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REVOLUCION

DEL

16 DE JULIO DE 1809

Y

BIOGRAFIA

DE

Don PEDRO DOMINGO MURILLO

MEMORIA HISTORICA

LEIDA EL 66° ANIVERSARIO EN LA SESION PUBLICA
DE INAUGURACION DE LA SOCIEDAD

LITERARIA DE LA PAZ

POR

JOSE ROSENDO GUTIERREZ

MIEMBRO CORRESPONDIENTE DEL INSTITUTO HISTORI-
CO, GEOGRAFICO Y ETNOGRAFICO DEL BRASIL, DE LA
SOCIEDAD INTERNACIONAL PARA EL PROGRESO DE
LAS CIENCIAS SOCIALES, ETC.

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PALABRAS DEL AUTOR
PARA LA 2a. EDICION

F3323 G8 1957

La insensata y absurda gritería que esta publicación despertó el año pasado (1877) en la prensa de Chuquisaca gritería de la que aún se perciben vagos y desacordados rumores- nos pone en la precisión de decir dos palabras sobre el origen y objeto de una pieza meramente literaria, mal comentada y peor atacada.

El 12 de julio de 1875, a iniciativa de varias personas, se organizó en esta ciudad una "Sociedad Literaria" (1) que determinó instalarse solemnemente el 16 del mismo mes. A este fin se me encargó la presentación de una Memoria histórica sobre la inmortal fecha en que debía ser leída.

Hé ahí el origen y objeto de este trabajo. Era algo que después ha proseguido con buen resultado la "Sociedad Cortés" de Potosí, que en dos días clásicos de la patria ha escuchado la interesante lectura de los trabajos históricos de mi amigo el señor Omiste.

El tiempo era estrecho y me era materialmente imposible dar a mi tarea la extensión que yo deseara y que el magno asunto requería. Coordiné lo mejor posible apuntes sueltos, dispersos entre mis notas privadas para acometer más tarde una obra de más aliento sobre los precursores de nuestra independencla, el final del siglo pasado y lo que va corrido del actual.

(1) En comprobante de esta, de las fechas siguientes y de los hechos que se relacionan, veánse los números 502 y siguientes de "La Reforma", correspondientes al 13 de julio de 1875 y días posteriores.

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Bosquejado mi trabajo, fue leído el día señalado ante un numeroso y selecto concurso. Allí estaban el Presidente señor Frías, sus ministros los Sres. Baptista, Calvo y el actual Jefe del Estado, General Daza: oyeron su lectura el Sr. Quijarro y la mayor parte de los cobachuelistas. No cito más que a ilustraciones del Sud, para añadir que ninguno mostró desagrado. El Sr. Frías me felicitó por escrito; los demás no escusaron su buen concepto en palabras más o menos lisonjeras.

Se me instó con empeño por varios de mis amigos para que mi "Memoria" se diera a la estampa. El actual redactor oficial, -con cuyo nombre me sucede lo que a Cervantes al hablar del lugar de la Mancha, donde empiezan las escenas de su libro inmortal,- me la pidió por escrito para imprimirla. Me negué tenazmente, considerando entonces como ahora mismo, esa producción como un bosquejo embrionario, suceptible de servir de armazón a una obra seria, pero poco satisfactoria en su forma para el plan y tendencias de su autor.

Pasaron dos años. Mis amigos los RR. del Titicaca exigían con empeño mi colaboración en el terreno histórico. Hice lo que pude para complacerlos: pero me negué siempre a dar mi "Memoria" a luz. Al fin mi amigo N. Acosta me hizo una de esas jugarretas que la amistad no sólo disculpa, si no que agradece, aunque causen contrariedad. Se apoderó de mi manuscrito, lo hizo aparecer en las columnas de ese periódico y después en una abundante edición aparte. (2)

(2) En el número 33 del Titicaca, de 19 enero 1877 empezó la publicación.

Así se ha publicado este trabajo, contra mia deseos, dos años después de leido y conocido y ha circulado con profusión. Si alguno o algunos escritores de Sucre no lo han podido leer, cúlpensé a sí mismos de ignorancia del movimiento literario del país o a su escasez de relaciones.

Dados estos antecedentes, no se puede calificar sino de insensata la vociferación que se despertó én Sucre en los últimos meses del año pasado. No descenderé a una contestación de ese atajo de........ razones sin sentido común. Por toda respuesta hago una nueva edición de mi "Memoria" con las correcciones indispensables, que habría hecho anteriormente, si yo hubiese autorizado la impresión.

El que tenga ojos léa; el que tenga razón discuta. Para los demás me encojo de hombros y paso.

Hay también un trabajo histórico sobre Alejo Calatayud, primer ensayo de un joven de Cochabamba, que promete ser uno de los concienzudos escritores, del país, si llega a descartarse de ciertos resabios y pequeñeces que desfiguran nuestra hermosa índole nacional. Su objeto es anteponer la pueblada o sedición de 1730 a la revolución del 16 de julio de 1809. Si lee con detención mi trabajo y la base adoptada por todos los escritores de nota al historiar la independencia americana, se convencerá que no deben buscarse primogenituras en fecha anterior a los primeros días del presente siglo; -que los levantamientos, alzamientos o lo que se llame de los siglos 16 al 18, no tienen carácter serio, hecha excepción de la guerra de los comuneros del Paraguay y la insurección de Tupajh-Amaru;— que en el terreno de las sediciones an

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