La republica literaria: Revista de ciencias, letras y bellas artes, Volumes 1-2

Capa
Tip. de Luis Perez Verdía, 1886

No interior do livro

Outras edições - Ver tudo

Palavras e frases frequentes

Passagens conhecidas

Página 261 - Y escuchar, como enantes, tus suspiros, Tus suspiros de amor y de tristeza ! ¡Quién me diera posar casto y suave Mi cariñoso labio en tus cabellos, Y que sintieras sollozar mi alma En cada beso que dejara en ellos! ¡Quién me diera robar un solo rayo ' De aquella luz de tu mirar en calma, Para tener al separarnos luego Con que alumbrar la soledad del alma!
Página 131 - Como la brisa que la sangre orea sobre el oscuro campo de batalla, cargada de perfumes y armonías en el silencio de la noche vaga; símbolo del dolor y la ternura, del bardo inglés en el horrible drama, la dulce Ofelia, la razón perdida, cogiendo flores y cantando pasa.
Página 259 - Soy un esclavo que a tus pies se humilla y suplicante tu piedad reclama, que con las manos juntas se arrodilla para decir con miedo. . . que ¡te ama! ¡Te ama! Y el alma que el amor bendice, tiembla al sentirle como débil hoja. ¡Te ama! Y el corazón cuando lo dice en yo no sé qué lágrimas se moja.
Página 108 - Constitución y tales decretos nulos y de ningún valor ni efecto, ahora ni en tiempo alguno, como si no hubiesen pasado jamás tales actos y Se quitasen de en medio del tiempo y sin obligación en mis pueblos y subditos de cualquier clase y condición a cumplirlos ni guardarlos.
Página 259 - Así mujer á tu presencia llego. ¡No de mí apartes tus divinos ojos! Pálida está mi frente de dolores; ¿Para qué castigar con tus enojos Al que es tan infeliz con tus amores? Soy un esclavo que...
Página 264 - ... poeta, como los poetas de la América del Sur, osado, extraño, original. Eso ha hecho pensar que su estilo poético participa de todas las escuelas, sin reproducir ninguna con su carácter peculiar. En efecto, la originalidad en literatura tiene algunas semejanzas con todo lo conocido. Pero justamente la vaguedad de estas semejanzas y la variedad infinita de ellas, prueba que no ha habido molde en la creación y que ella es hija de un carácter propio y fuertemente individual. Tales. son los...
Página 260 - ... al valle. Sus miradas son luz, noche sus ojos; la pasión en su rostro centellea, y late el beso entre sus labios rojos cuando desmaya su pupila hebrea. Me tiembla el corazón cuando la nombro; cuando sueño con ella, me embeleso; y en cada flor con que su senda alfombro pusiera un alma como pongo un beso.
Página 186 - Y quedamos novios. Los domingos cuando bailábamos en tu casa o en la mía, me sacaba más veces que a las demás, pero no se atrevía a decirme nada. . . A pesar de eso, una vez bailando, como estaba triste y hablaba poco, le pregunté si estaba enfadado, y él me contestó: "Yo no me enfado con nadie, y mucho menos contigo".
Página 260 - Mecidos^por los vientos sonorosos, Aves salvajes de canoros picos Y lejanos torrentes caudalosos. Los naranjos en flor que nos guarecen Perfuman el ambiente, y en su alfombra Un tálamo los musgos nos ofrecen De las gallardas palmas, a la sombra. Por pabellón tenemos la techumbre Del azul de los...
Página 260 - ... naranjos en flor que nos guarecen perfuman el ambiente, y en su alfombra un tálamo los musgos nos ofrecen de las gallardas palmas a la sombra. Por pabellón tenemos la techumbre del azul de los cielos soberano. Y por antorcha de himeneo la lumbre del espléndido sol americano. Y se oyen tronadores los torrentes y las aves salvajes en concierto, en tanto celebramos indolentes nuestros libres amores del desierto.

Informação bibliográfica