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bien del almirante, partieron de Palos en cuatro carabelas, y fueron los primeros europeos que atravesaron la línea en el Océano Occidental: estos atrevidos marinos, sin guia y sin conocimiento del hemisferio en que habian penetrado, llegaron en 1500 á la estremidad oriental del Brasil, y prosiguiendo desde alli á Occidente esploraron hasta el rio de las Amazonas. Otro marinero, tambien de Palos, nombrado Diego Lepe, dobló el cabo de San Agustin, y reconoció que la costa se prolongaba mucho mas allá hácia Sur-Oeste. Y ya hemos mencionado antes la espedicion de Rodrigo de Bastidas (1).

Tambien á los estrangeros habia alcanzado este furor por los descubrimientos que Colon habia impreso á los espíritus de su siglo. Los hermanos Juan y Sebastian Cabot, venecianos establecidos en Bristol, salieron en 1497 de este puerto de Inglaterra en una pequeña flota costeada por el rey Enrique VII. en busca de tierras desconocidas. Sebastian, que quedó mandando la escuadrilla, tal vez por muerte de su hermano, adoptando las ideas de Colon buscó la estremidad del Asia esperando hallar para las Indias un paso que no existe. Pero bajando hácia Sur-Oeste descubrió la Tierra Nueva (Newfoundland), visitó la costa occidental de la América del Norte, y variando de rumbo dió la vuelta al cabo de la Florida, desde cuyo punto por falta de provisiones tuvo que regresar á

(1) Navarrete, Coleccion de Viages, tom. I.

Bristol. Este es el hombre que los ingleses en sus aspiraciones á ser los primeros del mundo en todos los ramos de la marina, han pretendido presentar como rival de Colon, diciendo con énfasis: «Cabot fué para >>Inglaterra lo que Colon para España: éste descubrió » á los españoles las Islas, aquel descubrió á los ingle»ses el continente de América.» Esfuerzos de rivalidad, que no han podido arrancar á Cristóbal Colon la gloria de haber sido el primer descubridor del Nuevo Mundo.

Ya hemos indicado el viage del portugués Vasco de Gama en 1498, y cómo dobló el cabo de Buena Esperanza y abrió por mar un tránsito á las Indias. Otro portugués, Pedro Alvarez Cabral, enviado por el rey don Manuel en 1508 con trece buques á las Indias Orientales, se vió arrojado por una tempestad á unas costas hasta entonces desconocidas, de que tomó posesion en nombre de su soberano. Esta tierra era el Brasil. Volviendo despues á tomar su primitiva ruta, llegó á las grandes Islas, término de su viage, y fué el primero que entabló con los indígenas las relaciones comerciales que tan útiles fueron despues á Portugal; en 1501 regresó á Lisboa con un rico cargamento de producciones de aquellos paises.

Pero entre todos merece especial mencion el que tuvo la inesperada fortuna de dar para siempre su nombre á un mundo que él no habia descubierto, privando á Cristóbal Colon, y aun pudiéramos decir usur

pándole ó robándole una gloria á que él solo tenia derecho. Ya se entenderá que hablamos de Américo Vespucci, ó Vespucio. Este mercader florentino, que hizo su primer viage como aventurero con el español Alonso de Ojeda en 1499, era ciertamente un buen geógrafo y un buen marino, y como tal tomó tal ascendiente sobre sus compañeros, que el mismo Ojeda concluyó por someterse á sus órdenes. A su regreso á Europa, á peticion de uno de los príncipes de la familia de los Médicis, escribió una traduccion de sus aventuras, y de supuestos viages y descubrimientos, muy propia por cierta elegancia de estilo y por lo maravilloso del relato para escitar las imaginaciones exaltadas, y aun para sorprender la buena fé de algunos cosmógrafos en aquella época de grandes errores geográficos. Esta relacion fué impresa y reimpresa con títulos pomposos en Alemania, en Italia y en Francia, con lo cual iba creciendo prodigiosamente la fama del navegante florentino. A poco tiempo un autor aleman publicó un libro sobre las navegaciones de Américo Vespucio, en el cual por primera vez se proponia dar al Nuevo Mundo el nombre de América (1). El nombre hizo fortuna, la moda le adoptó, y el tiempo le fué sancionando. En vano los españoles Las Casas, Herrera y otros célebres historiadores de Indias re

(1) La obra se publicó en 1507 (despues de la muerte de Colon), Con el titulo de: Cosmographic

introductio insuper quatur Americi navegationes.

clamaron contra la usurpacion y contra el impostor; era ya tarde para remediar el mal y castigar la impostura; la costumbre y la rutina habian triunfado. Sensible es; pero si al Nuevo Mundo le quedó para siempre el mentido nombre de América, el Mundo Nuevo Ꭹ el Mundo Antiguo reconocerán perpétuamente en Cristóbal Colon el mérito indisputable de haberle imaginado ó de haberle descubierto (4).

(1) Para que se vea en cuán diferente predicamento se tenia en España á Vespucio y á Colon, baste decir que despues de diez y seis años de descubierto el Nuevo Mundo por el Almirante Colon, se nombraba solamente á Américo Vespucio piloto mayor. -Real título espedido por el rey don Fernando en Valladolid á 16 de agosto de 1508. Archivo de

Simancas; y Navarrete, Coleccion, tom. III. pág. 299.

Washington Irving en el apéndice 9 á la vida de Colon ha tratado este punto con mucha lucidez é imparcialidad; pero todas las dudas desaparecen á presencia de los documentos y cartas originales insertos en el citado tomo de la Coleccion de Viages de don Martin Fernandez de Navarrete.

CAPITULO XVI.

GUERRAS DE ITALIA.

PARTICION DE NAPOLES.

De 1498 á 1502.

Designios de Luis XII. de Francia sobre Milan y Nápoles.-Confedérase con el papa y con la república de Venecia. Se apodera del Milanesado.-Crítica situacion de don Fadrique de Nápoles.-Pide auxilio al Gran Turco.-Conducta de don Fernando el Católico.Propone al rey de Francia partir entre sí el reino de Nápoles.-Armada española en Sicilia.-El Gran Capitan recobra á Cefalonia de los turcos.-Tratado de particion de Nápoles entre Francia y España.-Apruébale el papa y les da la investidura.-Desmanes de los franceses en Italia.-Rivalizan en generosidad Gonzalo de Córdoba y don Fadrique de Nápoles.-Desgraciada suerte de este príncipe.Gonzalo de Córdoba sitia á Tarento.-Trabajos de la tropa en el cerco.-Insurreccion militar.-Peligro y serenidad de Gonzalo.Sosiega el motin.-Rendicion de Tarento.-Comportamiento del Gran Capitan con el duque de Calabria.-Falta á la capitulacion.El duque es traido prisionero á España.

El lector recordará que en el primer movimiento de insurreccion de los moros de las Alpujarras el Gran Capitan Gonzalo de Córdoba fué de los que acudieron presurosos á sofocarla, y el primero que asaltó y rindió la villa y castillo de Guejar. Desde entonces, aunque se reprodujeron las sublevaciones en las ásperas montañas del reino granadino, el Gran Capitan no volTOMO X.

11.

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