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bajos.

mos insinuado, el proyecto de señoríos devuelto Cortes sus trapor el príncipe, quien en 7 de Junio lo envió segunda vez al congreso por conducto del ministro de Gracia y Justicia, tambien sin sancionar: prohibieron conferir órdenes eclesiásticas, y decretaron la revista de todas las causas fenecidas despues del restablecimiento de la Constitucion, lo cual probaba su gran desconfianza del poder judicial. Y al propio tiempo entorpeciendo su accion en los autos abiertos contra los anarquistas pedian testimonios de lo actuado como en los seguidos á causa de la formacion ilegal del segundo batallon de la milicia voluntaria de Valencia. En 3 de Mayo, guiados siempre los mas fogosos de sus individuos por un celo que los estraviaba, declararon por el órgano de Alcalá Galiano que el ministerio no podia gobernar la nacion, sin alegar las pruebas justificativas de su desconfianza. Ordenaron á los secretarios del despacho que estrañasen del reino al famoso padre Velez, autor de la Apología del altar y del trono y obispo de Ceuta, no obstante que desterrado por el gefe político, consiguió del gobierno el premio de regresar á su diócesis por no hallar fundamento para el destierro, y no obstante ser del nismo sentir el Consejo de Estado. En 25 de Mayo la asamblea legislativa votó un mensage al rey acriminando al ministerio y al gabinete de las Tullerías, cuya segunda parte, justa si se quiere en su esencia por la mala fé de aquel gobierno, era sin embargo impolítica, porque lejos de poner remedio á los males, dificultaba mas y mas las comunicaciones de uno y otro pais. Nunca agradan á la larga los medios violentos y las proscripciones; pero si en un tirano irritan, causan mayor exasperacion cuando salen los rayos de las manos de las asambleas populares. La manía de rebajar los sueldos mezquinos de los empleados sin disminuir su

:

Mensage al rey contra el

ministerio.

Progreso y número de las facciones.

ton. El Trapense.

número, que es la verdadera plaga del erario, originaba nuevos descontentos; y la llegada de América de tantos militares fugitivos comprendidos en las capitulaciones duplicaba la penuria del tesoro, reducido á cero.

Las hordas facciosas devastaban el territorio, y lo inundaban á manera de torrente que crece corriendo: el bandido Jaime Alfonso, llamado el Barbudo, proclamaba el realismo en la Sierra de Murcia, cuya provincia era tan afecta al despotismo que en ocho pueblos diferentes arrancaron é hicieron pedazos la lápida de la Constitucion. En Ca taluña á mas de los gefes ya mencionados se preMosen An- sentaban en la arena Mosen Anton Coll y fray Antonio Marañon, el Trapense, que en 1814 sobresalió en Madrid destruyendo con sus manos en el salon del congreso la estátua de la libertad. Este lego, que todo lo dominaba ahora con su prestigio, era un aventurero que se refugió en la Trapa para ocultar su nombre y su vida llena de vicios y de crímenes: el nombre del baron de Eroles, que preparaba entonces en Poblet la gran conspiracion de que fue cabeza, andaba en todos los labios; y próximo á saltar al palenque y dirigir el carro de la contra-revolucion, daba mayores alas á los realistas. Mataflorida duplicaba sus agentes y enviaba fondos á los puntos donde escaseaba el dinero; y asi tomaba cuerpo la insurreccion catalana, alimentada con el oro de la Corte. Al ver las bandas de la fé, toleradas y protegidas por las autoridades francesas de la frontera, saquear é incendiar los pueblos durante el dia, y á la caida de la tarde formando círculo las compañías rezar el rasario; al ver al Trapense con el hábito arremangado y el crucifijo sobre el pecho rozándose con el sable y las pistolas pendientes de la cintura, galopando en su caballo con el látigo en la mano, bendicien

Mañas del

Su retrato.

do y esterminando, recurriendo unas veces á las supuestas revelaciones del cielo para entusiasmar á Trapense. los crédulos catalanes, y otras á medios revolucionarios, el observador se creía transportado á los siglos remotos. Era el Trapense un hombre de cuarenta y cinco años; tenia cierto aire sombrío, los ojos vivos y la mirada fija; las gentes se arrodillaban á su paso para recibir las bendiciones que daba; asi lo pinta Martignac en su obra tantas veces citada. Y al lado del hipócrita Misas descollaba de gefe de estado mayor don Jorge Bessieres, aquel aventurero revolucionario condenado en Barcelona á muerte por republicano. Las armas de la libertad empero triunfaban en todas partes de los fanáticos, y Torrijos, Manso, Milans y Rotten los batian alli donde los alcanzaban. La dispersion era en los facciosos una maniobra militar; y al dia siguiente volvian á reunirse y á marchar con la misma confianza y entusiasmo que antes de la derrota. En Cervera los Capuchinos hicieron fuego á nuestros Capuchinos soldados, y tomado el convento, perecieron los frai- de Cervera. les al filo de las bayonetas de la irritada tropa que les negó el cuartel. Sangrienta en estremo fue la lucha que en esta ciudad sostuvo el Trapense, y causó una baja considerable en nuestras filas, cubriendo los facciosos las calles de cadáveres, é incendiando la poblacion en sus dos ángulos opuestos. No obstante las dificultades que presenta la guerra de guerrillas, en la que tantas veces un grupo de ágiles bandidos se burla de la pericia y arrojo de una division numerosa, los repetidos triunfos de las armas constitucionales amilanaron á algunos gefes del realismo; y en Mayo representó Mosen Anton á las Cortes solicitando el indulto y alegando que habia sido engañado. Las Cortes pasaron al ministerio la esposicion. Sin embargo, el imponente aspecto que tomaba la faccion, examina

1822. cion de Mosen RepresentaAnton á las

Cortes.

da no aisladamente, sino en todas sus relaciones, hubiera hasta cierto punto cohonestado el mensage de que hemos hablado, si el colorido que se le dió no hubiera sido tan fuerte, y si no se hubiera mezclado en su contexto al ministerio y al gobierno de Francia. El congreso lo remitió á Aranjuez por medio de una diputacion sin obtener respuesta, bajo el pretesto de la gota que afligía al príncipe. La causa verdadera nacia de que el incremento de la rebelion despertaba mas halagüeñas esperanzas en el ánimo real; de que se acercaba el momento crítico de una esplosion; y de que sus consejeros secretos, demasiado ligeros y aturdidos, embriagaban su corazon con la certidumbre de la victoria. De este modo el ministerio, cercado de tribulaciones y amarguras, vendido por el monarca, á quien servia de juguete, y combatido por los anarquistas, que ansiaban su ruina, ¿en qué habia de apoyar la palanca para sostener el orden amenazado por los misinos poderes? ¿En quién habia de confiar?

Los secretarios del despacho cuando el rey moraba en los Sitios dificilmente le veían, porque la multitud de los negocios los retenia en la capital. Fernando pues no oía alli mas que la lisonjera voz de su servidumbre, que le pintaba las bandas del realismo en una altura de esplendor y de pujanza de que distaban mucho; y si algun amigo de buena fé le visitaba é insistia en las ventajas de modificar el código de Cádiz, y de resucitar las leyes fundamentales de la monarquía, dando firmeza al trono, dividiendo en brazos la asamblea legislativa, y acomodando en fin la máquina política al estado de España y al espíritu del siglo, sus consejos no fructificaban, porque caían sobre una tierra cubierta de dañinas simientes. En medio de este torbellino de agradables

1822.

Sucesos de

de San Fernan

sueños que agitaban al hijo de Carlos IV, los cortesanos que dirigian la trama agitaron la Mancha, provincia en estremo realista, y amanecido el 30 de Mayo, dia de San Fernando, vióse Aranjuez inundado de manchegos, que unidos á la servidumbre baja y á los habitantes del Sitio, agrupáronse en torno del palacio. Apenas aparecieron las personas reales en los jardines resonó el grito de viva el rey absoluto, grito que repitieron con Aranjuez el dia entusiasmo los palaciegos y los soldados de la do. guardia con algunos oficiales. Los milicianos de Aranjuez, aturdidos en el primer momento de aquel alborozo, pensaron que existia un plan premeditado y que la conjuracion se desarrollaria acto contínuo, y contaria con poderosos medios de ataque y de resistencia. Mas cuando observaron que no pasaba los límites de una efervescencia momentánea, que no se tomaban medidas, y en fin, que era una mecha encendida arrojada en medio de combustibles para ver si prendia la llama y ocasionaba un incendio, volvieron en sí y se prepararon para oponerse á la repeticion del escándalo de la manaña. En efecto, llegada la tarde y presente el príncipe, rodeado de su augusta fainilia, resonó en los aires la pasada aclamacion, tan dulce en los reales oidos, y que en aquellos deliciosos jardines, entapizades entonces con todos los ricos esmaltes de la naturaleza y al son de las aguas que en tantas fuentes, juegos, surtidores y cascadas embelesan alli los ojos, debióle parecer aun mas grato. La milicia corriendo á las armas entonces precipitóse sobre la muchedumbre, y aun hubo miliciano que oyendo espresiones ingratas en boca del infante don Carlos le amenazó con la ley: valiéronle los ruegos del mismo infan- un miliciano á te para libertar su vida de las manos de la seducida plebe, que le hubiera despedazado al escu

Amenaza de

don Carlos.

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