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algunas fuerzas del ejército real contra los caudillos que tenian conmovidos varios puntos del Alto Perú. Contra el coronel Arenales que, retirado de Ayuma, habia reunido en el Vallegrande 4,000 hombres, los mas de caballeria, marchó con una una columna el coronel D. Joaquin Blanco. Salióle al encuentro Arenales en San Pedrillo (4 de Febrero de 4844) i fué derrotado habiendo sostenido un combate de tres horas. Despues de otra accion mui reñida en la Angostura, entró Blanco en Santa Cruz, i dejando allí una guarnicion al mando de Udaeta, fué en busca de Arenales que se habia reunido con Warnes. El 12 de Mayo tuvo lugar un sangriento combate en la Florida, donde murió Blanco i fueron derrotados los españoles, siendo mui pocos los que salvaron la vida. Uno de los prófugos vivamente perseguido por Arenales le dió con el puño un golpe tan jentil, que lo derrivó del caballo, i quitándole la espada le hizo catorce heridas i lo dejó por muerto. Viendo Udaeta cortada su retirada, i no pudiendo hacer frente a Warnes, tuvo necesidad de retirarse a Chiquitos.

«La division del coronel D. Sebastian Benavente, situada en el partido de Tomina habia sostenido varias acciones gloriosas contra los caudillos Padilla, Umaña i otros, siendo las principales la de Pomabamba (19 de marzo) pueblo que fué reducido a cenizas; la de Tarvita (14 de abril) resplandeciendo mas que nunca el distinguido mérito de dicho jefe en ésta ocasion, en que su celo por la causa del Rei lo hizo superior a las graves calenturas pútridas que padecian él i los tercios de su tropa, pues levantándose de la cama, suplió con su arrojo i valentia la falta de fuerzas físicas i la debilidad de su cabeza; la de Molleni (13 de abril) en la que escarmentó fuertemente a los rebeldes; la de Campo redondo, sostenida ya por su segundo el teniente coronel D. Ma

nuel Ponferrada que ocupó dignamente el puesto de su postrado jefe; pero a pesar de estas ventajas habia quedado tan débil aquella columna por efecto de dichas enfermedades, malos alimentos, continuas privaciones i penalidades, que no se hallaba en estado de resistir a los rebeldes, i mucho menos de emplearse en su persecucion.>>

Las noticias de la pérdida de Mortevideo i del levantamiento casi jeneral del Alto Perú, obligaron a Pezuela a regresar a su cuartel jeneral de Suipacha, donde supo que se habia insurreccionado el Cuzco. Juzgando Pumacahua desatendidos sus servicios, creyéndose en calidad de descendiente de los incas, con derecho a mandar el pais, siendo testigo de las demasias de las autoridades del Cuzco, viendo que el espíritu de independencia decentaba la dominacion española, i sabiendo que el virreinato de Lima habia quedado desguarnecido, por haber salido una espedicion a Chile, sublevó la capital del imperio del Perú, i marchó a Arequipa a donde entró despues de vencer a una division en la Apacheta (9 de Noviembre de 1814).

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Al mismo tiempo que Pumacahua se encaminaba a Arequipa, salieron del Cuzco dos espediciones contra Huamanga i la Paz. Pinelo, uno de los tenientes de Pumacahua derrotó á dos compañias que guarnecian el Desaguadero, i con 400 hombres i 6 piezas de artilleria, tomó la Paz despues de alguna resistencia (24 de Setiembre de 4844). casualmente o de intento se incendia la pólvora que habia en el cuartel en que estaban presos algunos realistas. Estremécese la ciudad; desplómasc parte de aquel i de los inmediatos edificios; oprimen sus ruinas indistintamente a los leales presos i a los rebeldes opresores: acude el pueblo sorprendido i curioso a la plaza, i una voz aleve, una voz inhuma

na apellida derrepente traicion de los realistas. Este fué el grito de muerte i la hora de los malvados. Inflamada la multitud se arroja precipitada sobre las prisiones: cada uno como leon irritado i furioso se avalanza sobre su presa, la despedaza i la devora: de tantas inocentes víctimas ninguna se salva: todas perecen con mil muertes distintas a cual mas bárbaras i atroces,» Como Ramirez se Como Ramirez se aproximase a Oruro se retiró Pinelo hacia el Norte.

Juzgando el coronel D. Saturnino Castro que tomaria cuerpo la insurreccion del Cuzco, trató de sublevar el ejército de Pezuela: contaba para ello con el ascendiente que su esclarecido valor ejercia en el ánimo de los soldados i con el compromiso de algunos oficiales americanos; pero avisados oportunamente los jefes españoles, aprendieron a Castro, i en el acto lo mandaron pasar por las armas en Moraya. Asi murió el vencedor de Vilcapujio.

Seguro de la fidelidad de sus tropas i deseoso de esterminar las partidas que ocupaban las comarcas inmediatas al cuartel jeneral, organizó Ramirez tres divisiones: la primera fué destinada contra Zárate, Betanzos i Navarro, que con doscientos fusileros, algunos jinetes i considerable número de indios, hacian sus correrias por las inmediaciones de Potosí a espaldas del ejército: salió la segunda contra Camargo, Caballero i Vaca, que desde las alturas de Santa Elena tenian en alarma el partido de Cinti; la tercera se dirijió contra Urdininea i Vidaurre, que ocupaban a Cochinoca, la Rinconada i las alturas de Talina.

A fin de atajar en su principio el levantamiento del Cuzco, ordenó Pezuela que Ramirez fuese de Oruro á la Paz con 1,200 hombres i él se situó en Santiago de Colagaita, para hacer frente, en caso necesario, a Rondeau que mandaba el ejército de

Buenos Aires. Pinelo sin desalentarse con los frecuentes reveses de los patriotas habia reunido despues de su retirada, como 4,000 hombres, de los que 500 estaban armados de fusil i los demas llevaban lanzas, macanas i hondas. Avistado con Ramirez, se trabó el combate en Chacaltaya (2 de Noviembre) donde los independientes fueron completamente deshechos. Ramirez mandó fusilar algunos prisioneros, impuso una fuerte contribucion a la Paz, i continuó su marcha al Bajo Perú. Pumacahua i el comandante jeneral Angulo, abandonando a Arequipa, se habian dirijido al Cuzco, donde mandaron pasar por las armas a Picoaga i al intendente Moscoso; creyeron los directores de Pumacahua que la ejecucion de un crímen impediria al jefe patriota volver sobre sus pasos, ile aconsejaron una medida sanguinaria i cruel. El ejército de Ramirez descubrió (14 de Marzo de 1815) al de Pumacahua que en número de cerca de 20,000 hombres armados los mas de macanas i hondas i con 40 piezas de artilleria de diferentes calibres, esperaba al enemigo a pié firme en Humachiri, a la otra banda del rio Lalli que fertiliza el valle de Santa Rosa. Los soldados de Ramirez pasan el rio con el agua al pecho, a pesar del bien nutrido fuego de la artilleria. Una descarga a Una descarga a quemarropa causa en las filas de Pumacahua considerable destrozo: los patriotas se reunen de nuevo i oponen vigorosa resistencia; pero todo cede a la disciplina i al valor. «Si de los griegos i romanos, o franceses en los dias de su esplendor se hubiera contado otro tanto, quizá habrian muchos creido que solo en unos hombres como aquellos cabia tanta fortaleza i heroismo; pero el ejemplar de atravesar un rio caudaloso con el fusil i la mochila a cuestas, una tropa fatigada i bajo el vivo fuego de sus oponentes, es un fenómeno que solo puede explicarse recurriendo al entusiasmo i al

poder de la disciplina militar.»

En el mismo campo de batalla fueron fusilados el coronel Dianderas i un teniente coronel: la misma suerte cupo a Melgar, «jóven de veinte años, que era el More del Perù: compuso canciones, o yaravis, de que pudiera engreirse el autor del Sallah Rokh: su corta carrea está acompañada de la historia de un amor tan puro como desgraciado:» una pasion no correspondida dió a su musa esa dulce tristeza que se apodera del alma de quien lee sus sentidos versos: como Avelardo componia la música de sus canciones que han inmoralizado su nombre i el de su amante. Hoi mismo se cantan en el Perú i Bolivia las tiernas composiciones del vate de Arequipa. Pumacahua fué fusilado en Sicuani (17 de Mayo): en el Cuzco subieron al cadalso Angulo i sus dos hermanos, Béjar, Beserra i otros, i quedó pacificado el Bajo Perú.

El fuego de la revolucion, apagado en aquella parte, vivia en el Alto Perú. El tucumano Muñecas, cura del Cuzco, hombre de gran talento i de esmerada educacion, se retiró despues de la derrota de Pumacahua al partido de Larecaja. «Este es, dice un español, aquella furia que proclamó a Arequipa, cuando iba contra ella el ejército de Pumacahua, diciendo, no escucheis a vuestros tiranos ni a los desnaturalizados, que acostumbrados a morder el freno de la esclavitud, os quieren persuadir que sigais su ejemplo: echaos sobre ellos, despedazádlos i haced que no quede ni aun memoria de tantos monstruos; este el asesino de los venerables pàrrocos de Italaque i Chuma, D. Marcos Palero i D. Manuel Rivera, sacrificados ambos, despues de haber cortado al primero los dedos de las manos.» Muñecas hacia frecuentes salidas de Larecaja, i tenia en constante inquietud a los españoles.

Empezaba a hacerse célebre el caudillo Ma

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