Colección de autores españoles, Volume 25

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F.A.Brockhaus, 1869

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Palavras e frases frequentes

Passagens conhecidas

Página vii - ... yo soy el primero que he novelado en lengua castellana; que las muchas novelas que en ella andan impresas, todas son traducidas de lenguas extranjeras, y éstas son mías propias, no imitadas ni hurtadas: mi ingenio las engendró y las parió mi pluma, y van creciendo en los brazos de la estampa.
Página 308 - ... unos encierran y tienen la gracia en ellos mismos; otros, en el modo de contarlos; quiero decir que algunos hay que aunque se cuenten sin preámbulos y ornamentos de palabras, dan contento; otros hay que es menester vestirlos de palabras, y con demostraciones del rostro y de las manos y con mudar la voz, se hacen algo de nonada, y de flojos y desmayados se vuelven agudos y gustosos; y no se te olvide este advertimiento, para aprovecharte del en lo que te queda por decir.
Página vii - Sí, que no siempre se está en los templos; no siempre se ocupan los oratorios; no siempre se asiste a los negocios, por calificados que sean. Horas hay de recreación, donde el afligido espíritu descanse. «Para este efecto se plantan las alamedas, se buscan las fuentes, se allanan las cuestas y se cultivan, con curiosidad, los jardines.
Página vi - ... mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre dos extremos, ni grande ni pequeño ; la color viva, antes blanca que morena ; algo cargado de espaldas y no muy ligero de pies. Este digo que es el rostro del autor de La Galatea y de Don Quijote de la Mancha...
Página 162 - Los melindres que hacen cuando compran el privilegio de un libro, y la burla que hacen a su autor si acaso le imprime a su costa, pues en lugar de mil y quinientos imprimen tres mil libros, y cuando el autor piensa que se venden los suyos, se despachan los ajenos.
Página 170 - ¡Oh Corte, que alargas las esperanzas de los atrevidos pretendientes, y acortas las de los virtuosos encogidos; sustentas abundantemente a los truhanes desvergonzados, y matas de hambre a los discretos vergonzosos!
Página 344 - No los consume la guerra, ni ejercicio que demasiadamente los trabaje; róbannos a pie quedo, y con los frutos de nuestras heredades, que nos revenden, se hacen ricos.
Página 346 - Pues ¿de dónde queréis vos— replicó el otro — que tenga mi autor vestidos morados para doce cardenales?" "Pues si me quita uno tan solo — respondió el poeta — , asi le daré yo mi comedia como volar. ¡Cuerpo de tal! ¿Esta apariencia tan grandiosa se ha de perder? Imaginad vos desde aquí lo que parecerá en un teatro un Sumo Pontífice con doce graves cardenales y con otros ministros de acompañamiento que forzosamente han de traer consigo.
Página 338 - Dios la amenaza, ni de la gloria con que la convida; y, en efeto, como es pecado de carne y de deleites, es fuerza que amortigüe todos los sentidos, y los embelese y absorte, sin dejarlos usar sus oficios como deben...
Página 315 - ... de doce, y el otro de hasta catorce años, los cuales estudiaban gramática en el estudio de la Compañía de Jesús : iban con autoridad, con ayo y con pajes que les llevaban los libros, y aquel que llaman vade mecum : el verlos ir con tanto aparato, en sillas si hacía sol , en coche si llovía...

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