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gobernador Rey: motivo por el cual decidieron los ingleses dar el asalto, juzgando ya practicable la brecha aportillada entre los dos cubos. Efectuóse la embestida al amanecer del 25, formando la columna de ataque la brigada del mayor general Hay, que tenia en reserva otras bajo el mando todas del mayor general Oswald. Pero malogróse la tentativa á pesar del brio y esfuerzos de los aliados, ya por estar todavía intactos los demas fuegos de la plaza que abrasaron á los acometedores, ya por la distancia considerable que mediaba entre las trincheras y la brecha, y ser aquel tránsito de piso muy pedregoso, lleno de plantas marinas y aguazales.

Acercóse poco despues Wellington á San Sebastian viniendo de Lesaca, en donde ahora tenia sus cuarteles, y trataba ya de repetir el asalto, cuando sabedor de ciertos movimientos de Soult, suspendiólo, y aun dispuso convertir en bloqueo el sitio, embarcando la artillería en Pasages, sin desamparar por eso las trincheras y algunos trabajos.

Intentos de Soult.

que

No eran en realidad engañosos los avisos recibió Wellington, porque entonces dió Soult la señal de abrir su proyectada campaña. Socorrer á Pamplona y San Sebastian debian ser los estrenos de ella, empezando por acudir á la primera, pudiendo la otra alcanzar mas fácilmente auxilios con la cercanía y proporcion del mar.

Ponian á Lord Wellington en apurado estrecho los intentos del mariscal Soult, incierto todavía de cuáles fuesen. Porque teniendo que atender à dos puntos bloqueados, distante uno de otro diez Y seis leguas, y que cubrir muchos pasos en pais montañoso, á veces inaccesible, ó falto de comunicaciones laterales, arduo se hacia salir airoso de tamaña empresa, importando por una parte no dejar indefenso ningun parage, y siendo arriesgado por otra debilitarse, subdividiendo su fuerza en sazon que el enemigo era dueño de escoger el punto de ataque y de acometerle con golpe de gente muy superior y mas respetable.

Estancias de los

De antemano se habia preparado Soult para meejércitos. terse de nuevo en España, recogiendo en San Juan de Pie de Puerto gran copia de víveres y muchos pertrechos. Acampaban ambos ejércitos en las respectivas fronteras sobre cumbres distantes entre sí medio tiro de cañon, aproximándose las centinelas ó puestos avanzados hasta unas 150 varas. Los franceses alegres y joviales segun su natural condicion, y mas gozosos por estar en su tierra los ingleses al contrario taciturnos y con pensativo y serio ademan, si bien satisfechos, complacido su nacional orgullo con poder amenazar de cerca la Francia, su antigua y poderosa rival.

Tenian los aliados las siguientes estancias: la brigada del general Bying y la division de Don Pablo Morillo ocupaban la derecha, cubriendo el puerto de Roncesvalles. Las sostenia apostado en Viscarret sir Lowry Cole con la cuarta division británica, formando

la reserva la tercera del cargo de sir Thomas Picton, que se alojaba en Olague. Extendíase por el valle de Bastan á las órdenes del general Hill parte de la segunda division inglesa y la portuguesa del conde de Amarante, destacada solo la brigada de Campbell en los Alduides. La division ligera y séptima acantonábanse en la altura de Santa Bárbara, villa de Vera y puerto de Echalar, y se daban la mano con los que guarnecian el Bastan. Servia de reserva á estas tropas en Santisteban la sexta division inglesa. Don Francisco Longa con la suya mantenia las comunicaciones entre esta izquierda de los aliados y las divisiones del cuarto ejército español alojadas á orillas del Bidasoa y en los pueblos de Guipúzcoa.

Llevaba Soult la mira de acometer á un tiempo por Roncesvalles y por el puerto de Maya, término del valle de Bastan, reuniendo para ello en San Juan de Pie de Puerto el 24 de julio sus alas derecha é izquierda con una division del centro y dos de caballería. Dirigia Soult en persona el movimiento del lado de Roncesvalles con unos 35,000 hombres, al paso que embestia con 13,000 por Maya Drouet conde d'Erlon. Se trabó la refriega el 25 en la mañana hácia las entradas de Roncesvalles, cuya posicion mantuvo vigorosamente el general Bying apoyado por sir Lowry Cole, hasta que en la tarde yendo á ser envuelta la posicion se replegaron ambos á Lizoain y cercanías de Zubiri. Defendió entonces largo rato y con brio el edificio de la fábrica de municiones de Orbaizeta el regimiento de Leon que capitaneaba el teniente coronel Aguier. Tambien por su parte empezó Drouet á maniobrar en el mismo dia desde temprano por el puerto de Maya, queriendo habérselas especialmente con la division del conde de Amarante colocada á la derecha. En un principio limitóse todo á solo amagos, recogiendo en seguida Drouet su fuerza en una montaña detras de un paso angosto, de donde intentando un súbito y rápido avance, vióse favorecido de la suerte, porque soñolientos con el calor del dia dos centinelas puestas en un alto, durmiéronse pudieron los franceses acercarse sin ser sentidos, y aun desalojar de su posicion á los aliados mal de su grado. Recobraronla estos despues ayudados de la brigada del mayor general Barnes, y hubiéranla conservado, si noticioso Hill de lo ocurrido en Roncesvalles, no hubiese dado órden de que se replegasen todos á Irurita. Pelearon los aliados en este dia por espacio de siete horas perdiendo 4 cañones y 600 hombres. Wellington en camino de San Sebastian ignoró hasta la noche lo que por el dia habia pasado.

y

Permanecieron quedos los franceses el 26 en el puerto de Maya. No sucedió asi por el otro punto, adelantándose á dar nuevo ataque en la tarde del mismo dia. Se hallaban los aliados prevenidos y mas fuertes, habiendo avanzado el general Picton á sostener á los de Lizoain y juntos todos replegáronse escaramuzando á un

puesto ventajoso, en donde se mantuvieron firmes y formados en batalla hasta despues de cerrada la noche. Continuaron el 27 retirándose en busca de un sitio mas acomodado para cubrir el bloqueo de Pamplona, apostando á este propósito su derecha enfrente de Huarte, y su izquierda en los cerros que hacen cara al pueblo de Villaba, descansando parte (inclusos los regimientos españoles Príncipe y Pravia) en un viso que resguarda el camino de Zubiri y Roncesvalles, y parte en una ermita detras de Sorauren via de Ostiz. Colocáronse cerca de respeto la division de Don Pablo Morillo y el conde del Abisbal con todo su ejército de Andalucía, excepto 2,000 hombres que continuaron en el bloqueo de Pamplona, quedando la caballería británica del mando de sir Stapleton Cotton á la derecha sobre Huarte, único descampado en que le era dable evolucionar.

Supieron en el ínterin los franceses de la plaza que se aproximaba Soult, y contentos y fuera de sí prorumpieron en grandes demostraciones de júbilo, é hicieron alguna salida. Unido Abisbal al ejército aliado de operaciones, dirigia el bloqueo Don Carlos de España, estando á sus órdenes Don José Aymerich con los 2,000 hombres del ejército de Andalucía que quedaron alli. Los franceses acometieron al último gefe, le desordenaron y aun le cogieron cañones; y mas daños se seguirian, si sereno y reportado España en aquella ocasion, no hubiese por su parte rechazado á los sitiados y arrinconádolos contra los muros.

El 27 llegó Lord Wellington á las estancias en que Picton y Cole se habian situado aquel dia, casi á tiempo que Soult teniendo á sus inmediatas órdenes á los generales Reille y Clausel empezaba á formar su gente en una montaña que se dilata desde Ostiz hasta Zubiri. Aqui y en otros puntos vecinos colocó dicho mariscal un cuerpo numeroso de caballería; destacando por la tarde una columna para apoderarse de una eminencia empinada, á la derecha de la division del general Cole. Ocupábala un regimiento portugués y el español de Pravia que tenia por coronel al bizarro Don Francisco Moreda, defendiendo ambos el puesto gallardamente y á la bayoneta. Reforzólos Wellington por ser importante la conservacion de aquel sitio, enviando el 40 inglés y el del Príncipe tambien español que mandaba su benemérito teniente coronel Don Javier Llamas; con lo que alli se le frustró á Soult su intento, si bien se apoderó de Sorauren en el camino de Ostiz, sustentando un fuego vivo de fusilería todo lo largo de la línea hasta boca de noche.

Amaneció el 28, dia que fuera de mayor empeño. Temprano en la mañana incorporóse á los de Wellington la division del general Pack, que destinaron á ocupar las alturas del valle de Lanz á retaguardia de Cole. Apenas la divisó el mariscal Soult, atacóla con superiores fuerzas viniendo de Sorauren; pero vióse repelido y

privado de mucha gente. Insistió no obstante el francés en enseñorearse de una ermita cercana, y si bien en un principio venció, sucedióle al fin como antes, teniendo que echarse atras. Encendióse entonces la batalla por todas las cimas, logrando los franceses solo ventajas del lado en que se alojaba la brigada de la cuarta division británica que mandaba el general Ross, á punto de colocarse en la misma línea de los aliados. En breve acudió Wellington al remedio, y recuperó lo perdido, Rechazado el mariscal Soult en todos los lugares, empezó á perder la esperanza de auxiliar á Pamplona, y para aligerar su hueste, en caso de retirada, envió cañones, heridos y mucho bagage, camino de San Juan de Pie de Puerto.

Ni uno ni otro ejército se movió el 29, en acecho cada cual de las maniobras de su contrario. Tuvo órden el general Hill de aproximarse á donde estaba Wellington, marchando sobre Lizaso : lo mismo Dalhousie, con la diferencia este de tener que extenderse hasta Marcalain para afianzar las comunicaciones del ejército, que se puso asi todo él en inmediato contacto. Igual caso sucedió al de los franceses, arrimándose al cuerpo principal el general Drouet en seguimiento y observacion de sir R. Hill.

Alerta Soult no quiso desaprovechar la ocasion, y ya que se lehabia malogrado lo de Pamplona discurrió auxiliar á San Sebastian, y sacó al propósito tropas de su izquierda para enrobustecer su derecha, tratando de abrirse paso por el camino de Tolosa, abrazando y ciñendo la izquierda de los aliados. Advirtió Lord Wellington esta maniobra al alborear del 30, y descubriendo la intencion que el enemigo llevaba, determinó atacar á los franceses en sus puestos, mirados como muy fuertes. En consecuencia ordenó á Lord Dalhousie envolver la derecha enemiga, encaramándose á la cresta de la montaña que tenia delante, y otro tanto mandó respecto de la izquierda á sir Thomas Picton debiendo dirigirse camino de Roncesvalles. Efectuados estos movimientos por los flancos, arremetió Wellington por el frente y con tal acierto y vigor que los franceses retiráronse y abandonaron unas estancias que ellos mismos conceptuaban de dificilisimo acceso.

Mientras tanto no quedaron tampoco parados el general Drouet y sir R. Hill. Fue aquel quien primero atacó, consiguiendo por medio de un rodeo envolver la izquierda del último, y obligarle á retroceder hasta colocarse en unos cerros cerca de Eguarás, en

los

que firme el inglés repelió cuantas arremetidas intentó su contrario para desalojarle. Y desembarazado ya entonces Wellington del mariscal Soult, sirvió de mucho á Hill, hallándose á puesta de sol en Olague á retaguardia de Drouet, quien sabedor de ello escabullóse diestramente durante la noche por el paso de Donamaría, dejando dos divisiones que cubriesen la retirada. Reforzado Hill fue tras ellos y logró aventarlos.

Al propio tiempo se movió Lord Wellington via de Velate sobre 'Irurita, inclinándose á Donamaría, con la dicha el general Bying de coger en Elizondo un convoy de municiones de boca y guerra. Continuóse el perseguimiento el dia 1 de agosto por los valles del Bidasoa y del Bastan, posesionándose los anglo-portugueses del punto de Maya, y de modo que al cerrar de la tarde hallábanse restablecidas las divisiones aliadas casi en el mismo campo en donde habian empezado las operaciones ocho dias antes.

Tambien el enemigo tornó á pisar la tierra de Francia, dejando solo dos divisiones en el puerto de Echalar, á las que desalojó Wellington por medio de una combinada maniobra de las divisiones cuarta, séptima y ligera, que sucedió bien y completamente.

Aunque lejana la fuerza principal del cuarto ejército español del teatro de estos combates, no por eso permaneció ociosa. Supo su general Don Pedro Agustin Giron al amanecer del 1° lo acaecido cerca de Pamplona, y previendo que alguna columna enemiga se replegaria por Santisteban permitió inquietarla á Don Francisco Longa que se lo propuso, mandando ademas á Don Pedro de la Bárcena ocupar con la primera brigada de su division los puntos de Vera y Lesaca. Sobreaviso Longa y noticioso de que los enemigos iban de retirada, adelantó tres compañías al puente de Yanci, que si bien ciaron en un principio, volvieron en sí acudiendo Bárcena, y disputaron juntos el paso á los franceses, durante cinco horas, el dia 1o de agosto. Obligados los enemigos á rehacerse, tomaron nuevas precauciones para vencer tan inesperada resistencia, pero gastando en ello mucho tiempo, dieron lugar á que despacio y ordenadamente se replegasen los nuestros refugiándose en las alturas. Reencuentro fue este glorioso y que mereció alabanzas de Lord Wellington. Ascendió la pérdida del ejército aliado en tan diversos combates y peleas á 6,000 hombres entre muertos, heridos y extraviados. Pasó de 8,000 la de los franceses.

el

Capacidad y consumada pericia desplegaron Lord Wellington y el mariscal Soult en aquellas jornadas que malamente llamaron algunos batalla de los Pirineos. Fueron por ambos lados muy acertadas y bien entendidas las marchas y movimientos, ya perpendiculares ya en direccion paralela, que cada cual imaginó ó se vió obligado á practicar, graduándose esta de parte muy importante y dificil en el arte de la guerra, si bien adecuada para que hombre de profundo ingenio desdoble sus facultades empleadas á la vez en percibir muchos objetos y en abrazar número grande de combinaciones; sobre todo siendo como aqui el campo de la lid un pais quebrado y montuoso, lleno de desfiladeros, tropiezos, tornos y revueltas, en donde no es muy hacedero al general en gefe obrar desembarazadamente y con voluntad exclusiva y pronta.

Pensaron ahora los aliados en apretar mas y mas el sitio de San Sebastian. Suspendido este en julio emprendióse'de nuevo el 24 de

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