Obras, Volume 1M. Rivadeneyra, 1864 |
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... verdad , y que , si no hubo rompimiento , hubo desvío . ¿ En qué punto debieron encontrarse los dos , caminando por distintos senderos hácia la cumbre de la gloria ? Es verdad que quisieron recíprocamente invadir el patrimonio que la ...
... verdad , y que , si no hubo rompimiento , hubo desvío . ¿ En qué punto debieron encontrarse los dos , caminando por distintos senderos hácia la cumbre de la gloria ? Es verdad que quisieron recíprocamente invadir el patrimonio que la ...
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... verdad no falta en algunos pasajes soltura y gracejo ; pero la pesadez de otros , aquellas obscenidades repugnantes al lado de las miserables supersticiones que forman el claroscuro de la época , aquella pobreza de invencion y frecuente ...
... verdad no falta en algunos pasajes soltura y gracejo ; pero la pesadez de otros , aquellas obscenidades repugnantes al lado de las miserables supersticiones que forman el claroscuro de la época , aquella pobreza de invencion y frecuente ...
Página 18
... verdad , repliqué yo , que deben de fal- tar hermosas zagalas en la tuya . Verdad es que allá no faltan , respondió el , pero aquí sobran : de manera que una sola que yo he visto , basta para que en su comparacion las de allá se tengan ...
... verdad , repliqué yo , que deben de fal- tar hermosas zagalas en la tuya . Verdad es que allá no faltan , respondió el , pero aquí sobran : de manera que una sola que yo he visto , basta para que en su comparacion las de allá se tengan ...
Página 31
... verdad de lo que sucediere , sin que haga al caso el engaño de agora . Admirado quedé de la discreta traza de Nísida , y aun no sin sospecha de la verdad de mi artificio : y así besándole las manos por el buen aviso , y quedando con ...
... verdad de lo que sucediere , sin que haga al caso el engaño de agora . Admirado quedé de la discreta traza de Nísida , y aun no sin sospecha de la verdad de mi artificio : y así besándole las manos por el buen aviso , y quedando con ...
Página 48
... Verdad dices , Teolinda , respondió Galatea , que yo le conozco ; pero calla y sosiégate , que presto ve- rémos con qué intento ha sido aquí su venida . Quietóse con esto Teolinda , y con atencion se puso á mirar lo que Rosaura hacia ...
... Verdad dices , Teolinda , respondió Galatea , que yo le conozco ; pero calla y sosiégate , que presto ve- rémos con qué intento ha sido aquí su venida . Quietóse con esto Teolinda , y con atencion se puso á mirar lo que Rosaura hacia ...
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Palavras e frases frequentes
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Passagens conhecidas
Página 262 - ... habiendo y debiendo ser los historiadores puntuales, verdaderos y no nada apasionados, y que ni el interés ni el miedo, el rancor ni la afición, no les hagan torcer del camino de la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir.
Página 285 - Sancho amigo, has de saber que yo nací por querer del cielo en esta nuestra edad de hierro para resucitar en ella la de oro, ó la dorada como suele llamarse : yo soy aquel para quien están guardados los peligros, las grandes hazañas, los valerosos hechos...
Página 265 - ... -¡Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados; y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío.
Página 265 - ¡Entonces sí que andaban las simples y hermosas zagalejas de valle en valle y de otero en otero, en trenza y en cabello, sin más vestidos de aquellos que eran menester para cubrir honestamente lo que la honestidad quiere y ha querido siempre que se cubra!
Página 241 - Muchas veces tomé la pluma para escribille, y muchas la dejé, por no saber lo que escribiría; y, estando una suspenso, con el papel delante, la pluma en la oreja, el codo en el bufete y la mano en la mejilla...
Página 247 - La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura. Y también cuando leía: [...] los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza.
Página 241 - El sosiego, el lugar apacible, la amenidad de los campos, la serenidad de los cielos, el murmurar de las fuentes, la quietud del espíritu, son grande parte para que las musas más estériles se muestren fecundas y ofrezcan partos al mundo que le colmen de maravilla y de contento.
Página 247 - En efecto, rematado ya su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra, como para el servicio de su república, hacerse caballero andante, y irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras, ya ejercitarse en todo aquello que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de agravio, y poniéndose en ocasiones y peligros...
Página 259 - Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho, ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran; antes iba diciendo en voces altas: — Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete.
Página 223 - ... los cuentos unos encierran y tienen la gracia en ellos mismos, otros en el modo de contarlos: quiero decir, que algunos hay, que aunque se cuenten sin preámbulos y ornamentos de palabras, dan contento; otros hay , que es menester vestirlos de palabras, y con demostraciones del rostro de las manos, y con mudar la voz se hacen algo de nonada, y de flojos y desmayados se vuelven agudos y gustosos; y no se te olvide este advertimiento para aprovecharte dél en lo que te queda por decir.