Imagens das páginas
PDF
ePub

Castilla estaba la libertad encerrada en mas estrechos límites, y las discordias que promovian los magnates no tenian mas objeto político que el de aumentar sus riquezas y consideracion, humillando á los monarcas.

CAPÍTULO V.

Continuacion del mismo asunto.

Habiendo muerto sin hijos don Alonso III, le sucedió su hermano mayor don Jaime, rey de Sicilia, que vino inmediatamente á España á coronarse rey de Aragon; dejando el gobierno de aquella isla á su madre doña Constanza y á don Fadrique su hermano menor. La primera empresa del nuevo rey fue poner en estado de vigorosa defensa el ducado de Calabria, que era el mas firme antemural del reino de Sicilia; á cuyo propósito envió al general don Blasco de Alagon. Pelcó este bizarramente con las tropas francesas del rey Cárlos, y las derrotó completamente, haciendo prisionero á su caudillo. Al mismo tiempo el célebre Roger de Lauria vencia por mar al enemigo, es

tendiendo por toda Europa la gloria de su fama y del nombre aragonés.

No obstante estos señalados triunfos pararon luego en negociaciones de paz por mediacion del papa; y habiéndose juntado en Roma los embajadores de los reyes de Aragon, Francia, Nápoles y Mallorca, se hizo un tratado de concordia con los artículos siguientes: que el rey de Aragon casase con Blanca, hija del rey Cárlos de Nápoles; que volviese á este sus tres hijos Luis, Roberto y Ramon Berenguer con los demas prisioneros ; que restituyese la Sicilia, la Calabria y demas estados y pueblos de Nápoles á la iglesia, y que si los sicilianos se resistiesen hubiera de ayudar á reducirlos; que restituyese al rey de Mallorca todos sus estados con las dependencias antiguas; que el pontífice revocaria todas las sentencias dadas contra el rey de Aragon, concediendo al rey don Jaime y sus sucesores la investidura del reino de Cerdeña.

De estas estipulaciones la mas degradante para los reyes de Aragon era la devolucion del reino de Sicilia, esponiendo á sus naturales al resentimiento de la corte de Roma y de los franceses. Para evitar esta calamidad los sicilianos, despues de haber procurado, aunque inutilmente, por medio de sus embajadores reducir á don Jaime á que reformase ó revocase una concordia tan perjudicial

para ellos, resolvieron en el parlamento general alzar por su rey á don Fadrique, cuya coronacion se verificó en Palermo con el mayor aparato.

Siguió á esta determinacion una guerra sangrienta y porfiada, en que don Fadrique y los sicilianos juntos con los aragoneses de su parcialidad, hicieron prodigios de valor, aunque abandonados por Roger de Lauria, que habiendo defendido con tanta gloria y á costa de mucha sangre el reino de Sicilia y el partido de don Fadrique. se pasó á los contrarios atraido por las ofertas que le hizo la confederacion. Al fin despues de una encarnizada contienda que duró veinte años, se concertó la paz, quedándose don Fadrique con el reino de Sicilia, y dando la mano á Leonor, hija del Cárlos, á favor de quien renunció lo que poscia en Calabria.

rey

Acabada la guerra de Sicilia los capitanes y soldados catalanes y aragoneses ansiosos de nuevas glorias, disgustados con el ocio de la paz, y deseosos de aliviar á aquella isla del peso de las armas que ya no eran necesarias en ella; ofrecieron sus servicios al emperador de Constantinopla Andrónico, á quien los turcos hacian cruda guerra. Aceptada la oferta nombraron por su caudillo á Roger de Flor, y partieron para el oriente. Alli por espacio de once años ejecutaron inmortales hazañas, lidiando con la fiereza de los fanáticos

otomanos, y á veces con la perfidia de los astutos griegos; y quedaron al fin vencedores en medio de tantas contradicciones y peligros.

Esta espedicion considerada por algunos como una relacion histórica de aventuras románticas que escitan la admiracion y entretienen la curiosidad, hizo un gran beneficio á los estados cristianos, refrenando el ímpetu de los turcos, que en los primeros tiempos de sus conquistas se derrama. ban por la Europa como un torrente asolador. Y no solo se reportó este beneficio, sino que tambien la civilizacion de Sicilia, Aragon y Cataluña recibió grande aumento con las nuevas relaciones mercantiles, y frecuente comunicacion que entonces tuvieron aquellos pueblos con los mas cultos del imperio de Constantinopla.

Blancas dice que el rey don Jaime II obtuvo la calificacion de Justiciero, por la conducta franca y leal que tuvo con sus súbditos, y lo mismo confiesa Zurita. Lo cierto es que para dar ejemplo á los particulares del respeto que profesaba al Justicia mayor, demandó varias veces ante su tribunal lo que creia pertenecerle; con lo cual se aumentó mucho la autoridad de aquel supremo magistrado.

El reinado de don Alonso IV que sucedió á don Jaime II ofrece el grande espectáculo de un rey que intenta satisfacer sus antojos infringiendo los pactos hechos con la nacion, y de la vigorosa

« AnteriorContinuar »