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CAPÍTULO IX.

Origen, estado social y progresos de la monarquía dé Granada.

La disolucion del imperio de los almohades

que

siguió á la derrota de sus huestes en las Navas de Tolosa, hubiera probablemente acarreado la total ruina del mahometismo en el siglo XIII, ó cuando mas en el XIV, si los árabes no hubiesen concentrado el resto de sus fuerzas en una nueva monarquía, mas bien por una feliz combinacion de circunstancias, que por un premeditado designio. Entre las ruinas del antiguo trono musulman se cimentó el reino de Granada, que pudo resistir mas de dos siglos al poder de los cristianos, y que ha suministrado tantos hechos heróicos á la historia, tan bellos cuadros à la poesía, á las artes

tan grandiosos monumentos, y tan gratos recuerdos á la posteridad.

Su territorio, aunque no muy estenso, abundaba en productos de toda especie: sus amenos valles y dilatadas vegas, por donde cruzaban cristalinos rios y numerosos canales, producian frutos en copiosa abundancia; y la parte montañosa encerraba minas de preciosos metales, y canteras de jaspes y mármoles de diversos colores. La poblacion de aquella tierra privilegiada, que siempre habia sido numerosa, se acrecentó en el siglo XIII con las gentes que de Sevilla y otros pueblos conquistados se refugiaban allá, huyendo de la dominacion cristiana. Asi es que nuestros historiadores hacen subir el número de habitantes de la ciudad de Granada á mas de 2000, y á una cuarta parte los guerreros que podian salir de su recinto en caso necesario. Finalmente los cómodos puertos de Almería, Málaga y otros de menor importancia, facilitaban á los moros granadinos el modo de mantener un activo comercio esterior, segun haré ver mas adelante, despues de haber dado algunas noticias acerca del orígen y estado social de este reino en los siglos XIII y XIV, que fue el tiempo de su mayor prosperidad.

Despechado el rey Muhamad por el desastre de las Navas de Tolosa, se retiró á Marruecos, y renunció el mando á favor de su hijo Almostansir

Bila, haciendo

que los xeques le prestasen jura

mento como sucesor suyo. Era este un mancebo de pocos años, y de ninguna disposicion para el gobierno; de manera que sus parientes y wasires lo mandaban todo. Almostansir encerrado en su harem se entregaba con desenfreno á los deleites; y esta disipacion acabó con él en pocos años. Los xeques deseosos de restablecer la disciplina y autoridad del vacilante trono, eligieron por su monarca al distinguido caudillo Almemun, gobernador de Sevilla.

los

Quiso este corregir la ilimitada autoridad de

xeques almohades de los dos consejos, y cscribió un libro contra la política y las leyes del Mehedí (1), manifestando sus inconvenientes, y la intencion que tenia de corregir la constitucion del gobierno de los almohades. Inspiraba estas novedades al rey su wasir Abu Zacaria; siendo ambos de opinion que en un gobierno despótico no debia haber otra autoridad ni otras leyes que las de Dios y la voluntad del soberano (2).

Cuando los xeques almohades llegaron á conocer las miras de Almemun, determinaron contrarestarlas á toda costa; y anulando la eleccion de

(1) Fundador de la secta de los almohades.

(2) Conde, Historia de los árabes, tomo 2.o, capítulo 57.

aquel como ejecutada mas por temor que de su propia voluntad, nombraron como sucesor legítimo de Almostansir Bila al xeque Yahia ben Anasir, y le juraron obediencia.

Movióse cruda guerra entre los dos competidores; y habiendo quedado victorioso Almemun en las primeras batallas, pasó á Marruecos, hizo degollar á los xeques, y cortar ademas otras cuatro mil cabezas de sediciosos, mandando ponerlas en garfios por los muros de la ciudad. Hecho esto anuló las leyes del Mehedi, y limitó las facultades de los dos consejos, reduciéndolos á consultores del Cadi en la administracion de justicia, sin intervencion en los negocios de estado.

Con la ausencia de Almemun el xeque Yahia Anasir y sus parciales alborotaban contra él los pueblos en tierra de Granada; lo que le obligó á volver á Andalucía. Concertóse con el rey Fernando, enviándole dádivas muy preciosas para que no le moviese guerra, mientras él se ocupaba en castigar á los rebeldes que le usurpaban sus dominios. Entretanto se habia confederado su competidor con el régulo de Murcia Abu Abdala, descendiente de los antiguos reyes moros de Zaragoza; y considerando Almemun que sus fuerzas no eran suficientes para acabar aquella guerra con los dos rebeldes, determinó pasar al Africa para formar un poderoso ejército; pero antes de llegar á Mar

ruecos falleció de una aguda enfermedad, y con él acabó el imperio de los almohades. Despues no hubo mas que bandos y parcialidades hasta que se estableció en el trono de Africa la dinastía de los Benimerines, familia muy noble de aquel pais.

En Andalucía se disputaron el mando Yahia Anasir, y otro caudillo llamado Aben Hud. Aquel confió el mando de las tropas á un sobrino suyo llamado Aben Alhamar, célebre y muy estimado entre la juventud de Andalucía por su valor y gentileza. Apoderóse de Alhama y Jaen; y ha

biendo fallecido su tio, ocupó las ciudades de Arjona, Guadix y Baza, y fue proclamado rey de todas ellas. Su competidor Aben Hud que reinaba en Sevilla, determinó pasar á Almería con ánimo de embarcarse alli para socorrer al régulo de Valencia amenazado por el rey don Jaime; pero fué asesinado infamemente en aquella plaza por el alcaide del alcazar llamado Abderraman; y este alevoso por congraciarse con Alhamar, se declaró por él con todos sus parciales. Ganó los ánimos de los granadinos, y Alhamar que no se descuidó un punto en aprovechar aquella ocasion, corrió la tierra, fué recibido en todas partes con aclamaciones, y entró en Granada el año de 1238 (1). Tal fué el origen de esta nueva monarquía.

(1) Conde, Historia de la dominacion de los árabes, tomo 3.o, página 21.

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