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ciones dan en el camino del progreso; pero por remoto que sea el término, ella se acerca a su destino. Menester es que los hombres a quienes Dios ha dado alguna influencia en los negocios de ésta porcion de la humanidad, trabajen por acelerar la realizacion del destino del Nuevo Mundo.

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CAPÍTULO 3°

ASAMBLEA NACIONAL. CONGRESO CONSTITUYENTE.

GOBIERNO DEL JENERAL SUCRE.

La Asamblea que no pudo reunirse en Oruro, porque la ocupacion de Chuquisaca i Potosí por Olañeta, i la invasion de Santa-Cruz por tropas brasileras, embarazaron las elecciones, se reunió en Chuquisaca el 24 de junio de 1825. Durante sus sesiones recibió un decreto en que el Congreso de Buenos-Ayres declaraba "que aunque las provincias del Alto-Perú habian pertenecido al virreinato de Buenos-Ayres, era la voluntad del Congreso que quedasen en plena libertad, para disponer de su suerte». Esta declaracion, conforme con otra que en el mismo sentido, hizo el gobierno arjentino, era del todo innecesaria, puesto que el Alto-Perú, por sus propios esfuerzos habia adquirido la libertad de disponer de su suerte como mejor le pareciera. Ademas, "la conducta de los arjentinos en este negocio, tiene visos de sobrado interesada, a pesar de su aparente desprendimiento, pues que al paso que el Congreso constituyente de Buenos-Ayres protestaba dejar a las provincias del Alto-Perú en completa libertad, mandaba un ejército para invitarlas a que le enviasen sus representantes».

Casi junto con el decreto de Buenos-Ayres se recibió otro del Libertador, dado en Arequipa, disponiendo que las determinaciones de la Asamblea fuesen sancionadas por el Congreso Peruano que debia reunirse en 1826, i que el territorio del Alto-Perú quedase entre tanto dependiente del gobierno de Lima. Si la declaracion del Congreso Arjentino era innecesaria, el decreto del Libertador era un avance. El Alto-Perú no constituia parte del virreinato de Li

ma, ni fué libertado por los colombianos, que desde que pasaron el Desaguadero no quemaron un solo cartucho. Ni como jefe del Perú, ni como jeneral de Colombia tenia Bolivar derecho de disponer de un pais, cuyos hijos habian conquistado la independencia sin auxilio de poder estraño. A pesar del decreto del Libertador, la Asamblea declaró que el Alto-Perú se erijia en estado independiente de todas las naciones del Antiguo i Nuevo Mundo (10 de agosto de 1825), i Bolivar reconoció esa declaracion. La division de los estados americanos, despues de su emancipacion, es un hecho fundado en la naturaleza del territorio americano, cuyas partes se diferencian por accidentes notables. Los estados de la Europa moderna son el agregado de los fragmentos de antiguas sociedades: la fuerza ha extendido allí mas ménos violentamente el territorio: en América, donde no ha habido mas de dos conquistas, la de los incas i la de los españoles, la segregacion era consiguiente al aniquilamiento de la fuerza que estableció una unidad artificial. De manera que entre las sociedades europeas i americanas hai una diferencia esencial: allí la compresion ha formado los pueblos; aqui los ha formado la libertad, que promoverá con el tiempo el sistema federal, i mudará la faz de la América española. La posibilidad de llegar a ese resultado no es hoi mas que una conjetura. Pero la independencia era una necesidad sentida en toda la América. El Alto-Perú queria deber su destino a sí propio, i la Asamblea insistió en la lei por la cual habia declarado la emancipacion del pais. Sin embargo, por deferencia a Bolivar, nombró una comision que obtuviera su asentimiento i le presentára la lei, por la cual le nombraba Presidente de la nacion, mientras permaneciese en el territorio del Alto-Perú, a que se dió el nombre de República Boli

El Libertador aceptó en la Paz la presidencia, i pidió que la Asamblea, ántes de disolverse, nombrase de su seno, como nombró, una diputacion permanente de cinco individuos para acordar con ella las medidas de administracion.

En la lei mencionada, concedió la Asamblea el premio de un millon de pesos a los vencedores de Junin i Ayacucho: al efecto autorizó al Libertador, para negociar un empréstito, hipotecando las rentas de la nacion, con las que se satisfizo el compromiSo. El Libertador i el jeneral Sucre merecieron los honores de que eran dignos sus servicios a la América. La Asamblea decretó tambien, que en caso de ausentarse el Libertador, el jeneral Sucre, previo permiso del gobierno de Colombia, se encargaria del mando de la República, quedando con él 2,000 hombres del ejército colombiano.

La Asamblea se disolvió, aplazando para el 25 de mayo de 1826 la reunion de un Congreso Constituyente, i pidiendo al Libertador una constitucion que la Asamblea no habia hecho mas que bosquejar. Los dos grandes actos de la Asamblea son, la declaracion de la independencia i el establecimiento del gobierno popular representativo: ambos fueron la satisfaccion de necesidades vivamente sentidas. La dominacion de la España era un obstáculo a la realizacion del porvenir de la América, i era menester superarlo. En cuanto al gobierno popular, era el único posible en un pais, falto de todos los elementos que constituyen la monarquía, i preparado a aquella forma de gobierno por las instituciones mismas que habia recibido de la Metrópoli. La independencia i el gobierno popular, como que se fundan en los intereses de la sociedad boliviana, no han padecido alteracion alguna en medio de las vicisitudes de las demas instituciones.

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