él concurren, demuestran con la mayor evidencia que sólo proporciona responsabilidad, que inquietan la conciencia y comprometen el honor del que la tiene á la crítica general de un público que no conoce el origen de las causas y sólo sabe acriminar á las autoridades como causa primaria de los males que padece. No se crea que es el temor quien me hace hablar de este modo, como lo tengo

acreditado en cuarenta y siete años que sirvo á S. M.; sólo son mis deseos por el mejor servicio del Rey y por no hacerme delincuente con el silencio para con S. A. y la nación en unos asuntos de tanto interés y gravedad, que llaman seriamente la atención del Gobierno.

>> En esta inteligencia, y á las ventajas que resultan al Estado de la renuncia que hago de este mando, espero de la justificación y bondad de S. A. la recibirá bien de un vasallo que, libre de ambición é intereses, sólo desea ser empleado en el destino de su profesión que S. A. tenga por conveniente; pero no en este mando, en el que la falta de todo sólo envuelve un caos de confusiones y perplejidades invencibles al hombre de los mayores conocimientos y experiencia.

>>En vista de las sólidas razones que dejo expuestas, y que espero merezcan la aprobación de S. A., no dudo convencerá su recto proceder para concederme la gracia que sumisamente suplico. Dios guarde á V. S. muchos años. Cartagena, 2 de Marzo de 1812.--Nicolás de Estrada.»

La respuesta del Gobierno no podía ser satisfactoria: en las Cortes se había leído por vez primera el presupuesto de gastos é ingresos, y por él, á más de la exorbitante deuda que pesaba sobre España, aparecía ser el gasto anual de 1.200 millones, y el ingreso de 255. Ofrecíase, en verdad, la perspectiva de mejorar las horas, porque después de algunas victorias alcanzadas iba presentando la campaña aspecto menos angustioso, tocándose los resultados con la retirada del mariscal Soult, que, al cabo de dos años y medio de inútiles esfuerzos, levantó el sitio de Cádiz, abandonando, inutilizadas, 600 piezas de artillería con todo el material empleado en fuertes y en baterías al evacuar por completo á Andalucía '.

Ofrecían asimismo los diputados como panacea la Constitución política, elaborada bajo la presidencia de Marte, y

• Consignan los historiadores locales que lanzó sobre la plaza 15.521 bombas.

promulgada el 18 de Marzo de 1812, con frenético entusiasmo de que no todos participaron, no faltando entre la masa quien viera en el Código manzana de fatal discordia. Inmediatamente relacionado con la Marina, sólo ofrecía, entre la abolición de privilegios, la de las pruebas de nobleza, hasta entonces exigidas, para ingresar en la clase de guardias marinas, dejando, por consiguiente, libre acceso en la carrera á todas las de la sociedad.

Una tercera Regencia, compuesta de cinco individuos, en el número el general de Marina D. Juan María Villavicencio, se hizo cargo de la gobernación (21 de Enero) y de dar á la guerra impulso definitivo, á que se prestaba la diminución. de los ejércitos franceses, obligado Napoleón á retirar una buena parte de sus soldados veteranos para hacer frente á los de Rusia, cuyo Emperador había entrado por fin en la contienda, como aliado de España ', confiando en serlo también muy pronto de Austria y Prusia.

Que en punto á recursos y á la satisfacción de las obligaciones no hubo mejoría con el cambio de personas, revela la sentida exposición presentada á la Regencia por el ministro de Marina Vázquez Figueroa, declinando su responsabilidad, como lo había hecho el Comandante general de Cartagena, y protestando de la desigualdad en la distribución de fondos, con olvido de todo lo que con la Marina tenía relación, al punto de ser ya treinta y tres los meses de paga que se debían al personal. Pintaba la espantosa miseria en que se hallaba; traía á la memoria los servicios prestados á la nación, y después de razonar cuán necesarios eran, acababa sentando ser de toda necesidad mirar á la Marina y tratarla como corresponde, ó de una vez extinguirla, aboliendo el Ministerio de su cargo y despidiendo á cuantos pertenecían al cuerpo, empezando por él; haciendo saber á todo el mundo que no navegaban los buques por no poder el Erario sostener semejante gasto ".

1 Tratado de amistad, unión y alianza entre España y Rusia, firmado en VelikyLonky el 20 de Julio de 1812.-Cantillo, Colección de Tratados.

2 Véase Apéndice á este capítulo.

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