Imagens das páginas
PDF
ePub

mado con razon el Noble por sus escelentes calidades. Bajo su pacífico reinado florecieron la agricultura y: las artes industriales; y entonces fué cuando se verificó la famosa concordia de los tres barrios de Pamplona con acuerdo de sus habitantes y aprobacion de las córtes. Este privilegio llamado de la union, que algunos por la identidad del nombre confundieron con el de la union aragonesa, no es otra cosa que un convenio, por el cual se estinguieron las diferentes jurisdicciones y gobiernos de los tres barrios, instituyendo uno solo comun para todos con un alcalde y diez regidores (1).

Sostuvo tambien este monarca con dignidad y

(1) Este convenio con el título de Privilegio de la union, se imprimió en 1619 en Pamplona, y empieza asi: « Cárlos por la gracia de Dios, rey de Navarra, duc de Nemour &c., facemos saber que por los alcaldes, jurados et universidades del burgo de sant Cernin, poblacion de San Nicolás, et Navarreria de nuestra muy noble ciudat de Pamplona, nos ha seido significado et dado á entender que en los tiempos pasados por eillos ser de tres jurisdicciones, tres alcaldes et tres jurerias, se han seguido entre ellos muchos debates, divisiones, discordias, escándalos, homicidios et feridas; por las cuales por diversas vegadas la dicha nuestra muy noble ciudat ha cuidado ser perescida et destruita totalment &c. Siguen á este preámbulo

t

firmeza los derechos que por sus ascendientes le correspondian en los antiguos estados de Francia, y por medio de una honrosa transaccion se le dio el condado de Nemurs con título de duque y par de aquel reino. Tambien se estipuló que por su antiguo derecho á los condados de Champaña y Bria recibiese doce mil libras de renta anual, y una cantidad considerable por las del tiempo en que habia estado desposeido.

Por su muerte recayó la corona de Navarra en su hija doña Blanca casada con el revoltoso infante de Aragon don Juan, de cuyo matrimonio fué malogrado fruto el príncipe de Viana don Cárlos. Completó su madre la escelente educacion

que es bastante largo, las disposiciones en 29 capítulos, el primero de los cuales dice: "Primeramente de consentimiento et otorgamiento de todos los dichos procuradores de las dichas tres universidades del Burgo, Poblacion, et Navarreria de nuestra dicha muy noble ciudat de Pamplona, avemos querido e ordenado, queremos et ordenamos de nuestra autoridat e poderio real que las dichas tres jurisdiciones del Burgo, Poblacion et Navarreria de nuestra dicha muy noble ciudat de Pamplona del dia de hoy en adelant á perpetuo sean et ayan á ser de una mesma universidad, un cuerpo et un conceillo, et una comunidad indivisible &c." El privilegio tiene la fecha de 8 de setiembre de 1423.

Tomo II.

9

que este habia recibido en la corte de su abuelo: ejercicios varoniles, máximas de virtud, estudios á propósito para enriquecer su entendimiento y formar su corazon; sobre todo el espectáculo de un reino tranquilo y floreciente bajo una administracion sabia y moderada (1).

Ya dije en el capítulo VI tratando de las cosas de Aragon, cómo habia premiado don Juan aquellas dotes de su hijo, usurpándole la corona que por derecho le correspondia; pues en los contratos matrimoniales del infante y doña Blanca se habia estipulado que muerta esta con hijos ó sin ellos, pasase la corona á su legítimo sucesor, dejando don Juan el gobierno.

Aun viviendo la reina Blanca cometió el infante en Navarra grandes desafueros por el bárbaro empeño de llevar adelante sus maquinaciones y enconada guerra en Castilla. Negóse á admitir el consejo de paz que le daban las cortes, y retirados por estas los subsidios, vendió sus joyas y las de la reina, que veia con el mayor sentimiento las sinrazones de su marido.

La lucha entre el padre y el hijo fué muy funesta al reino de Navarra, donde si bien la mas

(1) Señor Quintana; Vida de don Cárlos, príncipe de Viana.

sana parte estaba por el príncipe, tampoco faltaban partidarios á su injusto padre, como por desgracia los tiene todo usurpador poderoso. Dividiéronse los señores principales del reino, sosteniendo los unos al rey y los otros al príncipe; y despues del fallecimiento de este se dió al mundo el ejemplo mas atroz de inmoralidad y de perfidia. Habia el inicuo don Juan ofrecido á su hija menor doña Leonor, casada con el conde de Fox, la sucesion en el reino de Navarra; y para que esto pudiese verificarse, era preciso remover el obstáculo que presentaba la infeliz doña Blanca, hermana del príncipe don Carlos, que habia heredado los derechos de este á la corona de Navarra. El perfido don Juan mandó á la infanta que se dispusiese á pasar los Pirineos, pretestando haber dispuesto su matrimonio con el duque de Berri. Conociendo ella el fraude se escusó del mejor modo que pudo hacerlo; pero el inhumano padre la hizo obedecer á la fuerza.

Conducida á Francia por Mosen Pierres de Peralta, pudo burlando la vigilancia de su conductor, hacer en Roncesvalles una protesta reducida á manifestar que la llevaban violentamente; y recelando que intentaban obligarla á renunciar sus derechos en favor de su hermana menor y del conde de Fox, ó tal vez del infante don Fernando de Aragon, declaraba que se tuviese por nulo

:

á

cualquier instrumento otorgado por ella conforme á sus temores. En San Juan de Pie del Puerto llegó ya conocer que no solo se trataba de la sucesion al trono, sino del peligro de su vida; y en consecuencia otorgó un instrumento de cesion de sus derechos á favor del rey de Castilla su primo, suplicándole como tambien al conde de Armañac, al de Lerin, á don Juan de Beaumont y á Pedro Perez de Irurita, que procurasen libertarla de la opresion en que yacia, ó vengasen su

muerte.

Esta era la que traidoramente la aguardaba en el funesto castillo de Ortés, donde estuvo reclusa dos años y atormentada con los mas amargos padecimientos, hasta que la libertó de ellos un veneno dado por una dama de la condesa de Fox de orden de sus feroces amos. Inmediatamente empezaron estos á utilizarse de su horrendo crímen titulándose príncipes de Viana, y tomando la gobernacion del reino. No satisfechos con esto manifestaron pronto su ambicion y ardiente deseo de mandar con absoluta independencia, y recobrar los lugares ocupados en Navarra por el rey de Castilla; en lo cual estaba conforme la voluntad de los navarros. No obstante saliéronles mal sus tentativas, y el conde avergonzado por una parte, y temiendo por otra el resentimiento de su suegro, se retiró á Bearne; mientras su es

« AnteriorContinuar »