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contra el enemigo. En efecto, tan pronto como la enfermedad de la reina le permitió ponerse en campaña, levantada cuanta gente pudo en el reino, á lo cual le ayudó grandemente la reina Isabel no obstante el fatal estado de su salud, sin descuidar al propio tiempo de interesar al emperador de Alemania y al rey de Inglaterra y de requerirlos á que tomáran parte en la guerra contra los franceses, se puso en Gerona con grande ejército de caballos y peones, y muy pronto emprendió el movimiento con toda su gente para incorporase con la del duque de Alba, que se habia situado en Ribasaltas (").

Tenian los franceses muy estrechado ya el castillo de Salsas, derribado un trozo de la torre maestra y otro de un baluarte, aunque el duqué de Alba y los caballeros de su hueste no dejaban de hacer los mas estraordinarios esfuerzos por socorrer los sitiados y molestar y hostilizar de mil maneras los enemigos, hasta provocarlos á batalla con ser los españoles tan inferiores en número. Tambien los cercados se defendian valerosamente. En una ocasion colocaron varios barriles de pólvora, bajo una de las bóvedas del castillo; dieron lugar á que los franceses entráran en aquella parte de la fortaleza, y cuando calcularon que estaba ya llena de gente encendieron la pólvora, sal

(4) Bernaldez, Reyes Católicos, c. 497 y 198.-Cartas de Gonzalo de Ayora, c. 9.-Zurita, Rey don Hernando, lib. V. cap. 45, 50, 31.

-Abarca, Reyes de Aragon, Rey XXX. cap. 43.-Aleson, Anal. de Navarra, t. v.

tó el baluarte y perecieron sobre cuatrocientos hombres achicharrados. Todos los dias ocurrian entre siliados y sitiadores combates y lances de guerra. En tal situacion, y en peligro ya el castillo de Salsas, acudió el rey don Fernando con su grande ejército desde Gerona. Tan pronto como el mariscal de Bretaña supo que el monarca español se hallaba en Perpiñan (19 de octubre de 1503), aquella misma noche, lo mas calladamente posible, hizo trasportar á lomo la artillería camino de Narbona, y á la mañana siguiente levantó el campo poniendo fuego á las tiendas, y emprendió la via de Francia, fingiendo siempre prepararse para hacer frente á los españoles que le seguian, pero dándose la mayor prisá á repasar aqueIlos desfiladeros. A pesar de su precipitacion, todavía su retaguardia fué alcanzada por los nuestros en algunas angosturas, teniendo que dejar parte de su artillería y municiones. El rey don Fernando se internó en seguimiento de los fugitivos algunas leguas dentro de Francia hasta los mismos muros de Narbona, á cuyo abrigo los franceses se acogieron. Tomaron él y el de Alba algunas villas y fortalezas que saquearon y desmantelaron, y contento el rey con baber ahuyentado al orgulloso enemigo y vindicado el honor español, volvióse á sus dominios contento con el triunfo y con los despojos recogidos en aquella breve campaña "").

(1) Gonzalo de Ayora, cart. 11.-Zurita, Rey don Hernando, li

Recibió la reina Isabel estas lisonjeras noticias en Segovia por medio de los correos que tenia apostados para saber diariamente los movimientos del ejército. Temia tanto la piadosa Isabel las consecuencias de esta guerra, y afectaba ya tanto á su bondadoso corazon la sangre que veia derramarse en las luchas entre naciones cristianas, que ademas de rogar á Dios todos los dias en la casa y en los templos que se dignára librarlos de tales calamidades, escribia á su esposo recomendándole con el mayor encarecimiento que viera de vencer á los enemigos á costa de la menos sangre que verter pudiese. Por fortuna en esta ocasion la conducta de los franceses ahorró á Fernando la necesidad de afligir el espíritu de su benigna esposa con horrores y estragos.

Una estrella fatal parecia alumbrar á Luis XII. en todo lo que emprendia contra España. La escuadra de Marsella destinada á proteger al mariscal de Bretaña en la costa de Cataluña, apenas salió al mar tuvo que regresar al puerto inhabilitada para maniobrar de resultas de una terrible borrasca que la inutilizó, que fué un gran contratiempo para los sitiadores de Salsas. Asi el monarca francés aprobó y esforzó por medio de embajadores enviados á Perpiñan las proposiciones de tregua que ya sus capitanes habian hecho al rey Católico. Y como Fernando hubiese cumplido

bro V. c. 54.-Mártir, Opus, ep. 264.-Abarca, Reyes de Aragon, tom. II. Rey XXX. c. 13.-Ber

naldez, Reyes católicos, c. 498.Garnier, Hist. de Franc. tom. V.

su objeto y no tuviese interés en comprometerse en una guerra por aquella parte, accedió á ajustar una por cinco meses (noviembre, 1503), comprendiendo en ella los dominios naturales y hereditarios de los dos reyes, Francia y España, y no estendiéndose á Italia, donde ambos continuarian debatiendo con las armas sus respectivos derechos. Esta tregua se prorogó despues hasta tres años. A este resultado habian contribuido como mediadores la princesa Margarita duquesa de Saboya, y el desposeido rey de Nápoles don Fadrique: siendo de notar, como observa un ilustrado y discreto historiador, «que el último acto de la vida política de don Fadrique ("), fuera intervenir como mediador de paz entre los dos monarcas que se habian reunido para despojarle á él del suyo.»

Tales y tan humillantes y desdorosos para Luis XII. y para el reino francés fueron los resultados de los dos ejércitos enviados contra España en un arranque de indignacion y en un esfuerzo de patriotismo. Veamos la suerte que corrió el tercer ejército francés des tinado á obrar en Italia, y volvamos otra vez nuestra atencion á ese bello y desventurado pais, donde .. nos esperan acontecimientos importantes, asombrosos y decisivos.

(1) Murió al año siguiente.

CAPITULO XVIII.

GUERRAS DE ITALIA.

GONZALO DE CÓRDOBA EN EL GARILLANO.

De 1503 A 1504.

Nuevo y grande ejército francés en Italia.-El mariscal La Tremouille.-Detiénese en Parma, y por qué.-Muerte del papa Alejandro VI.-Pio III. y Julio II.-Dicho arrogante de La Tremouille, y su muerte.-El marqués de Mantua.-Avanza el ejército francés.Medidas de defensa de Gonzalo de Córdoba.-Sitúase á orillas del Garillano.-Combates.-Puente de barcas.-Lucha terrible en el puente. Posiciones de ambos ejércitos.-Lluvias, inundacion, trabajos, penalidades en las pantanosas estancias de los españoles.Constancia y sufrimiento de las tropas.-Sublime modelo de paciencia del Gran Gapitan.-Su objeto y sistema.-Poco aguante de los franceses para las privaciones.-Discordias en su campo: dimision del marqués de Mantua.-El marqués de Saluzzo.—Célebre batalla y glorioso triunfo de los españoles en el Garillano.-Rendicion de Gaeta.-Noble conducta del Gran Capitan.-Gonzalo en Nápoles.Luto en Francia.-Indignacion y venganzas de Luis XII.-Miserable suerte de los franceses.-Tratado de Lyon.-Conclusion de la guerra.—Elogio de Gonzalo.

Dejamos al Gran Capitan con la flor de sus guerreros delante de Gaeta, donde se habia refugiado el comandante francés Ivo de Alegre con los restos del ejército derrotado en Ceriñola, y donde se habian

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