Novelas exemplares de Miguel de Cervantes Saavedra, Volume 3J. Ibarra, 1803 |
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... quan- do le miró y le conoció , quisiera que jamas hubiera amanecido , sinó que allí en perpetua noche se le hubieran cer- rado los ojos porque apenas hubo el caballero vuelto los ojos á mirarla ( que tambien deseaba verla ) , quando ...
... quan- do le miró y le conoció , quisiera que jamas hubiera amanecido , sinó que allí en perpetua noche se le hubieran cer- rado los ojos porque apenas hubo el caballero vuelto los ojos á mirarla ( que tambien deseaba verla ) , quando ...
Página 31
... quan do diéron en los atados que pasaban de quarenta , que los estaba desatando el que dexáron suelto . Era extraño espectáculo el verlos : unos desnudos del todo , otros vestidos con los vestidos astrosos de los bando-- leros unos ...
... quan do diéron en los atados que pasaban de quarenta , que los estaba desatando el que dexáron suelto . Era extraño espectáculo el verlos : unos desnudos del todo , otros vestidos con los vestidos astrosos de los bando-- leros unos ...
Página 51
... quan tas imaginó que sin ella Marco Anto- nio no dexaria de cumplir su promesa , sin acordarse de lo que á ella estaba obligado ! Pasósele en esto la mayor parte de la noche sin dormir , sueño . Y no la pasó con mas descanso D. Rafael ...
... quan tas imaginó que sin ella Marco Anto- nio no dexaria de cumplir su promesa , sin acordarse de lo que á ella estaba obligado ! Pasósele en esto la mayor parte de la noche sin dormir , sueño . Y no la pasó con mas descanso D. Rafael ...
Página 54
... quan diferentes ánimos los dos iban mirando á Leocadia , de- seándola Teodosia la muerte , y D. Ra fael la vida , entrámbos zelosos y apa- sionados . Teodosia buscando tachas que ponerla , por no desmayar en su espe- ranza : D. Rafael ...
... quan diferentes ánimos los dos iban mirando á Leocadia , de- seándola Teodosia la muerte , y D. Ra fael la vida , entrámbos zelosos y apa- sionados . Teodosia buscando tachas que ponerla , por no desmayar en su espe- ranza : D. Rafael ...
Página 55
... quan mal libraban los que en tales pendencias se metian , que eran ordinarias en aquella ciudad quando á ella llegaban galeras . No fué bastante el buen consejo de Calvete para estorbar á D. Rafael la ida , y así le siguiéron todos ; y ...
... quan mal libraban los que en tales pendencias se metian , que eran ordinarias en aquella ciudad quando á ella llegaban galeras . No fué bastante el buen consejo de Calvete para estorbar á D. Rafael la ida , y así le siguiéron todos ; y ...
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Palavras e frases frequentes
acabó adonde agenas agra ahora Alférez alguacil alma amigo aposento asno baxa Berg Berganza Bolonia bruxa buen caballero calle Camacha cielo cintillo Cipion Colindres contar contento Cornelia criado criatura cura daba debia decia decir desdichada despues dexar dice digo diligencia dió dixo Doña Estefanía duque escuti esposo estaba Ferrara Flándes fuese galeras gente gitano guarda gusto habeis habia hablar halló hermano hijo honra huésped hurtos Leocadia llaman llegáron llegó llevar Lorenzo Bentibolli luego mano maravi Marco Antonio menester mirando mozo muger mundo nera niño noche ñor oido ojos padre parece pasar pendencia perros poco podia preguntó priesa puesto puso qual quales quan quando quatro quedó quereis queria quiero quise Rafael ralta remedio respondió rostro saber sabia salir Sevilla siera tambien tarme tengo tenia Teodosia tonio traía venia verdad vestido vino vió visto volver vues
Passagens conhecidas
Página 229 - Has de saber, Berganza, que es costumbre y condición de los mercaderes de Sevilla, y aun de las otras ciudades, mostrar su autoridad y riqueza, no en sus personas, sino en las de sus hijos; porque los mercaderes son mayores en su sombra que en sí mismos.
Página 54 - Admiróles el hermoso sitio de la ciudad y la estimaron por flor de las bellas ciudades del mundo, honra de España, temor y espanto de los circunvecinos y apartados enemigos, regalo y delicia de sus moradores, amparo de los extranjeros, escuela de la caballería, ejemplo de lealtad y satisfacción de todo aquello que de una grande, famosa, rica y bien fundada ciudad puede pedir un discreto y curioso deseo.
Página 209 - ... los cuentos unos encierran y tienen la gracia en ellos mismos, otros en el modo de contarlos: quiero decir, que algunos hay, que aunque se cuenten sin preámbulos y ornamentos de palabras, dan contento; otros hay, que es menester vestirlos de palabras, y con demostraciones del rostro y de las manos, y con mudar la voz se hacen algo de nonada, y de flojos y desmayados se vuelven agudos y gustosos...
Página 217 - Juanica, y otras cosas semejantes; y esto, no al son de chirumbelas, rabeles o gaitas, sino al que hacía el dar un cayado con otro, o al de algunas tejuelas puestas entre los dedos; y no con voces delicadas, sonoras y admirables, sino con voces roncas, que, solas o juntas, parecía, no que cantaban, sino que gritaban o gruñían.
Página 259 - ... muchos y muy muchos escribanos hay buenos, fieles y legales, y amigos de hacer placer sin daño de tercero; sí, que...
Página 290 - Dios no quería; por lo cual podrás venir a entender cuando seas hombre que todas las desgracias que vienen a las gentes, a los reinos, a las ciudades ya los pueblos, las muertes repentinas, los naufragios, las caídas, en fin, todos los males que llaman de daño, vienen de la mano del Altísimo y de su voluntad permitente; y los daños y males que llaman de culpa, vienen y se causan por nosotros mismos. Dios es impecable, de do se infiere que nosotros somos autores del pecado...
Página 285 - Hay opinión que no vamos a estos convites sino con la fantasía, en la cual nos representa el demonio las imágenes de todas aquellas cosas que después contamos que nos han sucedido. Otros dicen que no, sino que verdaderamente vamos en cuerpo y en ánima; y entrambas opiniones tengo para mí que son verdaderas, puesto que nosotras no sabemos cuándo vamos de una o de otra manera, porque todo lo que nos pasa en la fantasía es tan intensamente, que no hay diferenciarlo de cuando vamos real y verdaderamente.
Página 329 - Y has de considerar que nunca el consejo del pobre, por bueno que sea, fue admitido, ni el pobre humilde ha de tener presumpción de aconsejar a los grandes ya los que piensan que se lo saben todo.
Página 311 - No tienen criados, porque todos lo son de sí mismos; no gastan con sus hijos en los estudios, porque su ciencia no es otra que la del robarnos.
Página 236 - ... si la sarna y la hambre no fuesen tan unas con los estudiantes, en las vidas no habría otra de más gusto y pasatiempo, porque corren parejas en ella la virtud y el gusto, y se pasa la mocedad aprendiendo y holgándose.