ESPANOLA

REINOS DE CASTILLA Y DE ARAGÓN

POR

CESAREO FERNÁNDEZ DURO

DE LAS REALES ACADEMIAS

DE LA HISTORIA Y DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO

TOMO IX

MADRID

EST. TIPOGRÁFICO «SUCESORES DE RIVADENEYRA »

IMPRESORES DE LA REAL CASA

Paseo de San Vicente, núm. 20.

1903

I

AÑO MEMORABLE

1808.

Napoleón proclama rey de España á su hermano José.-Levántase la nación indignada y declara la guerra al usurpador.-Entra el rey José en Madrid.-Afrancesados y españoles.-La Marina se declara contra los intrusos.-Pone todos sus elementos á disposición de la causa nacional.-La sostiene con entusiasmo.Bandera y escudo napoleónicos.-Empiezan las operaciones de campaña.-Rendición de la escuadra francesa estacionada en Cádiz.—Ídem de un navío que entró en Vigo.-Batalla de Bailén.-Retirase el rey José al Ebro.-Se constituye Junta central gubernativa del reino.—Viene á España Napoleón con gran ejército.-Inglaterra ayuda á la resistencia.

RISTE período queda por narrar antes de poner fin á esta reseña histórica de la Armada española con arreglo al plan en que se informa; el período de las convulsiones de agonía, aceleradas por el mal grave de la patria.

Habíase consumado el despojo con que se complacía por entonces la ambición del Capitán del siglo. Las renuncias de la familia real de España ponían en sus manos una corona más de que disponer libremente con apariencias de legalidad; quiso, no obstante, revestirlas con no menos engañosa consulta á la voluntad nacional, á fin de proclamar ante el mundo, como lo hizo, que, condescendiendo con los deseos de la Junta Suprema de Gobierno, del Consejo de Castilla y de otros cuerpos de alta representación, cedía á su majestad el Rey de Nápoles y de Sicilia (ó sea á su hermano

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José Napoleón) los derechos al trono de España y de las Indias que tenía adquiridos, entendiendo depender del acto la tranquilidad y prosperidad del Mediodía de Europa, no menos que el interés de Francia 1.

Erróneamente entendió el gran militar que, derrocado el Gobierno y sometida la Corte, era dueño del país, previamente ocupado por sus tropas con inicuo abuso de confianza. Tan luego como arrojó la máscara de sus designios, vióse á la nación, como expresa nuestro historiador Lafuente, vióse á España levantarse enérgica, vigorosa y altiva, despertar del letargo en que parecía haberse adormecido, sacudir su aparente indolencia, mostrar su antiguo brío, y como herida de una percusión eléctrica, rebosando de ira y de coraje contra la alevosía y la opresión de unos, contra la miserable prosternación de otros, alzarse toda entera, unánime y casi simultáneamente, ella sola, sin jefes ni caudillos, sin preparativos ni recursos, sin previa inteligencia ni acuerdo, y llena de santa indignación, soltando los diques á su comprimido enojo y sin medir ni comparar sus fuerzas, sin oir otra voz ni escuchar otro sentimiento que el de amor patrio, vivificada por este fuego sacro, desafiar al coloso de Europa, removerse imponente y tremenda y arrojarse con ímpetu formidable á defender su independencia amenazada, á vengar ultrajes recibidos, á volver por su dignidad.

El espectáculo, estimado por el mismo autor grandioso y sublime, cual rara vez le ofrecen las naciones, cual rara vez le presencian los siglos, ha tenido otros escritores que espe

1 Proclama de 6 de Junio de 1808, publicada en la Gaceta de Madrid de 14 del mismo mes.-Tratado entre José Napoleón, como rey de España, y su hermano el Emperador en Bayona á 5 de Julio de 1808.-Cantillo, Colección de Tratados.— Son bien conocidos en España los juicios del panegirista M. Thiers; no así éste, que me parece oportuno reproducir:

«Restáit à la France une alliée qui ne lui avai pas fait un seul instant défaut depuis la revolution, c'était l'Espagne, qui Napoleon avait pressurée de toutes les manières, et dont, non content de cela, il avait mis la maison regnante dans le plus honteux état de dependance et d'humiliation. Tout à coup, sans motif, sans le plus léger pretexte avouable, il fait envahir ce royaume, en exile les souveraines hereditaires et leur substitue son frère Joseph.»-Guérin, Histoire maritime de France, t. vi, pág. 462.