La mujer española y americana: (su esclavitud, sus luchas y dolores) reseña historicaEstab. tip. de los hijos de R Álvarez, 1898 - 256 páginas |
Palavras e frases frequentes
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Passagens conhecidas
Página 211 - Únicamente en las Escuelas incompletas se permitirá la concurrencia de los niños de ambos sexos, en un mismo local, y aun asi con la separación debida.
Página 98 - Por largo tiempo la vemos figurar en la corte de Barcelona, ya rodeada de los Jueces de Corte y sentada en el escaño del tribunal administrando justicia en...
Página 159 - Y también se prohibe que ninguna mujer pueda traer jubones que llaman escotados, salvo las que de público ganen con su cuerpo. Y la que lo contrario hiciere incurrirá en perdimiento del guardainfante y jubón y veinte mil maravedís de multa.
Página 211 - Art. 100. En todo pueblo de 500 almas habrá necesariamente una Escuela pública elemental de niños, y otra, aunque sea incompleta, de niñas.
Página 168 - ... casas de enseñanza competentes para niñas, con matronas honestas e instruidas que cuiden de su educación, instruyéndolas en los principios y obligaciones de la vida civil y cristiana y enseñándoles las habilidades propias del sexo ; entendiéndose preferentes las hijas de labradores y artesanos, porque a las otras puede proporcionárseles enseñanza a expensas de sus padres y aun buscar y pagar maestros y maestras".
Página 211 - ... inmediatos para formar juntos un distrito donde se establezca Escuela elemental completa, siempre que la naturaleza del terreno permita á los niños concurrir á ella cómodamente; en otro caso cada pueblo establecerá una Escuela incompleta, y si aun esto no fuera posible, la tendrá por temporada.
Página 249 - ... estimación que se las concede: tanto si son nuestros ídolos, como nuestras compañeras o cortesanas; esclavas o libres, la reacción es completa: las mujeres hacen a los hombres lo que ellas son. Parece que la naturaleza une nuestra inteligencia a su dignidad, como nosotros unimos nuestra felicidad a su virtud. Tenemos, pues, que por una ley de eterna justicia, el hombre no puede degradar a las mujeres sin degradarse a sí mismo, ni realzarlas sin mejorarse a sí propio. No hay medio: o los...
Página 163 - Pondránte el corpino Y la saya buena , Cabezon labrado , Toca y albanega , Y á mí me pondrán Mi camisa nueva, Sayo de palmilla, Calza de estameña ; Y si hace bueno, Traeré la montera Que me dió la pascua Mi señora abuela, Y el estadal rojo Con lo que le cuelga, Que trajo el vecino Cuando...
Página 159 - Las turpideces denunciadas fueron tantas, y los peligros para la honestidad tan visibles, que llegaron á entender en el asunto la Inquisición soberana y la autoridad real, disponiendo que ninguna mujer pudiera salir á la rua, ni en coche ni á pie, con el rostro cubierto por el manto, ni con cortinas tiradas al intento, so pena de multa y encierro.
Página 249 - ... sumisas, reinan porque reciben su poder de nuestras pasiones. Pero esta influencia es más o menos provechosa, según el grado de estimación que se las concede: tanto si son nuestros ídolos, como nuestras compañeras o cortesanas; esclavas o libres, la reacción es completa: las mujeres hacen a los hombres lo que ellas son. Parece que la naturaleza une nuestra inteligencia a su dignidad, como nosotros unimos nuestra felicidad a su virtud. Tenemos, pues, que por una ley de eterna justicia, el...